Un repartidor que trabajaba para la app Glovo murió atropellado en Caballito el último martes. Es el quinto trabajador de aplicaciones que muere atropellado desde el inicio del Aislamiento Social Preventivo y Obligatorio. Las organizaciones de trabajadores denuncian la desidia empresaria y reclaman mejores condiciones de trabajo.
Por Julia Soul.
La esquina de San Martín y Luis Viale, en el barrio porteño de Caballio, fue escenario de la maniobra en la que un camión embistió a la moto en que se desplazaba un trabajador de la app Glovo, que fallecio como consecuencia del choque. El hombre, de unos 40 años, es el quinto trabajador de aplicaciones de reparto muerto como consecuencia de choques y accidentes de tránsito desde que comenzó la cuarentena. Este caso se suma a los de Emma Joncka en Rosario, Franco Almada en Quilmes o Miguel Angel Machuca en Avellaneda.
Los trabajadores de las app de reparto (Glovo, Rappi, PedidosYa, Uber Eats, etc) son el nuevo ejercito de trabajadores de servicios precarizados del capitalismo contemporáneo. Se trata de unos 60 mil trabajadores y trabajadoras que cotidianamente se ven expuestos a riesgos absolutamente evitables y excluidos de los más mínimos derechos laborales (como las vacaciones, la cobertura de salud y jubilatoria, el seguro de riesgos de trabajo, etc).
A pesar de estar contemplados como trabajadores esenciales en el contexto del Aislamiento Social Preventivo y Obligatorio, la desidia empresaria y estatal, el salario a detajo y las precarias condiciones generales de trabajo se expresan potenciadas en la cifra de un trabajador muerto cada dos semanas. Los trabajadores muertos son solo el extremo más doloroso en cuanto a las consecuencias de una cantidad mucho mayor de accidentes que nadie registra ni contabiliza y que provocan golpes y lesiones de distinta gravedad en el sector.
Las organizaciones gremiales del sector han denunciado sistemáticamente las precarias condiciones de trabajo, los salarios de hambre y los ritmos agotadores que impone el pago a destajo; principal caldo de cultivo para accidentes. Las organizaciones de trabajadores reclaman incrementos salariales y la provisión de elementos de protección personal. En el contexto de la pandemia, se organizaron dos paros internacionales y numerosas movilizaciones para visibilizar la situación. También reclaman la intervención del Estado, especialmente en lo que hace al reconocimiento de la relación de dependencia como relación que vincula a los trabajadores con las plataformas.
Hasta ahora, los empresarios y gerentes de las plataformas, pretenden que tanto los repartidores como los clientes son usuarios, por lo que no asumen ningún tipo de responsabilidad respecto de las condiciones de trabajo y los derechos laborales. A pesar de haber sido recibidos y de que se comenzaron a tramitar expedientes para viabilizar los reclamos, los y las trabajadoras de las plataformas de reparto siguen poniendo sus vidas en juego sin que nadie se haga responsable de ello.