En un nuevo episodio de degradación del sistema político bajo el gobierno de ultraderecha de Javier Milei, este miércoles 11 dentro del recinto legisladores votaron contra su propio proyecto.
Aseguraron así que las y los jubilados continúen cobrando una miseria, mientras afuera las fuerzas federales reprimían con golpes, gases y balas de goma a adultos mayores, manifestantes y hasta infancias. Violencia económica y represiva del Estado en la misma escena.
Protesta contra el veto. Fotos: Nicolas Solo ((i))
Mientras en la Plaza Congreso y en calles aledañas se manifestaban asociaciones de jubiladas y jubilados, sindicatos, movimientos sociales, organizaciones políticas de izquierda y peronistas, culturales y otras, adentro del palacio legislativo -blindado por un nuevo cerco represivo de las fuerzas federales- se consumaba un nuevo episodio ignominioso.
Postal de un sistema político de rodillas ante la lógica del capitalismo más concentrado.
Gracias al salto en el aire de un conjunto de legisladores, más notoriamente cinco de la UCR junto a la epidemia súbita de abstencionismo que afectó a la bancada Innovación Federal, la Cámara de Diputados ratificó el veto del presidente Javier Milei a la ley de movilidad jubilatoria que buscaba aumentar los haberes previsionales.
Los legisladores radicales que este miércoles decidieron desmarcarse de la conducción del bloque y votar a favor del veto fueron Martín Arjol, Luis Picat, Mariano Campero, Pablo Cervi y el liberal correntino Federico Tournier, un hombre del gobernador Gustavo Valdés que se había incorporado recientemente a esa bancada.
Además, se ausentaron a la hora de votar la santacruceña Roxana Reyes y el chaqueño Gerardo Cipolini.
La violencia represiva del Estado ultraderechista. Fotos: Nicolas Solo ((i))
Las explicaciones dadas a los medios, meros balbuceos sin desarrollo argumentativo, por legisladores como Campero, sólo sirvieron para reforzar las sospechas generalizadas sobre el pago de coimas y otros tipos de intercambio de favores a cambio de votar contra los jubilados.
El resto de la bancada radical, 26 de los 33, apoyaron la ley cuya elaboración la UCR había liderado, con el apoyo de otras fuerzas políticas como Encuentro Federal, la Coalición Cívica y Unión por la Patria.
Protesta y represión. Fotos: Mat ((i))
El PRO fue el socio principal de La Libertad Avanza para este triunfo legislativo. 34 de los 38 diputados votaron en contra de la ley. El larretista Álvaro González se diferenció y votó a favor de la reforma de la movilidad previsional en tanto que se ausentaron Héctor Baldassi, Ana Clara Romero y Héctor Stefani, que no querían votar en contra de la mejora a jubilados.
También colaboraron con el Gobierno el MID de Oscar Zago, de tres integrantes, el bloque tucumano Independencia, también de tres miembros, las dos diputados de Buenos Aires Libre, los dos sanjuaninos de Producción y Trabajo, y la tucumana Paula Omodeo del monobloque Creo.
En la columna de abstenciones se anotaron la libertaria expulsada de La Libertad Avanza Lourdes Arrieta (FE), y siete diputados de Innovación Federal que en junio habían apoyado la reforma jubilatoria.
La protesta contra el veto. Fotos: Indymedia Trabajadoras/es
Circo represivo
Una vez más el gobierno ultraderechista de Javier Milei desató alrededor del Congreso toda la violencia de las fuerzas federales del Estado, bajo el comando de la ministra Patricia Bullrich.
En los minutos previos a la votación, los efectivos se prepararon, se colocaron los cascos y movieron los hidrantes hacia la esquina del Congreso de Rivadavia, donde Entre Ríos se convierte en Callao, que había quedado curiosamente sin vallado.
Sí estaba bloqueada, con una línea de efectivos detrás, toda la línea entre la calle Entre Ríos y la Plaza. Y también estaba bloqueada la avenida Rivadavia del lado del Congreso. Pero en este momento en particular, esa línea de vallados quedó desguarnecida, sin efectivos cuidándola.
Y apenas habían pasado instantes desde que se consumó la votación cuando cayeron esos vallados, y pocos segundos después sonaron los primeros disparos y la Policía Federal avanzó sobre los manifestantes, en esta esquina y también por Rivadavia desde Riobamba.
La Federal avanzó, armó una línea sobre Rivadavia y atrás se prepararon las motos para lanzarse sobre las columnas de izquierda y movimientos que retrocedían por la avenida, alejándose de la represión. Las CTAs y un par de organizaciones sociales ya habían desconcentrado minutos antes, y la mayoría de los gremios de la CGT nunca entró a Plaza Congreso, bloqueados por una cuadra de efectivos en Entre Ríos y Alsina.
En ese momento, una señora mayor se tiró en el asfalto, delante de las motos, para impedir su avance. Otro jubilado la siguió, y un grupo de periodistas se formó rápidamente a su alrededor, transmitiendo en vivo.
Con ese simple gesto de coraje, esa mujer frenó una nueva cacería como la ocurrida el 12 de junio, dándole tiempo a las columnas a alejarse. Quedó sólo un grupo bastante reducido de jubilados, activistas solidarios y trabajadores de prensa en la zona.
Las fuerzas recalcularon. Las motos dieron la vuelta y se retiraron. Pasaron largos minutos de tensa calma y finalmente apareció una larga columna de Prefectura Naval -fuerza especialmente adicta al uso del spray químico de tortura sobre rostros de manifestantes- que se desplegó sobre la vereda de Rivadavia y avanzó sobre la calle escudos en mano. Varias personas mayores sufrieron golpes y el rociado de la sopa química en el proceso.
Luego, volvió a avanzar la Federal hasta Rodríguez Peña, y por esa calle desde Mitre volvieron las motos.
Varias jubiladas y algunos manifestantes se plantaron en esa esquina para volver a evitar su avance. Esta vez, las motos luego de hacer sonar los motores como amenaza, avanzaron, y una jubilada fue atropellada. Dos manifestantes respondieron haciendo caer un efectivo al piso.
Las fuerzas represivas reaccionaron a esta afrenta lanzando gases lacrimógenos en la zona, generando la descompostura de decenas de periodistas, rescatistas, manifestantes y buena parte de los propios policías de la Federal.
En este tumulto sufrió una herida cortante importante en la pierna derecha un hombre mayor, que es el que se vio siendo atendido en la vereda al lado del cine Gaumont por rescatistas -algunos de los cuales apenas podían ver, por los gases- y luego trasladado dejando en el piso un charco de sangre.
Violencia del Estado.
La descomposición del sistema avanzó otro paso.
Imágenes de la represión. Fotos: Indymedia Trabajadoras/es.