La pandemia y la manipulación informativa han servido para ocultar hechos de suma gravedad y los mismos podrían quedar impunes. Es el caso de Facundo Astudillo Castro. Este joven, de solo 22 años de edad, salió el 30 de abril de este año de su domicilio en Pedro Luro –una localidad cercana a la ciudad de Bahía Blanca. Su propósito era dirigirse a esta para recomponer la relación con su novia. Por el impulso juvenil no advirtió que estábamos en la etapa más rígida de la cuarentena.
El último dato que se registra de él es cuándo es detenido por un móvil de la policía de la Provincia de Buenos Aires e introducido en el mismo en la ciudad Mayor Buratovich. La placa del vehículo es 23360 según los testigos confiables. Luego se registra una llamada a su madre en la que le dice “no sabes dónde estoy no me vas a ver nunca más”. A partir de ahí se inicia una supuesta investigación judicial plagada de informaciones falsas en la que evidentemente el juez interviniente trata de cubrir a los efectivos policiales. Finalmente la querella, impulsada por la madre, logra que el caso pase a la Justicia Federal con la carátula de “desaparición forzada”.
Por cierto que la jueza interviniente tampoco avanzó en la búsqueda de Facundo y de los responsables de su secuestro. El 15 de agosto se encontraron sus restos óseos en un “cementerio” improvisado por los secuestradores ubicado entre las localidades de General Daniel Cerri y Villarino Viejo. Cuando empezó el largo y trágico camino de la progenitora de la victima de este crimen de lesa humanidad que reproducía el calvario de nuestras Madres en procura de conocer el destino de los desaparecidos por el Terrorismo de Estado, fue recibida por el gobernador de la Provincia Axel Kicillof y por el Presidente Alberto Fernández quienes le aseguraron que colaborarían con la Justicia para que los responsables fueran castigados.
Por su parte el “marketinero” médico militar Sergio Berni –actual Ministro de Seguridad de la Provincia- le aseguró a la dolorida madre “que le traería a su hijo vivo”. Nada de esto se ha cumplido y han pasado más de 7 meses de la última comunicación de Facundo y no hay ningún detenido ni incluso ninguna indagatoria ordenada. Tampoco nadie ha renunciado ni ha reconocido el fracaso de sus compromisos.
No cabe duda que la “maldita policía” o la “mejor del mundo” tiene una directa responsabilidad en este crimen. Los vínculos de parte de su cúpula con el narcotráfico y los cientos de casos de gatillo fácil son la mejor muestra de cómo opera esta fuerza represiva. La misma que hace algunas semanas “sitió“ la residencia presidencial de Olivos para exigir una recomposición salarial que obtuvo y la que recibe una partida presupuestaria mejor que la de salud en el presupuesto votado por la Legislatura provincial.
Como se puede revertir esta realidad? Haciendo que el reclamo por la investigación sin limitaciones de este crimen se convierta en la bandera de las organizaciones de derechos humanos, de los movimientos sociales y populares y de todos los que creemos que los derechos humanos deben ser una consigna permanente de nuestra militancia. Al mismo tiempo debemos reclamar que los funcionarios públicos se hagan cargo de sus compromisos. Este será nuestro mejor homenaje a la carta de Derechos Humanos de Naciones. Ayer fue Julio López, Santiago Maldonado, Rafael Nahuel y decenas de asesinados por la represión estatal y para estatal. No podemos permitir que Facundo sea un caso más del país del “no me acuerdo” y de la impunidad.
Manuel Justo Gaggero es Abogado.-Ex Director del diario “El Mundo “ y de las revistas “Nuevo Hombre “ y “Diciembre 20”
Fuente: Resumen Latinoamericano
http://www.redeco.com.ar/masvoces/opinion/31520-argentina-%C2%BFun-crimen-de-lesa-humanidad-sin-culpables