Mientras se desarrolla el juicio por el asesinato Fernando Báez Sosa, en La Retaguardia buscamos aportar una diversidad de voces que ayuden a reflexionar. La pretensión es analizar cuál es el rol de los medios de comunicación en la cobertura de estos casos y cuáles las responsabilidades sociales y políticas que dan pie a que sucedan estos hechos. Caio Varela, presidente de Ciervos Pampas, el primer club de rugby de diversidad sexual de América Latina, pasó por el programa radial Estás Muteadx.
Entrevista: Pedro Ramírez Otero/Julián Bouvier. Redacción: Julián Bouvier. Edición: Pedro Ramírez Otero
El caso de Fernando Báez Sosa es conocido por la gran cobertura mediática que obtuvo. Eso no siempre aporta luz a los casos. Muchas veces, por el contrario, lo que brindan es una mirada morbosa. Caio Varela, presidente del club de rugby Ciervos Pampas, el primer club de diversidad sexual de América Latina, contó su mirada acerca del tratamiento de los medios de comunicación en este caso: “Se reafirman prejuicios, se generan sensaciones que no aportan soluciones constructivas para que nosotres podamos ser mejores como sociedad. Hay una perspectiva de los opinólogos de turno, que se creen doctores del derecho penal, que no tiene absolutamente nada que ver con el hecho que se juzga. Cualquier persona que quiere una sociedad mejor, quiere justicia por Fernando, por su familia. Pero esto no termina en la condena de estos asesinos. Tenemos que seguir pensando cómo seguir haciendo cambios en la sociedad, en el cotidiano”.
En el deporte existe y existió siempre el machismo. Uno de los famosos “ritos” que existen en las diferentes disciplinas deportivas es el “bautismo”. Cuando un jugador llega al club, se le hace un recibimiento, como si fuera un derecho de piso. En general, son violentos, o buscan burlarse de la persona. El jugador del Ciervos Pampa se refirió a estas dinámicas y detalló cómo son los bautismos en su club: “Hace tiempo venimos pensando cómo oponernos o cómo crear una nueva perspectiva de construcción del deporte. Cuando digo ‘el deporte’ no digo la disciplina, sino la forma en cómo se plantea este. Las palabras que se utilizan, cómo está planteada la competitividad, cómo ves al otro. Hay cosas que pueden parecer utópicas, pero que concretamente se pueden traducir en posturas. Por ejemplo, nosotres tenemos ‘bautismo’ a los jugadores. Pero nuestro bautismo es un abrazo colectivo de bienvenida. Es sencillo, simbólico. Pero es una decisión. Antes era muy común que los bautismos sean violentos, ahora están prohibidos oficialmente. Entonces, no se trata solo prohibir lo que no está bueno. No hay problema que haya un bautismo, el problema es que sea violento”.
Ciervos Pampa nació en un espacio llamado ADAPLI (Asociación Deportiva Amateur por la Inclusión), que tenía diferentes disciplinas deportivas, destinadas al colectivo LGTBIQ+. Desde ahí, un grupo de amigos decidió convocar un entrenamiento de rugby desde una perspectiva de la contención. “Luego nos organizamos para jugar el primer partido. Y ahí nos dimos cuenta de que teníamos que ser más. Hicimos una convocatoria más amplia, más abierta. Entendimos que, en ese proceso de construcción, lo que nosotres queríamos y planteábamos era una transformación social en el deporte a partir de una perspectiva de derechos. Es decir, entender el deporte como un derecho y no como un privilegio. Que el deporte finalmente pueda ser para todes. Cuando hablamos de derechos, hablamos también del Estado. Plantear obligaciones para este Estado, para que exista una promoción del derecho al deporte. Y eso implica crear una estructura, recursos específicos. Que haya, por ejemplo, perspectiva de género y diversidad en el deporte”, dijo Caio.
—¿Han sufrido discriminación por ser un equipo de diversidad sexual?
—En el deporte hay una lógica que está establecida, pensada desde una perspectiva hetero cis patriarcal. Por ende, las personas que no respondemos a esa lógica es como que somos bichos raros. Como si no hubieran LGBT en el deporte desde siempre. La diferencia es que ahora nosotres nos paramos desde un lugar de determinación, de empoderamiento, y somos lo que somos. No nos encuadramos en ninguna performance. Lo que hacemos es visibilizar lo que somos, cómo somos.
A partir de una entrevista que circuló en las últimas semanas al exjugador de rugby Agustín Pichot, se puso énfasis en la discusión de la cultura del rugby. “Poner la responsabilidad de lo que pasó exclusivamente en la cultura del rugby no da respuestas integrales. Si pensamos lo que pasó en las celebraciones de la conquista de la Argentina en el mundial de fútbol, también existió violencia. Discursos y cantos homofóbicos, transfóbicos, racistas, xenófobos. Y fue justificada, naturalizada. Como si fuera un chiste. Hay que pensar la problemática desde todos los campos y no solo poner el eje en el rugby”, opinó Varela.
Fuente: https://laretaguardia.com.ar/2023/01/caso-baez-sosa-y-despues-de-las-condenas-que-hacemos.html