El policía bonaerense Carlos Gómez, que se desempeñaba en la DDI de Lomas de Zamora, fue uno de los agentes que en 2017 participó del allanamiento a la casa de Marcos Bazán, y declaró este martes en una nueva audiencia del segundo juicio por el femicidio de Anahí Benítez.
Lomas de Zamora – En la tercera jornada de audiencias, Carlos Gómez dijo, además, que escuchó al fiscal del primer juicio Sebastián Escalera cuando le decía al juez de garantías que lo llamaban desde la gobernación (de la provincia de Buenos Aires) porque el caso había tomado mucho estado público y se tenía que esclarecer.
Marcelo Farrell, también policía como Gómez que se desempeñaba en la DDI de Lomas de Zamora y que también conformó el grupo que allanó el domicilio de Bazán, dijo que lo único que recuerda que se encontró en la casa del imputado fue una pala y aclaró que era “una pala de punta”.
Una de las principales objeciones que hizo la Cámara de Casación bonaerense respecto al primer juicio fue sobre las supuestas pruebas que se hallaron en la casa de Marcos Bazán, declarado único culpable y sentenciado a cadena perpetua por el tribunal lomense.
Marcos vivía a menos de 300 metros de donde fue hallado el cuerpo de la joven de 16 años, Anahí Benítez.
Estos dos testimonios fueron los más relevantes de esta tercera jornada porque están en sintonía con lo que Casación marcó en la sentencia del año pasado, es decir la falta de pruebas reales para declarar culpable a Bazán.
El juez Daniel Carral, integrante junto a Roberto Maidana de la Cámara de Casación, afirmó en los fundamentos que hizo acerca del primer juicio que “no se trata de la simple constatación de una excesiva utilización de preguntas aclaratorias sino de una intervención activa en la producción de la prueba, destinada en algunos casos a la obtención de proposiciones fácticas que permitían acreditar elementos de la teoría del caso de la fiscalía, aunque también se constata, en otras ocasiones y al margen de la relevancia informativa que perseguían las preguntas del Tribunal, una inexplicable presión sobre ciertos testigos, que coartó de manera significativa su libertad para dar las respuestas”. Principalmente, esa ” intervención activa en la producción de la prueba” y esa “inexplicable presión sobre ciertos testigos” era destinada a culpar de los hechos a Marcos Bazán.
La Cámara de Casación bonaerense también ordenó que el segundo juicio se realizara con un nuevo tribunal. Lo integran, entonces, los jueces Santiago Ariel Márquez, Daniel Julio Mazzini y Gustavo César Ramilo.