La Cámara de Diputados sancionó la reforma de la ley de alquileres aprobando el proyecto que venía con media sanción de la Cámara de Senadores.
La iniciativa obtuvo 128 votos afirmativos y 114 negativos, principalmente del bloque de Juntos por el Cambio. La nueva ley establece que los contratos de alquiler serán de tres años con actualización en el valor cada seis meses y que no se pueda aumentar el alquiler más de lo que suban los salarios.
“Para las dos partes, propietarios e inquilinos, tener contratos más largos es más razonable. Los únicos que pueden tener intereses en contratos cortos son los intermediarios, las inmobiliarias, también hay una porción interesada ahí”, expresó el diputado del Frente de Todos, Itaí Hagman.
Destacó que “la propuesta que viene del Senado es superadora” porque “establece una mejora respecto al índice actual de la ley, que es la menor relación entre inflación y salarios”. Para el legislador, esto “le garantiza al propietario que si el salario está por encima de la inflación, va a cobrar la inflación, por lo tanto no va a poder perder en términos reales, y le garantiza al inquilino que si el salario va por debajo de la inflación, nunca el alquiler va a aumentar por encima de su salario”.
La diputada del Frente de Izquierda, Romina del Plá, recordó que en la sesión que terminó con la aprobación del proyecto que propuso JxC “hubo 13 diputados ausentes del oficialismo que permitió que Juntos por el Cambio se alzara con su dictamen”.
“Ahora vamos a votar esta media sanción con las modificaciones del Senado sabiendo que está lejos de ser una solución. Simplemente la vamos a acompañar porque sino el problema es que efectivamente se van a ratificar esas modificaciones que son más negativas porque dejan a los inquilinos a merced de los lobbys inmobiliarios que sí concentran una cantidad importante de propiedades y que son los que determinan qué se pone o no en el mercado. Aquel que vive complementando sus ingresos con una o dos propiedades que tiene en alquiler, ese’ no tiene el margen para no poner su vivienda en alquiler. Tiene que haber un impuesto a la vivienda ociosa, para empujar que se coloquen las viviendas”, remarcó.
Karina Banfi, del bloque de la Unión Cívica Radical por la Ciudad de Buenos Aires, reiteró su pedido de derogación de la actual ley de alquileres porque “queremos ayudar a la parte más débil de esta relación contractual”.
“No habiendo conseguido las mayorías para ejecutarlo lo que hicimos fue ponernos de acuerdo en este recinto derogando los dos artículos nefastos. Esos artículos, a quienes alquilan, produce un impacto negativo en la oferta”, expuso la representante porteña.
“Cuando no hay oferta aumenta el precio y genera una crisis sobre la demanda. En CABA hay 452 viviendas para alquilar y la demanda supera el millón”, agregó.
El movimiento de inquilinos de Rosario respaldó la nueva ley de alquileres.
La agrupación de inquilinos rosarinos publicó un comunicado en el que sostienen que la modificación de la ley de alquileres “era la salida más criteriosa” a pesar de reducir a seis meses la actualización de los contratos.
“Si bien modifica el ajuste anual que era ampliamente beneficioso para las personas que alquilamos, logramos ponerle un freno a las inmobiliarias y Juntos por el Cambio, que nos querían llevar a tener que alquilar con contratos de 2 años y ajustes atados a la inflación cada 4 meses”, analizó Emmanuel Canelli, integrante de la organización.