El hecho ocurrió mientras tomaba imágenes de los basureros petroleros ubicados en el Parque Industrial. La policía lo golpeó y le secuestró sus equipos. El secreto y la falta de transparencia como parte constitutiva de esta política hidrocarburífera.
Stefan Borghardt es un fotógrafo alemán que llegó a Neuquén para hacer un informe sobre el fracking en Argentina y documentar especialmente el desarrollo del megaproyecto Vaca Muerta. El pasado lunes, mientras registraba la actividad de la planta de tratamientos de residuos petroleros Treater, ubicada a metros de la transitada ruta provincial 17, en la localidad de Añelo, fue detenido y golpeado por efectivo de la Policía de Neuquén. En diciembre, esa compañía había sido denunciada por irregularidades por la Confederación Mapuche Neuquina y distintas ONGs .
Borghardt estudia fotoperiodismo y fotografía documental en la Universidad de Arte y Ciencias Aplicadas en la ciudad alemana de Hannover. Mientras sacaba fotos a los piletones un supervisor le indicó que no podía realizar esa tarea en ese lugar y le solicitó que borrara las imágenes. Posteriormente el supervisor lo entregó a la policía que lo trasladó hasta Comisaría N°10 en Añelo, recientemente inaugurada.
En el camino, los efectivos le leyeron burlonamente el celular, reprodujeron sus conversaciones en altavoz y le preguntaron insistentemente para quién trabajaba. Al bajarse lo esposaron. Ya en la comisaría le pidieron que firmara el acta de su detención sin permitirle leerla detalladamente, a lo que se negó. Fue insultado y golpeado por al menos tres policías. También le mostraron amenazantemente un destornillador eléctrico, una escoba y una navaja. Además, un guardia le dijo que odiaba a los alemanes.
En su cuenta de facebook, Borghardt publicó los hechos. “Llegamos al calabozo y yo me encontré rodeado por unos cinco a siete oficiales, no me acuerdo bien, fue todo muy turbio y atemorizante para mí. Varios (al menos tres) me pegaron, me patearon y me insultaron. Un policía que me maltrataba con una escoba desde lejos, me dijo que él odiaba a los alemanes, a todos los alemanes. Yo durante todo ese proceso tenía las manos levantadas y pedía que no me lastimaran”, relata.
Borghardt presentará una denuncia ante la fiscalía provincial denunciando al responsable de la Comisaría y las autoridades políticas de las que depende por incumplimiento de deberes de funcionarios público, abuso de autoridad y sustracción indebida de elementos de la propiedad. Además solicitará se analice la responsabilidad de las empresa Treater y que se dicten sumarios internos a los efectivos que participaron de los hechos.
El maltrato policial es habitual cuando se intenta hacer registros en locaciones petroleras pero hasta el momento nunca un periodista había sufrido este nivel de violencia por parte de efectivos policiales mientras realizaba una cobertura. El ataque sufrido por Borghardt, que vulnera la libertad de expresión y la democracia, fue repudiada por la Mesa Nacional de Trasbajadorxs de Prensa y ARGRA, que se solidarizaron con el fotoreportero.
Las pocas fotografías que por el momento pudo rescatar Borghardt dan cuenta de la precariedad del lugar, que fue denunciado en diciembre pasado ante la Fiscalía de Delitos Ambientales y Leyes Especiales. En esa oportunidad Greenpeace sostuvo que los residuos están depositados directamente en el suelo, sin una zanja de drenaje adecuada y sin revestimiento de impermeabilización. Además, este vertedero se encuentra a apenas 5 km de la ciudad de Añelo, violando el decreto provincial N° 2263.
La expansión de la fractura hidráulica como método de explotación de hidrocarburos trae aparejada la generación de miles de toneladas de residuos. Desde que comenzó la explotación de Vaca Muerta, las plantas de tratamiento se han convertido en un serio inconveniente para la actividad. La Subsecretaría de Ambiente provincial no ha funcionado como un órgano de control firme ante los incumplimientos e irregularidades de los basureros. Por eso la fiscalización de otras personas -como puede ser la captura de imágenes por parte de periodistas, vecinos o trabajadores- se convierte en una elemento fundamental para denunciar el descontrol ambiental.