Operación Cóndor: ¿cuándo comenzó?

Las personas perspicaces comprenderán la razón por la cual muchos pretenden fechar su comienzo en 1975, o aún más tarde

La Operación Cóndor empezó a funcionar orgánicamente a partir de la reunión de Santiago de Chile en 1975, pero ya existía, todavía sin nombre y sin la bendición del secretario de Estado y Premio Nobel de la Paz Henry Kissinger. Pero a principios de 1974 hubo en Buenos Aires otro cónclave sin pretensiones protocolares en el cual participaron represores del anfitrión y de Bolivia, Paraguay y Uruguay. (El caso de Brasil es especial porque ya tenía desde hacía años una oficina de coordinación en el Departamento de Policía de Buenos Aires.)

El que algunos llamaron “Pre-Cóndor” fue disparado por el golpe militar de septiembre de 1973 contra Salvador Allende, que motivó el desplazamiento de miles de izquierdistas chilenos hacia la Argentina. Eso causó la alarma del gobierno de Perón, el cual de inmediato comenzó a acosar, investigar y hostilizar a los exiliados, en completa sintonía con la dictadura de Pinochet. Esta colaboración fue refrendada y profundizada por la reunión de ambos presidentes en mayo de 1974. Un par de semanas después, la visita del general Perón a Stroessner completó la serie de febriles reuniones cara a cara que el argentino impulsó con todos los presidentes que participaron del núcleo central de la Operación Cóndor y que, sin duda alguna, sellaron al más alto nivel el acuerdo represivo que luego solo tuvo que ser desplegado en sus detalles.

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Hay dos hechos notables previos al encuentro Perón-Pinochet: 1) la reunión de jerarcas de la represión de Argentina, Chile, Bolivia y Uruguay en Buenos Aires, en los días de Carnaval de 1974, con la presidencia del comisario general Villar. Allí se discutieron y aprobaron los términos del primer acuerdo de cooperación represiva entre esos gobiernos*, y eso fue durante el gobierno de Perón, y luego de que 2) el General, en su discurso por cadena nacional de radio y TV del 20 de enero, proclamara la necesidad de “exterminar uno a uno” a los subversivos.

Tengo un recuerdo personal acerca de la coordinación represiva: en diciembre de 1973 yo vivía a pasos de Pueyrredón y Córdoba. En Córdoba entre Pueyrredón y Larrea estaba la heladería Tivoli, muy acreditada en el barrio. En diciembre de 1973, una de las tantas veces que fui a comprar helados no pude pasar, porque la vereda estaba tapizada por una larga hilera de personas tiradas en el suelo, con la cabeza hacia la pared, cara al suelo y las manos en la nuca. Pregunté a otros curiosos qué pasaba y me dijeron que eran asilados chilenos que vivían en la casa de la ONU (era ACNUR, al lado de la Tivoli), y que la policía había allanado el lugar porque un ladrón le había robado la cartera a una mujer en la calle y se había metido ahí.

Tiempo después conocí otra versión: me la dieron dos exiliados chilenos que se alojaban en ACNUR, y que estaban tratando de obtener asilo en otro país porque se la veían venir. La policía usaba pretextos del tipo del “ladrón de carteras” para allanar asiduamente el lugar, hostigar a los refugiados, identificarlos, hurgar en sus pertenencias y secuestrar cartas y otras cosas. Los chilenos sabían que eso era planificado, que sucedía en varios lugares del país, sobre todo en la frontera, y con consecuencias más graves, como que militares chilenos se llevaran a asilados, por la fuerza, nuevamente a su país.

Atención a la fecha, entonces: diciembre de 1973. En vida de Perón la coordinación represiva no tenía nombre “de fantasía” pero ya era operativa y había sido pactada por los gobiernos: no era informal.

*http://www.resumenlatinoamericano.org/2017/06/05/uruguay-la-coordinacion-criminal-que-el-estado-ampara-primera-parte/ En esta nota puede leerse el caso de varios uruguayos secuestrados en Buenos Aires a principios de 1974 y trasladados a la vecina orilla, de los cuales dos sobrevivieron a las torturas y el cautiverio ilegal. También hay referencias y fragmentos de reveladores documentos: aunque Resumen Latinoamericano hace malabarismos para no nombrar a Perón, o para minimizar su responsabilidad, las fechas no dejan lugar a dudas.

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