“Si la Mocha se pierde, un montón de realidades van a volver a las calles”

Lo dijo Virginia Silveira, egresada y actual presidenta de la Asociación Civil Mocha Celis, quien mediante un comunicado contó el peligro que corre hoy la institución. En su paso por el programa radial La Retaguardia, habló sobre la importancia del bachiller popular y se refirió al problema económico en un contexto de crisis y a la vulneración de los derechos del colectivo travesti trans.

Entrevista: Pedro Ramírez Otero / Fernando Tebele. Redacción: Agustina Sandoval Lerner. Edición: Pedro Ramírez Otero. Foto: Rocío Cura / Matria.

Mocha Celis fue una travesti tucumana, que fue asesinada por disparos policiales, en un crimen que  nunca se resolvió. Era compañera de la activista travesti Lohana Berkins.

En 2011 se creó el Bachillerato Popular Travesti-Trans con su nombre. En 2020 obtuvieron la personería jurídica, convirtiéndose en Asociación Civil.

La “Mocha Celis” cuenta con programas de acceso al empleo, educación, acceso a derechos, biblioteca popular, entre otros.

Hace unos días, a través de una carta con la firma de Virginia Silveira, egresada y actual presidenta, la Asociación Civil Mocha Celis comunicó el grave momento por el que están pasando, ya que la continuidad de la organización peligra por el contexto actual de crisis económica y desmantelamiento de políticas públicas.

 

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“Nos encontramos en una situación demasiado compleja en estos tiempos donde esta derecha maliciosa viene a romper y a desestructurar todo lo que venimos construyendo desde hace muchos años. Yo fui estudiante de la escuela y para mí no solamente fue un espacio de educación, sino que también a partir del año 2020 empezamos a construirnos como una asociación civil. Nuestro proyecto fundacional es el bachillerato, donde fui estudiante, luego docente y ahora soy la nueva presidenta. Estamos atravesando una situación muy complicada con respecto al sostenimiento de la estructura, porque hemos crecido. Tenemos 11 programas o proyectos y trabajamos en la integralidad del acceso a los derechos de la población travesti, trans y no binaria”, comenzó Silveira.

Desde que asumió Javier Milei como presidente, las campañas de odio y desfinanciamiento de políticas públicas con perspectiva de género se hicieron realidad. Sobre el avance de la derecha, Virginia Silveira remarcó que “la derecha siempre intenta vulnerar nuestros derechos como la ley de matrimonio igualitario, la ley de identidad de género, la ley de cupo laboral” e indicó que la problemática actual de la Asociación Civil Mocha Celis no tiene que ver con algo ajeno a estas vulneraciones. “Tenemos programas específicos como el Teje Solidario que entregamos módulos alimentarios a más de 450 personas, y tenemos en lista de espera a 250. Tenemos un programa de acceso a la salud y un programa de acceso a derechos, tenemos trabajadoras sociales, psicólogas, un médico generalista, y el bachillerato. Tenemos talleres de Formación Profesional, que al día de hoy llevamos 85 personas insertadas laboralmente en el ámbito privado y no así en el público, porque Milei cerró las puertas para que podamos acceder al trabajo”, contó.

Las leyes de Matrimonio Igualitario, de Identidad de Género y de Cupo Laboral Travesti Trans, fueron sancionadas con pocos años de diferencia. Estas normativas, fruto de la lucha colectiva, demuestran la importancia de la visibilización e igualdad en sociedad.

“En el 83 volvió la democracia en Argentina. Pero para las travestis, las personas trans y las personas no binarias, no. Para ellas volvió en el año 2012, con la Ley de Identidad de Género. Esa decisión, donde fuimos parte de poder construir la identidad de las personas travestis y trans fue fundamental para empezar a pensar otras políticas públicas, y en este momento la vemos en peligro porque no podemos sostener la estructura que hemos podido crear debido a que el dinero que generamos no alcanza”, dijo Silveira.

—Lo que está sucediendo es que parte de esas políticas, que estaban sostenidas con algún tipo de aporte del Estado, se han terminado, ¿no?

—Solamente el bachillerato está sostenido por el Gobierno de la Ciudad. El resto de los programas que tenemos, que son más de diez, los trabajamos siempre con proyectos, con cooperación internacional y con proyectos que presentamos a nivel nacional. De 50 proyectos que presentamos sólo ganamos uno, y creo que todas las organizaciones nos encontramos en la misma, debido a que no hay dinero para el sostenimiento de políticas públicas sobre género y diversidad.

—¿Cómo está la situación con las compañeras travestis y trans hoy?

—La crisis económica afecta profundamente a las compañeras travestis y trans porque somos la primera carne de cañón porque la mayoría de la población travesti trans se encuentra en situación de prostitución y estamos trabajando para que esas situaciones de vida cambien. También, con los recortes que hubo en el Estado, muchas compañeras que habían ingresado por cupo laboral, fueron echadas. Imagínense que durante toda tu vida no tuviste acceso a un empleo, de repente lo tenés y empezás a tener una obra social, a acomodarte un poquito, a tener para comer, para pagar tu alquiler y te echan. Tenés que volver a la prostitución como el único medio para poder subsistir.  200 personas fueron echadas en el gobierno de Milei y no lo estamos diciendo. También tenemos un montón de compañeras que se encuentran en situación de calle, y estamos trabajando con eso. Estamos haciendo trabajo territorial y siento que sin el acompañamiento y el aporte de muchas personas no podríamos subsistir. Más allá de que Nación nos cedió el edificio donde estamos por cinco años, también nos vemos en riesgo porque pensamos que en algún momento se les ocurra sacarnos el edificio.

—¿Cómo era tu vida antes de ser alumna y cómo es tu vida ahora? ¿En qué te cambió pasar por la Mocha?

—A mí me echaron de mi casa a los 12 años. Desde los 12 hasta los 30 fui trabajadora sexual o prostituta. A partir de ahí me inscribí en la Mocha Celis. Fui una de las primeras estudiantes, soy de la primera camada de estudiantes de la Mocha. Creo que me enseñó a conocer mis derechos y a poder pelear por ellos. Siento que si se pierde un espacio como este, muchas de nosotras, nosotros y nosotres vamos a quedar por fuera del sistema. Cuando fui adolescente estuve fuera del sistema porque no podía acceder a la salud, no podía acceder a una vivienda digna, no podía acceder a un trabajo formal. Principalmente no podía acceder a la educación, que es primordial para poder salir adelante. En la Mocha construimos el conocimiento con las personas que ya tienen un conocimiento previo, y creo que es indispensable poder pensarlo así. La Mocha me cambió la vida totalmente, la militancia la conocí aquí y creo que me enamoré tanto de la militancia porque siento que yo le tenía que devolver algo a la escuela. Por eso también me involucré tanto y siento que muchos y muchas de mis compañeras están en la misma situación. Siento que si Mocha se pierde, se pierden un montón de realidades y también muchas realidades van a volver a las calles, al peligro en el que se encontraban antes de conocer este espacio.

—¿Será que hay un sector social importante que les quiere en ese rol?

—Un gran porcentaje de la sociedad que no entiende, porque nunca se ha sentado a tomar ni un mate con una persona trans o una travesti. Y desde ese lugar juzgan a las personas. Desde mi lugar, siento que en la universidad y en otros lugares he podido modificar el pensamiento de muchas personas con respecto a las travestis y creo que la Mocha Celis no es nada menor al cambio de pensamiento que debería existir en la sociedad. Somos personas, convivimos, somos ciudadanas de derecho, estamos y vamos a seguir permaneciendo, aunque nos quieran borrar, aunque nos quieran sacar del sistema, aunque nos quieran correr, vamos a seguir estando porque para eso venimos luchando hace más de 30 años.

“Mocha Celis no es un espacio exclusivo para personas travestis y trans, sino que es un espacio inclusivo. Vienen afrodescendientes, migrantes, personas mayores de 50 años, madres solteras, mujeres mayores y un montón de personas que no han podido acceder a la educación o a los derechos básicos, siendo que se referencian en este espacio. La gente piensa que estamos armando un gueto, y no. Abrimos la puerta a cualquier persona, porque siento que el trabajo que hacemos todos los días se ve reflejado en el cambio de vida de nuestras compañeras, compañeros y compañeres que han podido acceder a los distintos derechos básicos”, finalizó.

Para poder aportar, o simplemente informarse sobre los programas y proyectos de la Mocha Celis, accedé acá: https://www.instagram.com/mochacelis/?hl=es


Fuente: https://laretaguardia.com.ar/2024/12/si-la-mocha-se-pierde-un-monton-de-realidades-van-a-volver-a-las-calles.html

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