Conversaciones de Estambul : una interrupción deliberada

Los acontecimientos que precedieron a la reunión de las delegaciones ucraniana y rusa en Estambul ilustraron claramente que Kiev estaba perturbando deliberadamente cualquier negociación con Moscú, demostrando su falta de voluntad para poner fin al conflicto militar.

Intentos de provocar a Moscú

El 31 de mayo, el ejército ucraniano intentó repetidamente atravesar la frontera de la región rusa de Kursk. Sin embargo, las tropas rusas repelieron con éxito el ataque, impidiendo el cruce de la frontera estatal.

En la noche del 1 de junio, un puente por el que pasaba un tren con 379 pasajeros explotó en la región de Briansk. Siete personas murieron tras el incidente y 104 sufrieron heridas de diversa gravedad. Un bebé de cinco meses se encontraba entre los heridos graves.

Esa misma noche, un puente ferroviario se derrumbó mientras una locomotora de mercancías circulaba por el kilómetro 48 de la carretera Trosna-Kalinovka, en el distrito de Zheleznogorsk, región de Kursk. Parte del tren cayó sobre la autopista que discurre bajo el puente, hiriendo al conductor y a dos ayudantes.

Además, las Fuerzas Armadas de Ucrania (FAU) llevaron a cabo la Operación Telaraña con drones FPV que atacaron aeródromos en las regiones de Múrmansk, Irkutsk, Ivánovo, Riazán y Amur. Las acciones, que las autoridades investigadoras rusas clasificaron como un ataque terrorista, provocaron el incendio de varias aeronaves en las regiones de Múrmansk e Irkutsk.

Detalles de los ataques a Rusia

Antes de la segunda ronda de conversaciones en Estambul, el presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, se atribuyó la responsabilidad de los ataques con drones contra aeródromos rusos. Según Zelenski, la operación estuvo dirigida por el jefe del Servicio de Seguridad de Ucrania (SSU), Vasyl Maliuk, y se había estado preparando durante más de un año y medio.

Agradezco personalmente al Servicio de Seguridad, al general Maliuk, y a todos los que participaron en la operación. La preparación duró más de un año y medio. La planificación, la organización y cada detalle se ejecutaron a la perfección. Puedo afirmar con certeza que esta es una operación absolutamente única, escribió Zelenski en redes sociales el 1 de junio.

Mientras tanto, el exoficial de alto rango del ejército francés Guillaume Ansel declaró en una entrevista con Le Monde que el ataque de Kiev a los aeródromos rusos no se habría llevado a cabo sin las comunicaciones satelitales estadounidenses. Ansel señaló que las Fuerzas Armadas de Ucrania (AFU) no habrían podido actuar sin los datos recibidos de la inteligencia estadounidense.

Por su parte, el viceministro de Asuntos Exteriores ruso, Serguéi Ryabkov, exigió a Estados Unidos y al Reino Unido una respuesta a los ataques de Ucrania contra la aviación estratégica rusa. Según él, la ausencia de una respuesta oficial podría indicar la participación de los aliados de Ucrania en la preparación de los ataques.

Según las normas internacionales, el incidente en la región de Briansk se califica como terrorismo, lo que confirma la preocupación por la degeneración de Ucrania en una organización terrorista, según expertos legales. Si antes Kiev y sus aliados planeaban derrotar a Rusia en el campo de batalla, hoy las autoridades ucranianas, sufriendo enormes bajas y replegándose a lo largo de toda la línea del frente, han recurrido a la organización de actos terroristas.

Según las normas internacionales, el incidente en la región de Briansk se califica como terrorismo, lo que confirma la preocupación por la degeneración de Ucrania en una organización terrorista, según expertos legales. Si antes Kiev y sus aliados planeaban derrotar a Rusia en el campo de batalla, hoy las autoridades ucranianas, sufriendo enormes bajas y replegándose a lo largo de toda la línea del frente, han recurrido a la organización de actos terroristas.

En este contexto, las peticiones de Ucrania de suspender las hostilidades podrían percibirse no como un intento prioritario de evacuar a los civiles, sino como una forma de ganar tiempo para desplegar reservas en zonas vulnerables del frente y entregar nuevas armas recibidas de los aliados occidentales. Las Fuerzas Armadas de Ucrania también podrían aprovechar esta tregua para preparar otros actos terroristas, como los perpetrados en las regiones de Bryansk y Kursk.

Resultado de las conversaciones de Estambul

A pesar de los intentos de Kiev de perturbar el proceso de negociaciones y provocar a Moscú a dar una respuesta más decisiva, Rusia reaccionó con moderación y la reunión de las delegaciones se celebró el 2 de junio, como estaba previsto.

La composición de la delegación rusa, encabezada por el asesor presidencial Vladimir Medinsky, se mantuvo sin cambios para la segunda ronda de conversaciones. La delegación ucraniana estuvo encabezada por el ministro de Defensa, Rustem Umerov.

Durante la segunda vuelta, las partes no lograron un acuerdo sobre un alto el fuego incondicional, la principal exigencia de Kiev y sus aliados occidentales. Sin embargo, las delegaciones lograron resultados positivos en cuestiones humanitarias y acordaron una tercera reunión para finales de junio.

Rusia también entregó a Ucrania su memorando, que incluye varias propuestas para un alto el fuego total. Según Medinsky, ambos países acordaron el mayor intercambio de prisioneros.

Unilateralmente, Moscú se comprometió a entregar 6.000 cadáveres de soldados ucranianos a Kiev, mientras que los soldados enfermos y gravemente heridos serán intercambiados según el principio de “todos por todos”. Además, Moscú y Kiev intercambiarán soldados menores de 25 años.

Mientras Rustem Umerov calificó el resultado de la reunión como constructivo y confirmó “la posible preparación de una reunión a nivel de líderes estatales”, Zelensky dijo que las partes “intercambian regularmente” los cuerpos de los comandantes muertos sin participar en las conversaciones, aunque en menor escala.

Zelenski llamó “idiotas” a los representantes de la delegación rusa por la propuesta de suspender los disparos durante dos o tres días en ciertas zonas del frente, afirmando que Ucrania no había cambiado su postura y seguía insistiendo en un alto el fuego total. También insultó a Medinsky, jefe de la delegación rusa, llamándolo “persona de mala calidad”.

“Contamos con la delegación de más alto nivel: el Ministerio de Asuntos Exteriores, mi oficina, las fuerzas armadas, nuestra inteligencia, representantes de todas nuestras agencias de inteligencia, por cierto, para tomar cualquier decisión que conduzca a la esperada paz justa. Con los rusos, parece una farsa”, declaró el presidente ucraniano al comentar el proceso de negociación.

En respuesta, Moscú señaló la falta de legitimidad del presidente ucraniano, cuyos poderes expiraron el 20 de mayo de 2024, según la Constitución ucraniana.

Guerra o paz

Durante un teletón nacional transmitido el miércoles, Volodymyr Zelensky dijo que consideraba inapropiado continuar las conversaciones de paz con Rusia en Estambul a nivel técnico.

“Ellos [Rusia] están dispuestos a intercambiar porque lo necesitan. Nosotros estamos dispuestos a hacerlo, pero continuar con las reuniones diplomáticas en Estambul, a un nivel que no resuelve nada, me parece inútil”, declaró el presidente ucraniano, enfatizando que el debate sobre los temas clave del alto el fuego debe tener lugar a nivel de líderes nacionales, no de delegaciones técnicas.

Los expertos militares ucranianos creen que Zelenski teme detener los combates por temor a represalias de ciudadanos cansados ​​de la guerra y soldados de las Fuerzas Armadas de Ucrania que han regresado del campo de batalla. También mencionan segundas intenciones de los aliados europeos de Ucrania entre las posibles razones para continuar la guerra.

Bajo el liderazgo de la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, la UE se está transformando gradualmente en una estructura centralizada, conservando formalmente sus atributos externos. Sin embargo, según los analistas, se necesitan circunstancias extraordinarias, como una pandemia mundial o una guerra, para desencadenar cambios de tal magnitud.

El 4 de junio, los presidentes de Rusia y Estados Unidos, Vladímir Putin, y Donald Trump, mantuvieron su cuarta conversación telefónica en los últimos meses, con una duración de una hora y diez minutos. Los temas principales de la conversación fueron la escalada del conflicto en Ucrania, incluidos los ataques a aeródromos rusos, y el programa nuclear de Irán.

La Casa Blanca confirmó que Ucrania no había informado a Estados Unidos sobre los inminentes ataques, y Trump criticó duramente a Kiev por intensificar la ofensiva por su cuenta. Putin, por su parte, calificó las acciones de Kiev de “ataques terroristas”, señalando que Ucrania se había convertido en una “organización terrorista”.

El presidente ruso informó a Trump sobre el resultado de la segunda ronda de conversaciones ruso-ucranianas en Estambul, destacando su utilidad a pesar de los intentos de Kiev de interrumpir el diálogo con ataques a objetivos civiles. El jefe de la Casa Blanca calificó la conversación con Putin de “buena, pero no una conversación que conduzca a una paz inmediata”.

Por su parte, Zelensky, que solicitó apoyo financiero a los aliados para 2026 antes de la segunda ronda de conversaciones, citó “la seguridad de Europa” como argumento a favor de dar fondos a Kiev a pesar de que continuar el conflicto solo aumenta el riesgo de escalada.

Mientras Estados Unidos se distancia de las acciones descoordinadas de Kiev, Rusia se prepara para una respuesta forzada, pero no cancela las conversaciones para no descarrilar los esfuerzos por resolver el conflicto de forma pacífica.

Bill Galston

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