Cientos de personas volvieron a concentrarse este lunes frente a la puerta de la casa de la vicepresidenta, Cristina Fernández de Kirchner, por octava vez consecutiva desde que el fiscal Diego Luciani pidió para ella 12 años de condena y la proscripción perpetua.
Las calles de la Recoleta, uno de los barrios más caros y reaccionarios de la Capital Federal, volvieron a llenarse de una multitud peronista, aunque sin alcanzar la cantidad del pasado sábado. A diferencia de los días anteriores, este lunes la policía de la Ciudad de Buenos Aires no plantó un operativo desmedido para reprimir.