Más de 5 millones de jubilados y pensionados están bajo la línea de pobreza, según estimaciones de la Defensoría de la Tercera Edad. Ante ese escenario, gran parte de los abuelos debe recibir ayuda de los hijos u otros familiares. En medio de la pelea entre el Gobierno y la oposición por el veto a la nueva ley de movilidad jubilatoria, la situación de los jubilados en la Argentina es crítica. Fue uno de los sectores más afectados por la fuerte inflación del primer semestre del año.
Según estimaciones de la Defensoría de la Tercera Edad, la canasta básica de un jubilado rondaría los $800.000 mensuales, mientras que la jubilación mínima en agosto de 2024 fue de $225.497,54. Incluso con el bono de $70.000, que eleva el ingreso a $295.000, esta cifra está muy por debajo de lo necesario para cubrir los gastos básicos.
Línea de pobreza.
Eugenio Semino, defensor de la tercera edad, afirmó que 5 millones de jubilados y pensionados se encuentran bajo la línea de pobreza. A esta cifra se suman 500.000 personas que cobran la Pensión Universal para el Adulto Mayor (PUAM), que equivale al 80% de la jubilación mínima, y un millón de personas con pensiones no contributivas que perciben solo $220.000 mensuales, lo que agrava aún más su situación.
Señaló que entre el 80% y el 90% de los mayores son hipertensos o tienen problemas de colesterol, pero la insuficiencia de sus jubilaciones les impide acceder a alimentos adecuados para mantener su salud.
Además, enfrentan dificultades para comprar medicamentos y pagar servicios básicos como la calefacción.
Fórmula.
Por su parte, el exasesor del presidente, Carlos Rodríguez, desmintió que la reforma jubilatoria sea explosiva y, ante la posibilidad de veto anunciada por el mandatario libertario, aseguró que su implementación debería elevar “el financiamiento disponible para el Anses que se basa en un impuesto al salario”.
En su cuenta de X, el economista explicó que “el Senado aprobó un proyecto que entre otras cosas indica que las jubilaciones se ajustarán por la inflación más un plus igual a 50% del aumento en el salario real. Definiendo como J, P y W a los aumentos porcentuales nominales en Jubilaciones, Precios y Salarios, el nuevo ajuste jubilatorio sería J = P + 0.5*(W-P)”.
En su publicación, Carlos Rodríguez aseguró que “las jubilaciones reales (J-P) aumentarían el 50% de lo que aumenta el salario real”. Y agregó que “la financiación de las Jubilaciones depende de aportes que están directamente ligadas al salario”, por lo que si el salario sube, deberían subir los fondos disponibles para financiar la suba de jubilaciones.
En su argumento en defensa de la nueva ley de movilidad jubilatoria, Rodríguez mencionó que la formula de ajuste es “asimétrica” y explicó que “si el salario real baja, las jubilaciones se mantienen constantes en términos reales”. Y agregó: “Eso podría presentar problemas de financiamiento en el corto plazo. Si el salario real cae todo el tiempo, sería hora de revisar toda la política económica”.
Pago de deudas.
De esta manera, el exasesor hizo hincapié en otro problema que la Ley “no contempla” y mencionó la relación entre el número de aportes y de jubilados: “Queda para otra ley. La ley incluye otros gastos previsionales como compensación por única vez y pago de deudas, que afectarían la solvencia fiscal. En esta nota no me refiero a esos ítems, sólo a la fórmula básica de ajuste”.
Al cerrar, Rodríguez aseguró: “La formula en sí no es fiscalmente explosiva ya que sólo aumenta las jubilaciones por la mitad del aumento del salario real (parece poco) y al aumentar el salario real también debería aumentar el financiamiento disponible para el Anses que se basa en un impuesto al salario. Debería sobrar plata”.
La Arena / NA /Ambito.
Fuente: http://www.redeco.com.ar/nacional/trabajadorxs/40813-m%C3%A1s-de-5-millones-de-jubilados-son-pobres