Este 24 de enero se inauguró una festividad única y colorida: la Alasita. Las calles de la ciudad de La Paz, Bolivia, se abarrotaron de gente para acercarse a las inmediaciones de la Feria, quienes a través de las miniaturas abren puertas a grandes sueños. Este evento anual, arraigado en la rica cultura boliviana, no solo celebra la tradición y la artesanía, sino también simboliza la esperanza y la prosperidad para el año que comienza.
Por Claudia Carrazana – Especial Red Eco Alternativo
Bolivia – El 6 de diciembre de 2017, los recorridos rituales en La Paz, durante la Feria de la Alasita, fueron inscritos en la Lista Representativa del Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco).
En la tradicional muestra, los artesanos exponen en sus coloridos puestos de miniaturas todo lo que uno pueda imaginar: se puede conseguir desde billetes hasta electrodomésticos, pasando por diplomas y automóviles, un mundo alternativo al real, donde lo pequeño se convierte en el portal hacia grandes aspiraciones de quien lo desea con Fe.
Cabe destacar que en esta festividad no solo se trata de adquirir miniaturas, sino también de someterse a rituales simbólicos. La adquisición del Ekeko, el dios mítico de la abundancia, es esencial. Los devotos dan ofrendas a esta pequeña deidad con la esperanza de asegurar prosperidad y bienestar.
Por otro lado, también en la Alasita hay un festín para los sentidos. Los vendedores ambulantes ofrecen delicias culinarias, brindando a los visitantes la oportunidad de saborear lo mejor de la gastronomía local.
A su vez diversas instituciones como bancos y universidades promueven actividades y rituales para vivir con fe dicha herencia cultural.
En las inmediaciones del predio, aproximadamente a las 11hs, se dio inicio a la inauguración con un acto protocolar con las autoridades de La Paz, como también miembros de la feria, cerrando con un ritual de Ch’alla frente al monumento del ekeko, deidad de la abundancia, para dar inicio oficial de la feria.
La Alasita no es solo una festividad, es un vínculo con el pasado, un puente hacia el futuro y, sobre todo, una celebración de la vida en miniatura que nos rodea, recordándonos que cada pequeña elección y deseo tiene el poder de transformarse en algo significativo y trascendental.
¿Cómo comenzó esta feria?
La tradición se inició en el año 1781 cuando el gobernador intendente de La Paz, Bolivia, José Sebastián de Segurola ordenó celebrar una fiesta anual en honor a la deidad denominada Ekeko, en agradecimiento porque la ciudad se salvó del cerco indígena de Túpac Katari.
La Fiesta de la Alasita se celebra todos los años el 24 de enero en la ciudad de La Paz, y este año se extenderá hasta el 3 de marzo.
Los visitantes compran miniaturas de toda clase de elementos del hogar: Dinero, automóviles, casas, materiales de construcción, ropa, electrodomésticos, comida, etc. que los asistentes encomiendan al Ekeko, para su conversión en realidad en el futuro.
Esta tradición que b actualidad es un elemento cultural común de la sociedad boliviana y una de las fiestas tradicionales más importantes de Bolivia.
En este sentido, Ninosca, vendedora ambulante nos cuenta los significados de cada miniatura, como también a qué hace alusión la palabra Alasita. “Alasitas es una palabra en aymara, que quiere decir comprame. Por eso decimos, comprame, comprame o llevate caserita, eso significa”.