A raíz de la desaparición desde el 12 de febrero pasado, del joven wichí Salustiano Giménez, de 16 años, se produjo en Nueva Pompeya, Chaco, la movilización de integrantes de las comunidades para exigir que las autoridades judiciales tomen con más empeño y seriedad la búsqueda. Esto dio lugar a una exagerada represión policial.
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Anteriormente los hermanos y hermanas wichí habían realizado cortes exigiendo la búsqueda, razón por la cual la Ministra de Seguridad Gloria Salazar había firmado un acuerdo junto con la Secretaria de DD.HH., Silvina Pérez, acordando los operativos de búsqueda y rastrillaje.
Al ver que no avanzaba el rastreo, los días 4 y 5 de marzo tuvo lugar la manifestación frente a la comisaría, lo que produjo un tumulto que terminó con una violenta represión por parte de la policía y la detención de 14 integrantes de comunidades.
Los hermanos recalcaron en todo momento que ellos se movilizaron en forma pacífica y sin embargo recibieron balas de goma y siendo deteniendo también el presidente de la Comunidad Wichí Nueva Pompeya, Mario Ledesma.
Quienes trabajamos y acompañamos a los hermanos wichí en distintas oportunidades damos fe que nunca tienen reacciones violentas, aun cuando tengan motivos para hacerlo, por eso no podemos menos de indignarnos ante medios que dicen por ejemplo: “En la tarde del sábado unos 200 manifestantes encapuchados atacaron patrulleros a piedrazos, provocaron incendios y tomaron tanto la comisaría como el Juzgado Multifueros de la localidad”.
Siempre hay una victimización de las “fuerzas del orden”, siempre los indígenas son los violentos.
Finalmente, una comitiva encabezada por la vicegobernadora, Analía Rach Quiroga, la ministra de Seguridad y Justicia, Gloria Zalazar, jefe de la Policía del Chaco, Ariel Acuña, la secretaria de Derechos Humanos y Géneros, Silvana Perez, y el defensor del Pueblo, Bernardo Voloj, entre otras autoridades, viajaron el domingo a la localidad para atender personalmente la situación y buscar un camino de diálogo que permita el cese de la violencia.
Y bueno, para comentar como se sienten los hermanos luego de todo esto, contamos ahora con el testimonio de Américo Quiroga, un hermano wichí, integrante de la comunidad.
Fuente: https://www.facebook.com/Pueblos-Originarios-Serpaj-1616081138655587KayKay