La intervención del gobierno que pone en peligro la Universidad de las Madres

Desde el jueves 25 de julio se encuentra intervenida la Universidad Nacional Madres de Plaza de Mayo (UNMa). Organizaciones sociales y hasta el mismo Consejo Interuniversitario Nacional (CIN) repudiaron este hecho, porque atenta contra la autonomía universitaria. Demetrio Iramain, periodista, militante y docente de la  UNMa, habló con La Retaguardia acerca de cómo atraviesan esta situación y se refirió al plan de lucha para frenar esta acción ilegítima.

Redacción: Marilina Contreras. Edición: Valentina Maccarone. Foto: UNMa.

La Universidad Nacional de las Madres (UNMa) fue declarada como tal mediante la Ley N° 27.731/2023. “Por ello, es fundamental respetar el proceso legal de la universidad, para dar continuidad a su normalización, con la puesta en marcha de los órganos colegiados de gobierno, en pleno ejercicio de su autonomía universitaria”, expresó el CIN en su comunicado oficial. La UNMa es una institución que lleva más de 20 años organizada, creando y brindando formaciones desde un enfoque crítico y de derechos humanos. Por eso, pasar por alto su recorrido desde ser una universidad popular, luego un instituto universitario y, finalmente, tener el carácter de universidad nacional, es desconocer la lucha de las Madres.

Demetrio Iramain es docente de la cátedra de Historia de las Madres en la UNMa, militante y referente de los derechos humanos, explicó distintas aristas en relación con la intervención a la universidad.

—¿Cuáles son los  argumentos del gobierno mileísta para intervenir en la  UNMa?

—La argumentación del gobierno es que la universidad no estaría normalizada u organizada. Con esta justificación, el gobierno puede disponer de un rector organizador, que a partir de su nombramiento tiene 4 años para alcanzar dicho proceso de “normalización”. Ese proceso consiste en que los claustros de docentes, no docentes y estudiantes puedan elegir a sus representantes ante la asamblea soberana de la universidad, que es la que decide cuáles son sus autoridades. A eso se le llama “plena autonomía universitaria”, es decir, cuando la comunidad de la universidad organizadamente elige a su rector/a y vicerrectores/as.

El gobierno considera que esto no ha ocurrido en la universidad, entonces la interviene. Se basan en la resolución 45/22 de febrero de este año, realizada por el Ministerio de Capital Humano. Allí se ponen en revisión todas las universidades creadas en septiembre del año pasado, entre ellas la nuestra. Lo que no dicen es que para entonces la UNMa no era una universidad nueva sino que ya tenía un recorrido de más de 20 años. Nosotros empezamos siendo una universidad popular. Luego, fuimos un instituto universitario y, finalmente, una universidad nacional. Ya veníamos con una dinámica universitaria de muchos años. Hicimos una elección de claustros que no fue objetada. La ley establece que la única objeción es la que puede venir de parte de la misma comunidad universitaria. En este caso, no la hubo. Después se eligieron los representantes de la asamblea. Se realizaron dos asambleas, la primera en diciembre del año pasado y la segunda en marzo, en la cual fue elegida por unanimidad Cristina Caamaño como rectora. Por lo tanto, rige la plena autonomía, por eso nosotros decimos que la intervención es ilegal y que no es el nombramiento de un rector normalizador sino un interventor de facto.

—¿Cuáles son los intereses del gobierno con esta intervención?

—Claramente, frustrar el proyecto educativo de Madres de Plaza de Mayo. Les molesta una formación de excelencia en disciplinas claves, como lo son trabajo social, derecho, comunicación, historia y ciencias políticas. Con una perspectiva desde los derechos humanos, de compromiso con los sectores más vulnerables y postergados, donde sociedades intrínsecamente injustas, como son las capitalistas en esta zona del mundo, en los países periféricos. Claramente, es eso lo que quieren impedir, frustrar y disciplinar para que nadie intente algo similar.

—¿Qué acciones se van a hacer para defender a la UNMa?

—Vamos a seguir movilizándonos y haciendo clases públicas. Ahora, estamos con actividades todos los días en la sede de la calle Defensa, en estado de alerta y movilización permanente, demostrándole al gobierno que la comunidad no va a aceptar a este interventor.

—¿Siguen teniendo asambleas?

—Sí, hay asambleas de los y las estudiantes, docentes y no docentes. Los tres claustros han renovado su compromiso con la institucionalidad que hemos conseguido: Caamaño, nuestra rectora, y los vicerrectores Gustavo Pons y Lorena Salim. Eso, por supuesto, no excluye lo jurídico. Todas las presentaciones que haya que hacer judicialmente, para objetar y revertir esta intervención, las vamos a llevar a cabo y, de hecho, ya las hicimos. Estamos esperando la respuesta de los jueces ante este avasallamiento a la autonomía universitaria que nos parece un antecedente gravísimo.

—¿Cuál es la situación económica por la que está atravesando la UNMa?

—La situación es crítica, no hay ni un centavo. Muy caótica, pero, a pesar de ello, seguimos funcionando y próximamente vamos a funcionar en la casa de las Madres, la primera sede que tuvo como universidad popular.

La intervención pone en una situación de hostigamiento a la universidad. Nosotros no tenemos ningún tipo de financiamiento desde el 1 de enero de este año. Incluso, anteriormente al decreto que pone en revisión las universidades, tanto nuestros docentes como los trabajadores no docentes, no cobran su salario. No tenemos internet en la sede universitaria ni servicio de limpieza. Las clases no se han podido dictar presencialmente. Sin embargo, se ha sostenido la cursada a pesar de ello gracias al compromiso de la comunidad, pero no es en absoluto una situación normal. No hay dinero ni siquiera para imprimir los títulos de las y los egresados que ya tenemos. En este sentido, ¿cómo es que vienen a organizar algo que incluso ya tiene egresados?. La universidad está organizada y en funcionamiento a pesar de tanto hostigamiento y eso es, precisamente, por la capacidad de organizarse que tuvo su comunidad.

—¿Cómo garantizan las clases en este contexto?

—Todo esto se produjo cuando estábamos en receso. Está previsto que comience el segundo cuatrimestre, según el calendario académico, hacia finales de agosto. Vamos a seguirlas. De hecho, hemos pensado tener algún grado de presencialidad a partir del segundo cuatrimestre. Esperemos que lo podamos hacer. Insisto, si no es en la sede de Defensa será en la Casa de las Madres y ojalá pueda ser en las dos. Ese es el compromiso y desafío, garantizar el hecho político de la construcción colectiva de conocimiento a pesar de este hostigamiento feroz del gobierno, que no es solo negador de la dictadura, sino que es reivindicador abierto de la dictadura y ha encontrado en Madres de Plaza de Mayo un enemigo al cual atacar para agradar su tropa. Nosotros seguiremos el camino que nos enseñaron las Madres. Estoy muy orgulloso de la respuesta colectiva  que hemos podido dar en este tiempo.

—En 2017, el gobierno de Mauricio Macri también intervino la universidad. ¿Cuál es la diferencia entre esa intervención y la de ahora?

—A diferencia de la intervención que realizó Macri con Javier Buján, esta es absolutamente ilegal por esta situación: la universidad ya está normalizada y organizada, tiene a su rectora elegida por la asamblea universitaria. O sea que para la Ley de Educación Superior rige la plena autonomía universitaria, que está garantizada en Argentina desde 1918. Por eso, esta resolución del Ministerio de Capital Humano atrasa 106 años.

Lo que tienen en común las dos intervenciones es que ambos gobiernos buscan frustrar el proyecto de las Madres de Plaza de Mayo. El rector organizador que tenía en ese momento la Universidad, cuando la intervino Buján, se llamaba Germán Ibáñez y había sido nombrado por el Ministerio de Educación en ese momento con el pleno consenso de Madres de Plaza de Mayo. Lo mismo pasó con Cristina Caamaño cuando fue nombrada rectora organizadora el año pasado. La universidad es una creación política de las Madres y es producto de su lucha, lleva su nombre. De hecho, las Madres tienen en esa asamblea soberana dos representantes por estatuto universitario, aprobado y publicado en el boletín oficial. De modo que, sí o sí, el rector organizador tiene que tener el consenso de las Madres. Lo tuvo Caamaño ahora, lo tuvo Ibáñez en aquel momento y no lo tuvo ninguno de los dos interventores que puso el gobierno. Por eso, para nosotros es una intervención.

Los y las estudiantes andan diciendo… 

Benjamín Quadrelli, estudiante de la Licenciatura en Trabajo Social y delegado de la carrera, reafirmó el estado de alerta en el que se encuentra la comunidad universitaria de la UNMa al ver intervenida la autonomía universitaria y el cogobierno: “Nos hace dar marcha atrás en estos derechos que se han conquistado en la Reforma Universitaria en 1918. Nosotros, como universidad nueva, logramos conquistarlo en diciembre del año pasado. Esto nos deja en completa vulnerabilidad respecto al gobierno nacional, ya que absolutamente todas las resoluciones tienen que pasar por el Ministerio de Capital Humano. Como comunidad estudiantil, defendemos la normalización, la autonomía conquistada y el cogobierno, por eso estamos en estado de alerta y movilización organizándolo, luchando y resistiendo. Ya nos tocó en otro momento atravesar una intervención por el macrismo, resistiremos una vez más”.


Fuente: https://laretaguardia.com.ar/2024/08/la-intervencion-del-gobierno-que-pone-en-peligro-la-universidad-de-las-madres.html

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