Salud y educación en tiempos de pandemia

SALUD Y EDUCACION EN TIEMPOS DE PANDEMIA

Mario Hernandez

Reynaldo Saccone.

Entrevista al Dr. Reynaldo Saccone, ex presidente de CICOP

La distribución de la vacuna es totalmente desigual

M.H.: ¿A dónde estamos parados respecto de la pandemia?

R.S.: Primero hay que decir que estamos en un tembladeral, después ir dando algunos detalles.

Estamos a nivel mundial en un momento muy delicado porque está en curso un nuevo brote muy importante con una gran cantidad de contagios, incluso con una variante del virus y que se expande rápidamente por todo el mundo. En nuestro país, como todos sabemos, está en marcha. Se esperaba para febrero o marzo, pero ya empezó a levantar el 14 de diciembre aproximadamente. Conjuntamente con eso, están saliendo a la venta las distintas vacunas producidas por las distintas compañías farmacéuticas. Se tardó casi un año para sacarlas a la venta. Cada compañía saca su vacuna y se lava las manos de que ningún competidor conociera su fórmula y no se intercambian información. Si se hubiera hecho de forma colaborativa en todo el mundo, como planteaban muchos científicos, se hubiera encontrado mucho más rápido y hubiera sido mucho más eficaz y con mucho menos gasto de desarrollo.

Contradictoriamente a esto que abre una esperanza, pero para que la vacuna se convierta en realidad hay dos problemas, primero vacunar al 60% de la población, tarea que está lejos de completarse en un año como se pretende. En segundo lugar tiene grandes incógnitas la vacuna, porque como todos sabemos, no terminó ninguna de las vacunas en circulación el ciclo que habitualmente llevan, no llegaron a la cuarta etapa de los procesos que hace años a nivel mundial están protocolizados y se autorizó a salir a la venta en todos los países por razones excepcionales, estando en la tercera fase, sin haber demostrado completamente su eficacia. Y se está vacunando a la gente con los estudios preliminares no confirmados porque ninguna terminó la tercera y mucho menos la cuarta etapa; dicen que tendría un 95% de efectividad para quien recibiera las dos dosis. Esa es la situación actual.

A nivel mundial hay que tener en cuenta que la distribución de la vacuna es totalmente desigual. Hace unos meses hubo una comunicación de Médicos sin Fronteras que tomó Amnesty International planteando que el 52% de las vacunas habrían sido adquiridas por los países más ricos del mundo que solamente tenían el 13% de la población mundial. Tremendo, la mitad de las vacunas destinadas a una “crema” de los habitantes de los países más ricos. Y para mitigar esta situación, se había creado un fondo que distribuye vacunas, creado por la OMS. Pero ese fondo solo alcanzaría para el 7% de la población mundial.

En los diarios mundiales salieron las declaraciones de un ejecutivo de la OMS que dice que 28 millones de dosis han sido distribuidas solamente en 46 países, pero 10 de ellos tienen el 95% de las vacunas. Es decir que hay una distribución absolutamente desigual y se hace en función de la capacidad de pago de cada país. Entonces  los países centrales imperialistas son los que se llevan el botín de la vacuna. Eso está causado porque las vacunas pueden ser producidas porque existen las patentes, entonces la patente impide que otra industria farmacéutica, aunque tenga la capacidad y los recursos, fabrique la vacuna. Solo la pueden fabricar los que tienen la patente.

Estamos en esta instancia que demuestra que la Ley de patentes es un obstáculo para el desarrollo de la industria, en el sentido de una industria que sirva para beneficiar a la humanidad. Para una industria que sirva para beneficiar a sus accionistas la Ley de patentes viene fantástica porque aumenta las ganancias e impide que otros la fabriquen.

Estamos en esa situación a nivel mundial. En cuanto a la Argentina, las vacunas están llegando, no con la rapidez con la que se requiere pero están llegando. Si no hubiera Ley de patentes se podrían haber empezado a producir en Argentina, pero eso no es posible. El gobierno no tiene la menor intención de desconocer la patente, hay registros históricos de que así ha sucedido, por un lado hay descubridores de vacunas como el de la penicilina, Fleming, o de las vacunas para la polio, A. Sabin y J. Salk, que renunciaron a la patente, entonces esas vacunas pueden hacerse por cualquiera que tenga la capacidad en recursos humanos y tecnológica para realizarla y se puede distribuir sin tener que pagar regalías a nadie.

Sin embargo, la OMC ha tratado de fortalecer la existencia de las patentes para que la industria farmacéutica tuviera asegurado el monopolio de la producción de las vacunas. Entonces fijate que obviamente el campeón mundial en la lucha de defender las patentes es USA, pero acompañado por todos los países capitalistas europeos.

Hubo ejemplos de desconocimiento como por ejemplo Sudáfrica en los 90 donde la epidemia de HIV se había constituido en un problema brutal de salud pública, especialmente para la población negra, que es la enorme mayoría de la población sudafricana. Entonces el gobierno de Nelson Mandela suspendió las patentes de los remedios para el HIV para poder fabricarlos en el país e incluso comprarlo a aquellos que podían fabricarlo de manera no autorizada por las patentes.

Mandela para mejorar la situación de la población afectada desconoció las patentes. Eso con la oposición tremenda de toda la industria farmacéutica y del gobierno norteamericano que estaba totalmente en contra de lo que estaba haciendo Sudáfrica.

Eso pasó en los 90. Pero en el año 2001/2 sucedió lo que se llama la crisis del Antrax. En EE UU y Canadá había atentados con sobres, correspondencia contaminada con bacilos de Antrax que es una infección muy importante que puede matar, y se difundió rápidamente, había una especie de terrorismo bacteriológico. El remedio para eso es un antibiótico que fabricaba Alemania, la patente la tenía una empresa química de ese país y no podían hacerla en EE UU ni en Canadá. Entonces el gobierno de USA que en todo el mundo defendió el derecho a la patente de los monopolios rompió esa ley y autorizó a su industria a fabricar la ciprofloxacina que era el remedio indicado. Lo mismo pasó en Canadá. Obviamente hubo un acuerdo con la industria alemana, pero se violentó la patente.

Todo esto lo cuento para que se vea que hay ejemplos mundiales, entonces no es descabellado que un gobierno nacional desconozca el derecho a la patente para producir más rápidamente la vacuna. Obviamente con la tecnología y los recursos humanos adecuados. En ese sentido hay una iniciativa encabezada por India y Sudáfrica a nivel internacional que han presentado en la OMC apoyado por 99 países, una cantidad enorme, entre los firmantes está Argentina, que piden que se suspenda la vigencia de la patente mientras dure la pandemia para que los países puedan fabricar la vacuna y todos los insumos, porque si bien no hay remedios que la curen, hay una serie de insumos farmacológicos y de equipamiento que son necesarios para combatir la pandemia. Esa iniciativa se discutió el 14 de diciembre, justo la fecha en que Argentina empezaba a levantar el número de contagiados y ese 14 de diciembre la OMC decidió pasar esa propuesta a comisión para que sea discutida pero no hubo consenso para aceptarla. No lo hubo porque los grandes países centrales capitalistas y que ejercen su dominio político y económico sobre el resto del mundo, se opusieron tajantemente con sus aliados, entre ellos el Estado de Israel y otros Estados menores que acompañan a los países que dominan la economía mundial.

Entonces todo esto es interesante, quiere decir que en el mundo hay un intento para oponerse a la dictadura tremenda de los monopolios farmacéuticos, pero para eso tiene que ser mantenido y los gobiernos tienen que tomar la decisión de llevarlo adelante, cosa que nuestro gobierno está muy lejos de tomar una decisión de esa naturaleza que lo llevaría a enemistarse con el FMI y todos los organismos internacionales cuyas directivas están cumpliendo a rajatabla para perjuicio de la población argentina.

M.H.: ¿Cómo está el dengue?

R.S.: El dengue existe en nuestro país, durante muchos años fue exótico, venía con los viajeros de lugares donde era endémico como las zonas más tropicales. Con el cambio climático, nuestro país se fue haciendo más tropical, hoy los veranos porteños superan los de la época de los tangos de Piazzolla, no hay comparación posible. Pero no es solo Buenos Aires. Las altas temperaturas se han ido corriendo hacia al sur y con eso también las patologías ligadas a las altas temperaturas. Una de ellas es el dengue, que como todos sabemos existe en estado endémico y que lo transmite el mosquito. El mosquito pica a una persona, que está infectada de dengue aunque no aparezca la enfermedad, porque no es una enfermedad continua, sino que existe por brotes y durante muchos años la enfermedad no se manifiesta pero la persona tiene el virus; entonces el mosquito pica, come la sangre infectada y después pica a una persona sana y le inyecta la sangre infectada y así se va transmitiendo. Eso se llama “insecto vector” que es el que lleva la enfermedad.

En nuestro país existe en forma estable, está en la Argentina, no es necesario que nadie viaje a Paraguay o al sur del Brasil, sino ya en el Conurbano, parte de la provincia de Buenos Aires ya lo tiene y se va a ir desplazando hacia el sur. El mosquito Aedes aegypti, que es el mismo que transmite la fiebre amarilla, que era exótico en las zonas del litoral y las más tropicales del país ya se ha convertido en una especie endémica, tiene su hábitat permanente en las zonas templadas de la Argentina. O sea que tenemos el virus y tenemos el vector natural. No es necesario que nadie viaje para transportarlo.

Estoy hablando en sentido muy general. A partir de septiembre empieza a levantar el dengue. Hay hospitales en CABA que tienen consultorio específico para dengue, tienen todo tipo de profesionales, con apoyo bioquímico para los pacientes, que diagnostican los síntomas y hacen el control y monitoreo de la evolución de los pacientes. En general es una enfermedad auto limitada en la gran mayoría de las personas, son varios días con fiebre y tremendos dolores musculares. Por eso en algunos países se lo llama la fiebre quebranta huesos porque la persona siente que le rompieron los huesos. Pasan 5/7 días, una semana y hay recuperación espontánea. Lo cual no quiere decir que haya desaparecido el virus de la sangre de esa persona, pero está equilibrado. No se contagia de persona a persona, se contagia a través de un mosquito.

Estamos empezando la época del dengue que es mientras dura la temporada estival y hay mosquitos en circulación. Hay que cuidarse especialmente de los mosquitos. No hay medicación eficiente conocida, hay distintas pruebas empíricas pero no hay una medicación. Se trabaja en esa línea investigativa y también se trabaja en el desarrollo de la vacuna. Tampoco hay vacuna a la fecha.

Laura Marrone.

Entrevista a la docente y legisladora (MC) Laura Marrone

La oposición ha hecho de la presencialidad una bandera electoral

M.H.: Cuál es tu opinión sobre el comienzo de clases el próximo 17 de febrero.

L.M.: Efectivamente, el gobierno de CABA pretende dar inicio de clases con presencialidad el 17 de febrero.  Esto en realidad forma parte hoy de un debate nacional que se está dando, sobre el regreso a clases este año. Es notable cómo han salido a posicionarse en un planteo bastante irresponsable sobre este tema. Hemos visto al propio ministro de Educación nacional Trotta decir y desdecir, primero decir que estaba planteado el regreso con presencialidad y luego manifestar que no todas las escuelas ni todas las provincias están en condiciones. Parece que hemos entrado en campaña electoral.

Y el tema del reinicio de las clases con presencialidad aparece como un tema de disputa entre el oficialismo y la oposición sin que ninguno tenga la capacidad de decir hoy cuáles serían las condiciones que permitirían un regreso con presencialidad casi al 100% como algunos están planteando. El colmo ha sido Patricia Bullrich, a la que yo llamo “Pepita la pistolera”, diciendo que “docente que no se reintegra hay que relevarlo de sus tareas”. Es una señora bastante irresponsable, pero no nos vamos a detener en ella.

Las familias están preocupadas tanto por la posibilidad de volver como de no volver a clases. Es un tema muy sentido que afecta al conjunto de la población. Casi toda la población tiene algún familiar en edad escolar. Empecemos por lo que ya hemos hablado en repetidas oportunidades, la presencialidad es el mejor ámbito para el desarrollo de la educación. El contacto entre pares, la interacción entre el docente y el colectivo de alumnos. Todo eso no tiene mejor espacio de desarrollo, especialmente en el nivel inicial y la primera infancia que en un edificio escolar o un ámbito que permita la presencialidad. Lo que hay que discutir no es eso, sino si existen condiciones para la presencialidad.

Participé de un zoom que hizo un colectivo de familias, que siempre se ocupan de la cuestión de la escuela pública, y que han creado un colectivo que se llama “Retorno seguro a las escuelas”. Me pareció muy interesante y serio el trabajo de este colectivo que ya tiene alrededor de 400 integrantes, que se ha hecho en estos días, mientras las familias se encuentran con la intriga de qué va a pasar cuando les planteen el regreso a las escuelas de sus hijos.

Hicieron un listado de preguntas para hacerle a la ministra de Educación de CABA y yo creo que también es extensivo al ministro de Educación nacional y puede servir de base para que sea presentado por familias y docentes de distintas provincias. Plantea discutir con seriedad cuáles son las condiciones para la vuelta a la presencialidad.

El año pasado el ministro Trotta emitió un documento, en el cual se decía cuáles eran las condiciones epidemiológicas para plantearse un regreso masivo o parcial de los alumnos a la presencialidad. Elaboró o dio a publicidad un semáforo epidemiológico que se utiliza en distintos países del mundo, donde hay tres indicadores, uno es cuál es el grado de transmisión, el otro cuál es el grado de crecimiento y el otro el porcentaje de ocupación de camas de terapia intensiva en la región. Si atendemos a los tres indicadores, por el momento el último estaría bajo, pero está arrancando el nuevo brote y en algunos lugares ya es muy alto el índice de ocupación de camas; la transmisión es muy alta. No responde a este semáforo las condiciones actuales en CABA. Entonces en vez de decir cosas que puedan generar ilusión en una familia que tiene un problemón porque necesita que los chicos puedan ir a la escuela para responder a la exigencia del empleador de trabajar. El índice del semáforo de transmisión y de crecimiento no da garantías de que se pueda reingresar a la escuela con presencialidad.

Seguro en CABA que tenemos un índice de mortalidad del 3,11%, confirmado por el ministerio de Salud de CABA.

Entonces, cuáles son las condiciones que hacen falta, además de estas epidemiológicas, condiciones sanitarias en las escuelas. Si para conservar distancia, 1,5 o 2 metros entre alumnos para que no haya posibilidades de que el aerosol al hablar contagie a los chicos, tendríamos que tener 8 o 10 alumnos por aula. En las aulas actuales esa situación no da para responder al núcleo de alumnos que hace falta para una supuesta presencialidad 100% como se pretende.

Y si supuestamente el docente atiende otra parte, en forma virtual, hay un problema ¿cuál es el docente que al mismo tiempo está dando clases virtuales? Excepto que se esté especulando con que el docente duplique su jornada laboral sin que se haya pensado en nuevos cargos o duplicación salarial. Al mismo tiempo en dos lugares no se puede estar. Entonces, no hay una adaptación física de las aulas y las escuelas para garantizar una presencialidad al 100% como se habla en CABA.

Segundo, la higiene de los baños y espacios comunes, requeriría un aumento, que hoy no puedo dar cifras del personal de limpieza de las escuelas, para garantizar algo que hoy no se garantiza con la planta de trabajadores actuales. Y podemos seguir, ya hemos hablado en otra oportunidad de la cantidad de chicos que quedó afuera del sistema educativo durante el 2020 por la falta de dispositivos y conectividad. El ministerio de Educación de la nación, sacó un documento de balance, o sea, que esto que voy a detallar a continuación son cifras oficiales y es que alrededor de un millón de chicos quedó afuera del sistema educativo, porque no tuvo ningún tipo de conexión o muy bajo. Yo me animaría a decir que puede ser mayor y que inclusive esta es una cifra muy relativa, porque si tuve algunas conexiones entraría a la categoría de “pudo acceder a conexión” y no es suficiente. Entonces, hay cifras que da el ministerio que indican que en nuestro país solo 1/3 de los docentes cuenta con dispositivos tecnológicos para su uso exclusivo, porque el docente también tiene hijos, tiene una pareja que también hace teletrabajo y a lo mejor no todos tienen un dispositivo. El propio ministerio reconoce que solo el 30% de los docentes tiene disponibilidad de un dispositivo en su casa. Esto es un problema delicado para las familias.

M.H.: Un dispositivo que por otra parte paga el docente.

L.M.: Claro, porque además los docentes tuvieron que salir a contratar un sistema de alrededor de 2.000 pesos para garantizar la conectividad. Todo eso pensando que solamente el 52% de los chicos tienen computadoras liberadas para uso educativo. Hoy me comentó una compañera que trabaja en un lugar muy pobre de Córdoba, que se llama Las Tapias, en Traslasierra, sus alumnos son hijos de familias que hacen ladrillos con el método ancestral, en su mayoría. Ella me decía que trabajó más que nunca en su vida, porque sus alumnos, los que logró que se mantuvieran conectados, algunos tenían que hacerlo a la noche porque el papá de día usaba el celular en su trabajo y volvía tarde. Y ella no le podía decir al alumno que su horario de trabajo es de 8:00 a 14:00. No tuvieron horario los docentes.

Cuando Patricia Bullrich o algunos otros personajes repugnantes, acusan a los docentes de ser los responsables de una situación que es realmente crítica, porque si más de un millón de alumnos quedaron fuera del sistema estamos hablando de una situación muy complicada. Este colectivo de padres que mencioné parte de un posicionamiento muy serio “Exigimos al gobierno que diga cuántas aulas y cuántas escuelas fueron reparadas y acondicionadas para esta situación de pandemia durante el 2020 y con qué nos vamos a encontrar en este 2021”. “Cuántos cargos nuevos se crearon para poder compensar la bimodalidad que se propone”. En Córdoba el gobierno se dio el lujo de no cubrir inasistencias, entonces no hubo suplencias, el gobierno se ahorró plata. Y esto también ocurrió en CABA. Muchos docentes perdieron el trabajo, la planta más precaria que son los suplentes, se encontraron con que no se convocaba a nuevos reemplazos y eso supuso que hubo alumnos que se quedaron sin clases sobre todo en las materias curriculares, que siempre se las considera en un segundo plano, Educación física, Música, etc.

Cuando el Ministro Trotta da declaraciones claramente esta apurado y preocupado por responder a la campaña electoral que ya largó la oposición haciendo de este tema una bandera electoral. Con una falta de responsabilidad total. Yo creo que hay que saludar la posición de este colectivo que son familias que tienen que ser escuchadas y que van a dar una voz distinta a lo que está escuchándose en los medios. Ellos van a demostrar que para volver a clases hay que ser serios, garantizando condiciones epidemiológicas en primer plano y de limpieza e higiene en las escuelas. Mientras tanto tenemos que garantizar que todos los alumnos tengan dispositivos y conectividad. No sé por qué seguimos en la misma situación, no se resolvió nada desde el año pasado a esta fecha. Se prometen y dicen cosas que no son. El gobernador de Córdoba dijo que todas las escuelas de la provincia tienen internet. En octubre, me decían las maestras, empezaron a darles conectividad y las famosas computadoras que supuestamente habían repartido casi no existen. Es muy sencillo responder con seriedad a esta pandemia y al problema educativo, conectividad y dispositivos para todos en tanto no se den las condiciones epidemiológicas que el propio gobierno y las propias entidades oficiales han puesto como condición el año pasado que es el semáforo epidemiológico.

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