Brasil
Andalou Agency 27.09.2022
Aceite de palma: Nuevo informe acusa a productores brasileños de violaciones de derechos humanos
Los mayores productores de aceite de palma de Brasil son acusados de violaciones contra comunidades indígenas en la región de Pará
Un nuevo informe publicado el lunes por una importante ONG acusa a los principales productores brasileños de aceite de palma, proveedores de empresas internacionales, de cometer violaciones a los derechos humanos.
Global Witness pidió una “acción inmediata” de Cargill, Hershey’s, Kellogg, Nestlé y PepsiCo, que obtienen aceite de palma de Brasil Biofuels (BFF) y Agropalma, así como de los eurodiputados, para prevenir las violaciones de los derechos humanos y los derechos territoriales que supuestamente sufren las poblaciones indígenas. en el Amazonas.
Según el informe, las empresas están “enredadas en conflictos de larga data con las comunidades locales”.
“BBF es acusada de realizar campañas violentas para silenciar a las comunidades indígenas y tradicionales que defienden sus tierras ancestrales, sin intervención estatal ni poca rendición de cuentas, mientras que Agropalma está vinculada a apropiaciones fraudulentas de tierras y desalojos o desplazamiento de comunidades”.
Ambas empresas niegan los cargos.
El informe encuentra que “la violencia, la apropiación ilegal de tierras y los desalojos forzosos de comunidades indígenas quilombolas, ribereñas y campesinas en la Amazonía se han intensificado bajo la presidencia de Jair Bolsonaro, al punto de poner en riesgo sus vidas”.
Los indígenas que habitan en la zona sufrieron “una campaña sostenida de intimidación, tortura y maltrato físico por parte de agentes de seguridad armados y milicianos supuestamente contratados por la BBF”, quienes pretendían criminalizarlos, silenciarlos y amenazarlos de muerte.
Y el informe explica que hombres armados, contratados por la BBF, presuntamente “torturaron y detuvieron a miembros de una comunidad quilombola echándoles plástico ardiendo en la espalda y le dispararon al menos a un miembro de la comunidad indígena, hiriéndolo”.
La ONG dijo que BBF ha reconocido la disputa en curso y está tratando de “resolverla”. BBF también afirmó ser “víctima de acciones criminales contra sus empleados” y haber informado a la policía, al tiempo que negó haber cometido violencia contra miembros de la comunidad.
Agropalma, parte del conglomerado bancario brasileño Alfa Group, supuestamente controla “el área de 150.000 campos de fútbol” en Tailandia, que “se superpondría con la tierra reclamada por las comunidades quilombolas”.
Agropalma está acusada de poseer títulos de propiedad “ilegales” sobre tierras donde alguna vez vivieron miles de indígenas y quilombolas, que fueron desalojados por la fuerza. Se ha permitido seguir ocupando estas áreas, aunque un tribunal brasileño determinó recientemente que Agropalma las había adquirido a través de títulos de propiedad falsos” que restringió sus movimientos y les impidió el acceso a su cementerio sagrado.
Agropalma niega disputas por tierras, insistiendo en que prohíbe acciones que interfieran con las actividades legales y regulares de los defensores de derechos humanos y que asegura la protección de sus empleados y propiedades.
*Traducido del inglés por Mourad Belhaj
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