En el Enredando Las Mañanas del miércoles se entrevistó a Eduardo Soares, integrante de la gremial de Abogados, un día antes que se llevara a cabo la indagatoria a Américo Balbuena, un espía de la Policía Federal que se infiltró durante once años en la Agencia de Noticias Rodolfo Walsh, y fue descubierto por una interna dentro del ministerio de Seguridad en el año 2012.
E. M: ¿Nos podrías relatar quién es y qué hizo Américo Balbuena?
Eduardo Soares: Yo no había oído hablar jamás de Balbuena, hasta que en ese momento la Agencia Rodolfo Walsh pide una reunión con la Gremial de Abogados. Vinieron varias personas, entre ellas Oscar Castelnovo que era, en ese momento, el nombre más visible de la Agencia Walsh y me plantearon el tema Balbuena. Me explicaron cómo habían llegado a la conclusión. Algunos compañeros estaban muy compungidos ya que conocían a Américo Balbuena de la escuela secundaria. No podían creer que estuviera trabajando para los servicios de inteligencia.
Me consultaron qué debían hacer, si denunciar o no. Lo primero que les dije que debíamos verificar las pruebas que tenían y les pedí un día para hacer algunas gestiones.
En ese momento, a pesar de que no era adscripto al kirchnerismo, llamé a una amiga que era Nilda Garré, hacía poco que había asumido el Ministerio de Seguridad, y le dije “mirá Nilda, vinieron de la Agencia Walsh y dicen que ustedes (¡le tuve que decir ustedes!) tienen un hombre”.
A lo que me contestó que no tenía idea, que le diera un par de horas y me llamaba. A las tres horas se comunica conmigo y me dice que le habían confirmado que sí, que era un infiltrado, que no lo había puesto su gestión y que me daba su palabra de que pediría el retiro.
Bueno, llamé entonces a los compañeros de la Agencia Walsh y les dije que me habían confirmado que Américo Balbuena era un infiltrado y que confiaba en la palabra de Nilda Garré, que ellos confiaran en mí, ya que sabían que yo no era parte del gobierno.
La Agencia Rodolfo Walsh sacó un comunicado y tomaron medidas con Balbuena. Creo que a partir de eso fue el principio del fin, ésta es mi idea, la Agencia entró en crisis. Creo que Balbuena la destruyó. Luego Oscar fundó la APL –Agencia Para la Libertad- pero bueno, eso ya es otra historia.
Pero fíjense ustedes el daño que produce un tipo de éstos. Hubo muchos casos así, yo recuerdo el MST, que lo descubrieron en Neuquén y lo echaron. También hubo otros casos como el de Gerardo Martínez, el actual Secretario General de la UOCRA, y el gobierno nacional de aquel entonces no hizo nada. Yo me acuerdo porque defendimos un enfrentamiento interno entre la UOCRA y el SITRAIC, que es un sindicato de izquierda que se separó de la UOCRA, y se le pidió un informe a la Secretaría de Derechos Humanos y ahí figuraba como PCI -Personal Civil de Inteligencia- que es lo que era Balbuena.
Esto lo han hecho todos los gobiernos, son todos resabios de la dictadura, creo que esto es importante, que la audiencia de ustedes lo tenga en cuenta.
ELM: Legalmente las acciones de Balbuena ¿qué normas estaban violando?
Eduardo Soares: La inteligencia interna solamente corresponde por orden de un juez competente en el marco de una investigación judicial. O sea Balbuena tenía que haber estado ahí haciendo inteligencia a partir de una orden escrita de un juez. Esa es la única manera en que Balbuena o que otros puedan hacer inteligencia, no hay otra forma. No sé si se entiende, en un sumario judicial, en una investigación judicial, cualquiera sea el delito, puede ser federal o no, el juez le ordena a una fuerza de seguridad que haga inteligencia sobre determinada cosa, sobre determinadas personas o sobre determinada organización.
Y eso tiene que ser escrito, el juez tiene que hacerse cargo y tiene que fundamentar por qué la inteligencia. Si una persona está metida en una institución o haciendo inteligencia por su cuenta y revista como personal de inteligencia en un cuerpo oficial, el responsable es el gobierno, es el Estado. En este caso el responsable era el gobierno nacional, más allá de que yo le creo a Nilda Garré, que lo desafectó inmediatamente. Aunque lo que sí le es imputable al gobierno kirchnerista el Proyecto X de Gendarmería, ese sí le es imputable. Porque eso es una decisión de inteligencia de la Gendarmería aprobada por el gobierno y no avalada por ningún juez competente.
La Agencia Rodolfo Walsh en eso fue cuidadosa, fue mesurada. Creo también que estaba muy golpeada porque este Balbuena era un tipo querido, era un tipo que lo respetaban, que lo conocían de antes, no era un paracaidista que de pronto un día dijo “che, puedo trabajar con ustedes”, entonces estaban muy golpeados.
ELM: ¿Por qué pudo haber demorado tanto la indagatoria?
Eduardo Soares: En primer lugar esperar del 2013 al 2018, aunque parezca mentira, no es tan lento. Imagínense que a Menem recién ahora lo están juzgando, todavía estamos juzgando cosas de la AMIA. Para la Argentina está dentro de los parámetros normales.
La indagatoria, es el primer acto de la defensa. Cuando una persona es imputada por haber cometido un delito es el primer acto, donde se la cita a esa persona y se la pone en conocimiento del hecho que se le imputa, de las pruebas que obran en su cuenta y de todos los elementos de la causa. Luego tiene que tomar una decisión el juez en un plazo determinado, que en cada provincia es distinto de acuerdo a los códigos, y la decisión puede ser que se lo procese. Si lo procesa puede ser con o sin prisión preventiva, de acuerdo a lo que entienda el juez que pueda ocurrir, o se lo desprocese, que en ese caso se llama sobreseimiento en los códigos nuestros, es decir, se lo deja fuera del proceso, no se lo sigue investigando, o se determina lo que se llama la falta de mérito, pero no lo desprocesa. O sea, hay una situación sospechosa, no lo proceso, no lo desproceso y le decreto la falta de mérito, si alguna de las partes, el fiscal, la querella, le agrega más elementos veremos. Esa es la resultante de la indagatoria.
ELM: La acción de Balbuena ¿puede haber sido muy dañina, no?
Eduardo Soares: Sí, sí, claramente. La acción de Balbuena puede haber sido muy dañina, efectivamente. Puede haber producido hechos de mucha gravedad que desconocemos. Lo que es importante es determinar quién lo estaba monitoreando a Balbuena, porque no estaba solo ahí.
¿Quién estaba atrás de Balbuena? ¿Algún sector de la Policía Federal y no la cúpula? ¿Para quién trabajaba Balbuena? ¿A quién le rendía cuentas? E incluso ni siquiera sabemos la magnitud del daño que pudo haber producido.
Balbuena era uno de los reporteros de la Agencia que accedía a información importante. O sea, si la Agencia tenía información muy importante sobre determinada situación y a él le daban para que cubra una nota, ¿a quién le pasaba esa información Balbuena? A Nilda no, por ahí a otro del Ministerio de Seguridad, la Ministra no estaba al tanto de esto. En ese momento había una contradicción muy grande entre quienes estaban con Garré y quienes estaban con Aníbal Fernández.
ELM: ¿Puede haber cierta autonomía de la fuerza?
Eduardo Soares: Sí, claro. Balbuena era de la Policía Federal. No sé cómo habrá averiguado Nilda Garré, no creo que lo haya hecho ella sola. Tal vez habló con alguien de la Policía Federal que le dijo que tampoco tenía idea. Por eso también hacía mención a la interna de Garré con Aníbal Fernández, que antes no se podía decir ¿cuantos Balbuena debía haber? Si me hubiesen preguntado si se le podía haber hecho un juicio al Estado, yo les hubiera dicho que sí.