La Ley de Estado-nación de Israel también discrimina a los judíos mizrajíes

Académicos y activistas mizrajíes exigen que el Tribunal Superior de Israel anule la Ley de Estado-nación judío, diciendo que borra su legado cultural y perpetúa las injusticias contra ellos y los ciudadanos palestinos de Israel.

Las familias Kadoori, Hamias y Ashram se sientan alrededor de una improvisada mesa para cenar en Shabat, cerca de sus casas demolidas en el barrio de Givat Amal, Tel Aviv, Israel, 19 de septiembre de 2014. Shiraz Grinbaum / Activestills.org

Más de 50 prominentes judíos israelíes de origen mizrají presentaron una petición ante el Tribunal Superior de Justicia el martes para exigirle que anule la Ley del Estado-nación judía, diciendo que discrimina tanto a los ciudadanos palestinos como a los ciudadanos judíos mizrajíes en Israel.

Según la petición, la ley, que degrada al árabe de un idioma oficial a uno con “estatus especial”, es “antijudía” por excluir la historia y la cultura de los judíos de los países árabes y musulmanes, “al tiempo que fortalece la impresión de que la cultura árabe judía es inferior… y ancla la identidad del Estado de Israel como antiárabe”.

La petición, que fue escrita y presentada por la abogada Netta Amar-Shiff, también se refiere a una cláusula de la ley que establece el asentamiento judío “como un valor nacional”. Según los demandantes, cada vez que Israel se arroga la “reingeniería”, de la tierra, daña a los mizrajíes porque los empuja inmerecidamente hacia la periferia geográfica del país. Este proceso dificulta su acceso a tierras de alto valor por medio de los comités de admisión, que permiten a las comunidades de todo el país rechazar a los solicitantes de vivienda debido a su “idoneidad social”.

Entre los firmantes se encuentran el reconocido escritor Sami Michael, el profesor Yehuda Shenhav, la profesora Henriette Dahan-Kalev, el líder de los panteras negras israelí y activista por la justicia social Reuven Abergil, entre otros. (Revelación completa: la autora de esta nota es una de las firmantes de la petición). Según los peticionarios, los mizrajíes estuvieron excluidos en gran medida de la formulación de la ley, a pesar de que afectaría el derecho de su comunidad a preservar su patrimonio y que su descarado sesgo anti árabe afectaría adversamente a los judíos de los países árabes.

Tras el establecimiento de Israel, las autoridades hicieron todo lo posible para suprimir la identidad y la cultura árabes entre los inmigrantes judíos de los países árabes y musulmanes a través de una forzada doctrina de “crisol”, dejándolos privados de su bagaje material y cultural. Hace más de seis décadas, el diplomático israelí y erudito árabe Abba Eban dijo: “El objetivo debe ser inculcar en ellos un espíritu occidental y no dejar que nos arrastren a un Oriente antinatural. Uno de los mayores temores… es el peligro de que la gran cantidad de inmigrantes de origen mizrají obligue a Israel a observar cuán hermanada es nuestra cultura con la de nuestros vecinos”.

Unos mizrajíes caminan por el vecindario de Mamila en el oeste de Jerusalén, 1957. Mamila, como muchos otros vecindarios y comunidades, se vació de sus residentes palestinos en la guerra de 1948. (GPO)

Durante 70 años, esta cosmovisión formó la base del comportamiento de Israel con los mizrajíes. El oficialismo político exigió que los judíos mizrajíes renunciaran a su identidad árabe, al tiempo que abrían una brecha entre ellos y sus bagajes culturales. Y sin embargo, a pesar de los intentos de las políticas para la supresión cultural, las opiniones de expertos y las declaraciones juradas adjuntas a la petición muestran que muchos Mizrajíes, incluidas las generaciones más jóvenes, continúan considerando al árabe como cultural y lingüísticamente relevante para sus vidas personales.

Las opiniones de los expertos también buscan exponer las complejas historias de los judíos de los países árabes, para explicar por qué la ley, similar a una enmienda constitucional, sería perjudicial para el legado cultural de los mizrajíes y continuaría afectándolos negativamente. Según el profesor Elitzur Bar-Asher, lingüista y experto en el idioma hebreo, el objetivo de la ley no es “fortalecer el hebreo [a costa del árabe], sino reducir a su homólogo árabe”.

En su opinión experta, el doctor Moshe Behar demostró que el árabe era una parte inseparable del mundo intelectual judío en el Medio Oriente durante los períodos del mandato otomano y del mandato británico, respectivamente. Según Behar, los intelectuales judíos consideraban el conocimiento del árabe como una necesidad para todos los judíos en la región.

La investigadora cultural Shira Ohayon describió la influencia de la lengua árabe y su conexión con el renacimiento de la lengua hebrea, la poesía y la liturgia judía, mientras que el académico y director de cine Eyal Sagui Bizawe observó cómo los judíos que viven en los países árabes tomaron parte activa en la creación de la cultura árabe, y cómo esa misma cultura se convirtió en parte de su propio patrimonio.

La petición es un hito importante y quizás revolucionario en la lucha de los mizrajíes en Israel. Entre los firmantes se encuentran mujeres y hombres, religiosos, laicos y tradicionales, quienes se definen a sí mismos como sionistas y otros que no lo hacen. Los peticionarios buscan anclar la identidad mizrají en su sentido más profundo al exigir nuestros derechos culturales e históricos, al tiempo que utilizan todas las herramientas legales, académicas y morales para rechazar cualquier intento de aislar a los judíos mizrajíes de nuestro entorno natural, todo en beneficio de la ideología del “crisol” de Israel.

Fuente: https://972mag.com/israels-nation-state-law-also-discriminates-against-mizrahi-jews/139541/

Traducido del inglés para Rebelión por J.M.

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