Potenciar Trabajo: “Milei y Pettovello quieren dejar en la calle a 400 mil cooperativistas”

“La crueldad del gobierno nacional no tiene límite. Pretende dejar en la calle a miles de trabajadores y trabajadoras en el marco de uno de los más feroces ajustes realizados en la historia de este país”, denuncian desde el Frente de Organizaciones en Lucha (FOL), y señalan: “Lo que está de fondo y lo que realmente se busca es desarmar el trabajo organizado en cada uno de los barrios, dinamitar la organización popular construida por años”.

 

Milei y Pettovello quieren dejar en la calle a 400 mil cooperativistas

Contacto: Damaris 11 3695-3078

Desde el Frente de Organizaciones en Lucha (FOL) rechazamos la reestructuración del Potenciar Trabajo (PT) planteada por el gobierno nacional.

 

Las modificaciones anunciadas ayer representan una avanzada más contra los pocos derechos que nos quedan a los trabajadores de las cooperativas que desarrollamos trabajos en los más de 6.467 barrios populares, villas y asentamientos que existen en el país.

El gobierno anunció la creación de dos nuevos planes a partir de la baja del PT. Por un lado, el “Programa de Acompañamiento Social” que albergará a unas 400 mil personas y contendrá a mayores de 50 años y a madres de cuatro o más hijos. Caracteriza que este sector es el que tendrá más dificultades para acceder a un puesto de trabajo formal, pero pese a eso apunta a que el programa sea una asistencia temporal. Es decir que en un par de meses pretende dejar a 400 mil personas sin trabajo y sin ninguna tipo de ayuda. Lisa y llanamente es una condena a morir de hambre.

El número asignado no es casual. En abril de 2023, el FMI emitió una misiva en la que destacaba los ajustes realizados por la entonces ministra de Desarrollo Social, Victoria Tolosa Paz. En dicho texto se planteaba que 400 mil planes se caerían producto del ingreso al mercado laboral. Ya en aquel momento, cabía preguntarse de dónde salió dicha estimación en un contexto de crisis económica y recesión.

Esas directivas le permitieron a la gestión anterior comenzar con un recorte de 100 mil beneficiarios, a los que se sumaron los que ejecutó el Ministerio de Capital Humano en las últimas semanas y que contradicen lo que el presidente anunció en campaña respecto a que la billetera de dicho ministerio iba a ser la única que iba a estar abierta.

El otro plan que anunciaron es “Volver al Trabajo”, el cual albergará al 75% del padrón del Potenciar Trabajo, y tiene el objetivo de desestructurar las miles de experiencias cooperativas que venimos desarrollando en los territorios en más de dos décadas de existencia. Esas cooperativas que fueron vitales durante la pandemia cuando el Estado no llegaba a atender las urgencias de millones de personas.

El gobierno propone desarmar las cooperativas que funcionan en nuestros barrios para crear un nuevo “plan empalme”, iniciativa que fue cambiando de nombre durante los distintos gobiernos y que viene fracasando hace más de veinte años, para que la gente trabaje en empresas inexistentes a esta altura. Suponen que con una simple capacitación, los empresarios saldrán a contratar trabajadores, como dijimos, cuestión que nunca ocurrió en más dos décadas. ¿Por qué esta perspectiva del plan empalme que viene fracasando desde hace más de veinte años podría realizarse en el marco de una economía en recesión, con miles de despidos y cierre de fábricas? ¿Por qué un empresario va a contratar a más trabajadores si produce menos que antes y con la misma cantidad de operarios? La lógica básica del capitalismo nos muestra que ante la caída de la producción y comercialización, una compañía tiende a despedir y no a contratar más personas.

Una pregunta más, ¿Por qué no muestran los números de la cantidad de personas que ingresaron a trabajos formales en iniciativas anteriores y similares a esta? Simplemente porque no existen porque esta política es un fracaso total.

Lo que está de fondo y lo que realmente se busca es desarmar el trabajo organizado en cada uno de los barrios, dinamitar la organización popular construida por años. No hay otro objetivo detrás de esta iniciativa. Somos quienes ante la desidia de los distintos gobiernos hemos levantado comedores comunitarios, cuadrillas de salud, género, mantenimiento de espacios públicos, jardines populares o espacios productivos de diferentes rubros (carpintería, herrería, obras, panadería, etc).

Nos plantean que “el problema son los intermediarios”, pero cuando les proponemos la universalización de todos los planes sociales para evitar la discrecionalidad miran para otro lado, porque en definitiva no les interesa la situación de quienes peor la estamos pasando. Persiguen sus intereses, los intereses de casta que tanto critican por las redes sociales.

Esta avanzada es general hacia toda la clase trabajadora, quedando expuesta en sus infructuosos intentos con la ley ómnibus y con el DNU que aún mantiene vigencia. A los más pobres no solo nos pisotean con la inflación y el congelamiento del salario de nuestros programas, sino que además pretenden dejarnos sin obra pública lo que queda demostrado con la decisión última de dar de baja las unidades de gestión, las cuales garantizan la poca obra pública que llega a los barrios y comedores comunitarios. Todo en sintonía con el desmantelamiento del Fondo de Integración Socio Urbana (FISU), por el cual se garantizaba el mejoramiento de servicios en los 6.467 barrios populares.

La crueldad del gobierno nacional no tiene límite. Pretende dejar en la calle a miles de trabajadores y trabajadoras en el marco de uno de los más feroces ajustes realizados en la historia de este país, que queda demostrado en que en menos de tres meses, se incrementó un 13% la pobreza (27 millones de personas) y un 6% la indigencia (7 millones de personas).

Lo que queremos que entienda el conjunto de la sociedad es que no se trata de un plan social, se trata de más de un millón de historias, de vidas, de personas con nombre y apellido, niños/as, abuelos/as, que se quedarán sin lo más básico que necesita cualquier ser humano: la comida y el trabajo. En momentos de crisis, de ajuste, de recesión, recurrir al sálvese quien pueda es lanzarse al vacío. Por el contrario, necesitamos construir solidaridad, empatía con quienes la están pasando mal y no responsabilizar a quienes menos tienen por los males que aquejan a nuestro país.

Hemos pasado dificultades de todo tipo y esta no será la excepción. Ante este recorte en curso, vemos necesario reforzar la organización comunitaria desde abajo, en cada barrio, villa o asentamiento del país, asumiéndonos en la más amplia unidad entre todos aquellos sectores que no nos resignemos a que el ajuste lo volvamos a pagar los trabajadores y trabajadoras de este país.

¡No al recorte de las cooperativas y obras en los barrios populares!
¡Por trabajo genuino con todos los derechos!
¡Universalización de los planes sociales!
¡Alimentos para los comedores comunitarios!

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