Hinchadas de diferentes clubes del país se organizan en acciones solidarias en el contexto de aislamiento social preventivo y obligatorio.
Por Natalia S- Red Eco.
En una esquina de William Morris pintada con los colores del Club Deportivo Morón y de Tigre hay gente prendiendo fuego y poniendo lonas para cubrirse del frío y la lluvia que está pronosticada. Tres veces por semana se organizan para armar comidas solidarias y compartirlas con los vecinos y vecinas del barrio que hoy no pueden “parar la olla” solos.
En una parroquia de Chacarita, hinchas de Atlanta y de otros clubes de la zona organizan viandas para personas que lo necesitan. La parroquia presta el lugar para una iniciativa que nace desde algunos hinchas de Atlanta. En Junín, donaciones de papa y verduras se convierten en más de 1000 viandas que algunas agrupaciones de Sarmiento entregan a vecinos del barrio. En Merlo, Buenos Aires, “Los pibes de la Traffic”, amigos e hinchas de Midland hace un mes organizan ollas para el barrio, a partir de donaciones. En Córdoba, la filial Malagueño, de Talleres, junta donaciones para comedores que alimentan a familias del barrio y destacan que siempre que “más allá de los colores, la ciudad se suma a ayudar, ya sean hinchas del clásico rival o de quien sea. Se contagia la solidaridad más allá de los colores”.
Escenas como estas se replican en todo el país de la mano de hinchas de diferentes clubes que se organizan para acompañar a sus vecinos a quienes el aislamiento no les permite obtener el sustento cotidiano. Algunos de ellos se ven en la necesidad de aclarar: “somos solamente hinchas, de diferentes clubes, hay algunos de la barra, pero no es esa la onda”, “siempre se nos asocia con el lío”
¿Por qué asociamos a las hinchadas con la violencia? ¿por qué no se difunden actividades valiosas de los hinchas? La ruptura de los lazos sociales, la sospecha sobre el otro, el aislamiento al que nos somete la vida en las ciudades y la huella del liberalismo e individualismo, se pone en duda y se recompone en situaciones de crisis. Si bien en estos días venimos escuchando relatos de personas que delatan a sus vecinos, acusaciones cruzadas por romper la cuarentena, discursos discriminadores, en muchos barrios ocurren actividades solidarias que también ameritan ser difundidas.
Aunque algunas no sean solo actividades de hinchas o generadas con banderas del club, muchas comienzan con un “escribi a mi grupo de amigos hinchas”. Porque la hinchada también es generadora de amistades y de vínculos positivos.
En el caso de William Morris, los hinchas de Morón nos cuentan que en la esquina de su casa hay un paredón, que dice “Los pibes de Morris”. En temporada de partidos de ahí sale un micro para ir a la cancha. Todos los que se suben a ese micro hoy están involucrados en la olla: “tiramos todos para el mismo lado”.
La olla se arma tres veces por semana, y se entregan alrededor de 260 viandas cada día. Antes de servir la comida ponen el himno y al finalizar hacen un aplauso, “como cumpliendo la misión de que pudimos darle de comer a toda la gente, que se le puede dar hasta la última persona, que se lleve su plato de comida. Se fue juntando asi, y ahora es impresionante la cantidad de gente que viene a ayudarnos.” También hicieron stickers para entregar a quienes llevan donaciones, que cada vez son más, como forma de agradecerles. La propuesta es que cada uno lleve su tupper “y se le entrega según la cantidad de personas que son en la casa. Algunos te dicen somos 12, ahi te da mucha tristeza que traen una olla, se la llevan llena.”
En Junín, las distintas agrupaciones de Sarmiento (Los Guerreros del Loreto, Los Viejos Guerreros y la Peña Tití Mastrángelo y también peñas de diferentes barrios), inspirados por el Comedor “El club de la pizza” de Renzo y Balti, suelen realizar actividades para movilizar recursos por diferentes causas, y ahora están armando viandas los fines de semana para alrededor de 1000 personas: “cocinamos para tratar de aliviar un poco el problema económico que tiene mucha gente en este momento.”
Andrés, de Atlanta, cuenta que comenzó haciendo donaciones él y luego lo comentó en su grupo de amigos del club y su novia hizo lo mismo en su club; se contactaron con una parroquia para que les faciliten las instalaciones. “Y así es como ahora estamos atendiendo entre 180 a 200 personas en el barrio, entre Chacarita, Villa Crespo y Paternal. Sin banderas religiosas, políticas, de clubes o barriales. Esto va mucho más allá. Y tenemos un lema que es que no podemos cambiar el mundo pero podemos cambiar el mundo a una persona.” Además, se dieron cuenta que la solidaridad es contagiosa: “Con esta movida despertamos al barrio, porque después de nosotros se empezaron a armar grupos y a crearse otras ollas”.
Estos contagios trascienden los barrios, también en el caso de Midland, “Los pibes de la Traffic” se inspiraron en otras hinchadas que estaban organizando ollas al ver las necesidades de sus barrios. La primera vez fue un día antes del cumpleaños de Maxi, quien pidió a su familia que en vez de hacerle regalos, lo donen. “Los pibes de la Traffic” (llamados así por haber seguido a su equipo a todos los partidos de Copa Argentina), desde el 25 de abril organizan comidas durante los fines de semana. Durante la semana se organizan para buscar donaciones de familiares, de amigos, de los comerciantes del barrio y otros vecinos. En la última entregaron más de 600 platos de comida, además de pan, leche, postres y bolsones de mercadería. “Estamos muy contentos por darle de comer a la gente y tristes a la vez por ver las problemáticas.”
Dibujos: @viajo.x.metro María Inés
NdR: Agradecemos la colaboración de Gallos en Red para la elaboración de esta nota.