Cientos de personas se manifiestan este martes frente al depósito de Villa Martelli donde el gobierno nacional tiene almacenado casi tres mil toneladas de alimentos y piden que el Ministerio de Capital Humano cumpla con el fallo del juez federal Sebastián Casanello, quien ordenó el lunes que en 72 horas elabore un plan para distribuir la comida.
El dirigente de Argentina Humana, Juan Grabois, se hizo presente en la manifestación y afirmó frente a los manifestantes que “es una cosa repugnante que haya millones de kilos de alimentos acá a unos metros y acá atrás a unos metros haya ollas populares vacías y gente que pasa hambre”.
“Es mentira que los alimentos que están acá son para emergencias y catástrofes climáticas”, sumó el abogado y subrayó que “en las órdenes de compra, dice taxativamente que están comprados para ser entregados en comedores y merenderos. Es decir, se están robando la comida de los comedores y merenderos”, denunció.
Familias del Barrio Las Flores y otros barrios populares de la zona se están manifestando frente al depósito de Villa Martelli para que el gobierno cumpla el fallo judicial y entregue los alimentos que necesita la gente. Me convocaron para que les explique los alcances del fallo… pic.twitter.com/HHZ7Blapqj
— Juan Grabois (@JuanGrabois) May 28, 2024
“Ellos quieren provocar una situación de caos porque no quieren cumplir el fallo y el fallo es clarísimo: tienen que repartir la comida tenían 72 horas. Ahora les quedan 48”, aseguró Grabois.
Por otro lado, sostuvo que “Este no es un derecho de las organizaciones sociales, es un derecho de la gente, es un derecho de los pibes. Por eso lo vamos a pelear hasta la última gota de sangre, de la nuestra, porque nosotros nunca lastimamos a nadie, pero sí estamos dispuestos a dejar nuestra sangre”, concluyó.
En declaraciones formuladas a C5N, Patricia, encargada del Comedor Gauchito Gil, de Olivos, dijo que no tienen con qué darle de comer a la gente que asiste a ese espacio: “Vienen 150 personas por día. Hace 6 meses serían 80. Se duplicó la cantidad”, expresó.
Por su parte, la responsable del Comedor Evita expresó: “Yo trabajo y aporto dinero, los vecinos donan, me donan de verdulerías y carnicerías. Compro la garrafa y con eso cocino”.
Desde el Comedor Gándara, de Bermúdez 188 de Olivos, al que asisten 100 personas los miércoles, un referente dijo “nadie vino a chequear si existimos, que vengan” y agregó: “Aportamos lo poco que tenemos con las compañeras. Se triplicó la comida, no nos dan nada”.
Un representante del Comedor La Esperanza, de Alejandro Korn, dijo en el mismo sentido: “Nadie vino a chequear si existimos. Los esperamos, no somos fantasmas, la gente necesita la comida. Me rompe el corazón tener que decirle a la gente que no les puedo dar. Hay mucho hambre y pobreza. En los últimos meses, viene mucha más gente. Antes eran 60 y ahora vienen cada vez más. No somos fantasmas. Le pido al gobierno que venga a ver qué hacemos y que recapaciten que hay que ayudar a la gente necesitada. La gente tiene hambre”.