Este jueves al mediodía se lanzó la Red de Trabajadores Precarizadxs, Informales y Despedidxs, que nuclea a trabajadores y trabajadoras repartidoras de apps, gastronomía, trabajos domésticos, tareas de limpieza y docentes, entre otros sectores afectados, quienes marcharon por el microcentro porteño para visualizar el gran impacto que sufren producto de la cuarentena por la expansión del nuevo coronavirus (Covid-19) y la falta de garantías para trabajar, preexistentes a la pandemia, como el trabajo en negro, el recorte de salarios a la mitad y los despidos injustificados. También reclaman acceso al Ingreso Familiar de Emergencia (IFE), a pesar de que lo consideran insuficiente, y en su lugar reclaman un salario de cuarentena de 30 mil pesos para sobrevivir. La medida se dio de manera conjunta en otras ciudades del país, como La Plata, Mar del Plata, Rosario y Córdoba. Compartimos imágenes de la jornada en la Ciudad de Buenos Aires.
Fotos: Santiago Botero, ANRed.
En la Ciudad de Buenos Aires, la jornada de lucha fue al mediodía, en el cruce de las avenidas 9 de Julio y Corrientes, frente al Obelisco porteño, pleno microcentro. Allí jóvenes repartidores y repartidoras de apps (como Glovo, Rappi, Pedidos Ya y Uber Eats), que realizan trabajos domésticos, de sectores de limpieza, gastronomía y docentes, entre otros sectores afectados por la pandemia, se movilizaron para denunciar que su sector es uno de los que más sufren las consecuencias laborales de la cuarentena por la expansión del nuevo coronavirus (Covid-19).
Si bien su situación es preexistente a la pandemia, sostienen que la misma agrava sus condiciones laborales, por los trabajos en negro, el recorte de salarios a la mitad o los despidos injustificable. Ante esa situación es que fundaron la Red de Trabajadores Precarizadxs, Informales y Despedidxs.
Además de mejores condiciones de trabajo, reclaman que el Ingreso Familiar de Emergencia (IFE) les llegue a todos y todas, a pesar de que lo consideran insuficiente. En su lugar, reclaman un salario de cuarentena de 30 mil pesos para sobrevivir.