
Diez años después, el tiempo empieza a pesar
En agosto se cumple una década desde que la Legislatura neuquina aprobó el acuerdo entre YPF y Chevron para el desarrollo de combustibles no convencionales. Afuera, la represión se extendió durante siete horas; adentro, legisladores habilitaron la era del fracking y el nacimiento formal de Vaca Muerta. Diez años después, a pesar de los sistemáticos récord extractivos, las expectativas económicas siguen sin cumplirse. En tanto, la degradación socioambiental es evidente.
Por Fernando Cabrera Christiansen.
Impulsada por el déficit comercial energético en 2011, la expropiación parcial de YPF en 2012, le devolvió al Estado nacional el comando de la principal compañía del país en el sector. La explotación de Vaca Muerta, en alianza con trasnacionales, buscó resolver...