“Miente, miente que algo quedará”. La máxima de Joseph Goebbels, el responsable de comunicación del nazismo, es la estrategia de la ministra de Seguridad de la Nación frente a la violenta agresión de la Policía Federal a una niña de 10 años y su madre sobre las que arrojaron gas pimienta a quemarropa. En diferentes medios de comunicación nacional la funcionaria acusó también del hecho a “infiltrados” vinculados con socorristas y defensores de derechos humanos, algo falaz que intenta encubrir la responsabilidad de sus agentes. Sería esperable que una funcionaria democrática defienda el cumplimiento de la ley de parte de los funcionarios que dependan de ella, investigue los hechos y sancione a los responsables. Lejos de eso, y pese a la evidencia irrebatible, apela a la narrativa de la dictadura para sostener las violaciones de derechos humanos. La Comisión Provincial por la Memoria denunció penalmente a los agentes y también a la secretaria de Seguridad de la Nación exigiendo su renuncia.
La cruenta represión en el marco de la protesta por el veto a la ley de movilidad jubilatoria tuvo como saldo alrededor de 50 heridos por gases, balas de goma y golpes, entre ellas la niña de 10 años que pasaba casualmente con su madre por el lugar y fue rociada a quemarropa por el gas pimienta que arrojaron agentes de la Policía Federal argentina.
La propia ministra de Seguridad, pocas horas después del hecho, responsabilizó a la madre por lo ocurrido. Luego, durante el programa ¿La ves? conducido por Jonatan Viale en el prime time de la televisión, la secretaria de seguridad, Alejandra Monteoliva, montó una operación mediática con imágenes falsas intentando construir una versión del hecho que sindicaba como responsable a “una mujer vestida de naranja”, que pertenecería a un grupo de rescatistas que ya habría sido identificados en varias marchas vinculados con los derechos humanos. Estos grupos estarían “infiltrados” por personas que buscan provocar el caos.
La operación mediática y la falsa versión del Ministerio de Seguridad -reproducida y amplificada desde este programa- se desarma con las imágenes contundentes que registraron el hecho que, como se ve allí, se produjo ante la presencia de una de las autoridades máximas del operativo.
Durante la represión de ayer, la Policía Federal roció con gas pimienta a una nena de 10 años, que estaba agachada en el suelo junto a su mamá.
El Ministerio de Seguridad que ordenó la represión de ayer difundió luego una versión falsa del hecho para desligarse de la represión. https://t.co/r9AHINprlb
— Adolfo Pérez Esquivel (@PrensaPEsquivel) September 12, 2024
Este intento de justificar la represión construyendo una escena de caos y violencia por parte de los manifestantes, utilizando la figura de “infiltrados”, como si existieran personas que no están en pleno derecho de manifestarse, que buscan el caos amparándose en el anonimato o, lo que es más grave, pretender asociar a los “derechos humanos” con este tipo de actos violentos remite de manera directa a las operaciones de acción psicológica de la dictadura militar, cuando se buscaba ocultar la violencia represiva creando falsos enfrentamientos, acusando a los que denunciaban como parte de campañas internacionales, entre otros.
Es de extrema gravedad que el Ministerio de Seguridad monte estas operaciones, obstruya a la justicia y acuse falsamente a supuestos “infiltrados” de organizaciones de derechos humanos para garantizar la impunidad de quienes ejercen bajo sus órdenes una represión violenta, desproporcionada y arbitraria que sólo busca impedir el libre ejercicio de la protesta y justificar la represión.
La Comisión Provincial por la Memoria presentó la denuncia penal por las lesiones a la niña, y exige una investigación independiente de la justicia para esclarecer el hecho y sancionar a los responsables directos y mediatos. Al mismo tiempo que exige la renuncia de la secretaria de Seguridad de la Nación, Alejandra Monteoliva, por encubrimiento del accionar policial y falsas acusaciones contra organismos de derechos humanos y socorristas a quienes acusa –paradójicamente- de lo que hacen las fuerzas bajo su mando.
Yo lo vi y lo filmé. La nena estaba sentada en el piso con la madre, pedían que no hagan nada, pudieron avanzar y seguir de largo o rodearla y aun así cuando las pasan, un policía decide sin ninguna necesidad tirarles el gas pimienta en la cara como si fuera un sifón de soda. https://t.co/YcDIIUFe0M pic.twitter.com/IsQ6mh6T8P
— Matías Darabos (@Matias_Darabos) September 12, 2024