Se desarrolló una nueva concentración en el marco de la 10ma Marcha Nacional contra el Gatillo Fácil en Plaza de Mayo. Allí familiares de personas asesinadas por la represión institucional asesinadas en distintos años durante distintos gobiernos se manifestaron nuevamente pidiendo justicia. Con la participación de músicos que se solidarizaron, distintas madres y padres de víctimas, recordaron también a Nora Cortiñas, que siempre acompañó esta movilización.
Como sucede todos los años en agosto, decenas de fotos de jóvenes asesinados por la represión estatal inundaron la Plaza de Mayo. También hubo consignas, tanto por las más de 9.000 víctimas de la represión en democracia como de los 30.000 detenidos desaparecidos recordando también a Norita, ya que esta fue la primer movilización sin ella. Entre las fotos de las víctimas y otras consignas presentes, estuvo también el pedido de libertad para las dos personas detenidas (Daniela Calarco y Roberto Gómez), que aún continúan en prisión, por manifestarse el pasado 12 de junio contra la aprobación de la Ley de Bases.
Distintas madres y padres de víctimas de gatillo fácil tomaron la palabra. Una de ellas fue Nora, Madre de Juan Encina, quien el año pasado había participado por primera vez en la movilización pocos días después del asesinato de su hijo a manos del policía Jorge Gerardo Montero, quien era vecino de Juan y actualmente se encuentra procesado, en libertad, pero impedido de acercarse a la familia, que espera el juicio.
Otra intervención fue la de Oscar Escobar, padre de Camilo Caupolicán Escobar, asesinado el 10 de enero de 2019 y de cuyo asesino (quien había mostrado una placa policial antes de matar a Camilo) se desconoce el nombre y paradero. Con contundencia, Oscar denunció la complicidad institucional y convocó a la unidad y a la reflexión en esta difícil coyuntura. Además, se refirió hacia la juventud: “esto también es un llamado a los jóvenes que están vivos, porque van por ellos”, agregó.
“Fue una marcha emotiva, pocas organizaciones y familiares, pero estábamos los que estábamos y éramos los que éramos. Cada uno desde cada lugar aportó lo que pudo, hizo lo que pudo. Sabemos que estamos viviendo una situación muy muy jodida. En lo personal, también estoy viviendo una situación muy jodida de salud y de depresión, pero eso, no me paró para estar hoy acá en los 10 años de la Marcha Nacional. No hicimos marcha (sino una concentración) para preservarnos. Cuando te digo que todas las madres están enfermas, es que todas las madres están enfermas. Es una realidad que el cuerpo te va pasando factura. Y no solamente el sufrimiento que llevamos por no tener a nuestro hijo presente, porque lo llevamos en el alma y en el corazón, sino porque todos los días hay un hijo nuevo de una madre nueva. Eso nos duele profundamente, y esos dolores se van acumulando. Sacamos fuerza de donde no tenemos”, dijo Emilia Vasallo en entrevista con ANRed, quien agradeció la difusión tanto de su situación como de otras.
La semana pasada Emilia sufrió un episodio al no ser atendida por la obra social de SUTERH. Al reaccionar, ante la negativa de atención por parte del organismo, la respuesta fue llamar a la policía, que se llevó a Emilia detenida y pasó 24hs encerrada. Luego de la rápida difusión y denuncias pertinentes, Emilia fue liberada el viernes pasado.
El perverso recurso de atacar a la víctima
En muchos casos el recurso que implementan desde distintas instituciones y medios hegemónicos es el de presentar a víctimas como victimarios, algo que sufrieron y expresan reiteradamente las y los familiares.
“Yo lo digo a otros familiares, porque he presenciado muchos otros juicios, no juzgan al que está sentado en el banquillo de los asesinos, sino que juzgan a nuestros hijos que ya no están, y juzgan lo que somos nosotros como familia: si tuvimos antecedentes, si tomábamos cerveza, si nuestro hijo fumaba porro. Entonces yo le digo a los familiares que no permitan eso, párense y díganle: “acá yo voy a responder las preguntas que me hagan respecto a lo que sucedió el día que asesinaron a mi hijo, al que están juzgando es al que está ahí sentado”. Creo que eso es muy importante, para no dejar que nos presenten como victimarios cuando en realidad son nuestros hijos las víctimas y nosotros a consecuencia de eso”, reflexiona Emilia.
Norita presente
“Vivíamos a 20 cuadras, era una amiga. Compañera. El día de mi juicio no podíamos soportar ver al asesino de mi hijo ahí, y ella estaba con nosotros. Cuando lo vi se me nubló todo y Norita me abrazó y me dijo: “te paso toda mi fuerza, y todo mi amor”, y ella nos preservó emocionalmente”, recuerda Emilia en esta que fue la primer marcha sin Norita.
Así mismo, Emilia la recordó entre lágrimas, durante su intervención en el acto, como lo hicieron otras personas cuando tomaron el micrófono al grito de: “Norita Cortiñas… ¡Presente! ¡Venceremos!”.