“Nos estamos cayendo de la universidad pública”

En casi todas las universidades del país continúan las tomas, las clases públicas, las asambleas y ahora también los cortes en distintos puntos. Testimonios desde Rosario, Bahía Blanca y Salta para conocer las razones y los actores de un conflicto que crece.

Asamblea en la Facultad de Artes de la UNLP.

“Si había una mínima esperanza de que el Congreso nos acompañara con el financiamiento universitario, claramente con el veto se desvaneció. Por eso nos estamos organizando porque  las universidades están siendo ahogadas financieramente”, afirma Sofía, estudiante autoconvocada de 4° año de Ciencias de la Educación en la Universidad Nacional del Sur de Bahía Blanca, donde ayer una asamblea definió tomar nuevamente el Departamento de Humanidades.

Por ahora la permanencia está prevista hasta las 16. A esa hora habrá una clase pública y una nueva votación para ver cómo se continúa. “La idea es seguir avanzando con nuevas asambleas”, explica, en diálogo con Canal Abierto.

El panorama es similar en el resto del país: día a día, se miden fuerzas, se ponen al tanto de cómo vienen las medidas en otros lugares y se decide cómo continuar.  Según contabiliza la Izquierda Diario, que realiza un mapa interactivo de las medidas, ya son cerca de 70 las tomas en 29 casas de estudio de todo el país.

Además de las tomas y las asambleas, varias facultades ya discuten realizar clases públicas en las calles y hasta cortes de accesos. En efecto, hoy en la localidad de Fiske Menuco en Río Negro hubo un corte en Avenida San Juan y Ruta Nacional 22, protagonizada por una asamblea interuniversitaria que reunió a la UNCo (Universidad del Comahue), la UNRN (Universidad de Río Negro, la IUPA (Instituto Universitario Patagonico de las Artes), y sindicatos.

“Algo muy bonito acá en Rosario fue la unión de muchos estudiantes, tanto no agrupados como agrupados”, remarca Martina Antelo, Secretaria General de la Federación Universitaria de esa provincia –la FUR-. “Digo esto –aclara- porque me parece importante que la lucha y el movimiento estudiantil no es solo de la gente que ya está agrupada en una organización, que viene trabajando todo el año, sino que es un momento de revuelta en el que se suma más gente que se siente afectada”.

Y relata que en línea con lo que ocurre en el resto del país, el lunes se realizaron asambleas en todas las facultades y se definió tomar “La Siberia”, donde funcionan Ciencia Políticas, Arquitectura, Psicología y la Escuela de Música, así como la Facultad de Humanidades y la de Medicina.

Las medidas son para acompañar los reclamos por los salarios de docentes y no docentes, “que están debajo de la línea de la pobreza”, pero también, por fondos para funcionamiento. Porque si bien hace unos meses el Gobierno Nacional cedió en este punto, “no es suficiente”, explica Antelo.

Después, “hay muchas cosas que tienen que ver con derechos que conquistamos los estudiantes como el boleto educativo, el comedor o las becas, que debilitan que la gente de clase media baja pueda acceder a la universidad”. Entonces, “son cuestiones que tienen que ver con lo económico, pero también tienen que ver con algo político-ideológico de no querer educar al pueblo”.

En Salta, cuenta Sofía Sanguinetti, consejera superior de la UNSA, el reclamo “sigue en pie a través de asambleas interclaustros, vigilias, clases públicas y, fundamentalmente, con la toma del Rectorado por parte de estudiantes docentes y no docentes”.

Y afirma que la lucha es para que el Presupuesto 2025 tenga en cuenta “las realidades que todos los estudiantes y la comunidad universitaria en su totalidad padecemos día a día con el costo de vida, que hoy implica estudiar y sostener esas trayectorias”.

“Creemos necesario y fundamental que también como estudiantes pongamos en nuestra propia agenda lo que está en peligro, que son las becas, el comedor, las subas de los alquileres y también del transporte. Porque en estas condiciones no solamente la universidad está en peligro, sino también los estudiantes que vienen o los que seguimos estudiando, que realmente nos estamos cayendo en la universidad pública”, afirma.

Desde Bahía Blanca, Laura, estudiante de la Tecnicatura en Suelos y Aguas de la Carrera de Ciencias Agrarias, también autoconvocada, resume así la situación de los estudiantes en una Universidad que mayormente aloja a chicos que vienen de la zona, o de provincias aledañas como La Pampa o Río Negro: “No podemos ser indiferentes a que hay compañeros que tienen que elegir entre comer en el día o venir a la cursada -porque acá el boleto de colectivo es carísimo-, o sacar una fotocopia, porque dan muy pocas becas de fotocopia”.

“Buscan romper”

Además de las masivas medidas de lucha, en las últimas horas también fueron noticia distintos episodios de violencia que ocurrieron en las casas de estudio. Así, en la Universidad de Quilmes un grupo de libertarios irrumpió en una asamblea y atacó con gas lacrimógeno a los estudiantes.

Y a pesar de que el hecho está filmado y que fue denunciado por las propias autoridades de la Universidad, varios medios intentaron victimizar a los libertarios, tal como ocurrió en el caso del streamer que fue a provocar a la marcha contra el veto, protegido por una patota vinculada a las fuerzas de seguridad.

Martina Antelo cuenta que en Rosario también intentaron romper una asamblea en la facultad de Ciencias Políticas. Para ella, el objetivo es “romper con toda la fuerza que viene teniendo el movimiento”. “En este último tiempo se avivó mucho la lucha que venía medio dormida desde el 2018, y este es un momento muy crucial para poder ser cada vez más”.

“También creo que quizás no entienden el miedo, el temor y la bronca que te da que dependa de un par de personas privilegiadas el futuro de la educación pública. Y bueno, eso lo demuestran yendo y haciendo esas cosas”, analiza.

Desde Bahía Blanca también denuncian la constante manipulación del discurso. “No es que van a poner un candado en la universidad, a lo que están apuntando si bien la universidad puede seguir siendo pública es al vaciamiento”, dice Sofía, de Ciencias de la Educación de la UNS, sobre las últimas declaraciones de Milei.

Y agrega: “Vemos docentes de excelente nivel que hoy ven en peligro su continuidad laboral por lo cual salen a buscar otros empleos con mayor remuneración, y así lo que se pierde justamente es el acceso al conocimiento de calidad”. En paralelo, “montones de compañeros que no somos acá y ante los altos costos que es vivir simplemente nos tenemos que volver a nuestros pueblos. Todo eso se pone en juego”, explica.

“Todo el tiempo la información está siendo manipulada y es un horror porque realmente el que no se informa, por ahí escucha estas cosas y dice ‘los que están haciendo paro o tomas son estudiantes que no quieren estudiar’, ‘van a hacer política’”, denuncia Laura. Y aclara: “Cuando, primero, estamos en un entorno político, las universidades son autónomas, tienen una estructura política, los estudiantes tomamos decisiones porque votamos centros de estudiantes”.

Pero además, “que se diga que la gratuidad no está en peligro no es el único problema. También está toda la cuestión salarial docente y no docente, y en parte nuestra lucha en por la educación de calidad. Y hay que tener cuidado –advierte- porque en países como Estados Unidos o Chile hay universidades públicas pero aranceladas”.

Para Sofía, “el Gobierno no está viendo que hay mucho más que estudiantes en la lucha por la universidad. Ni siquiera son organizaciones políticas, sino que muchos somos autoconvocados, hay jubilados, trabajadores”.

“Somos una parte de la sociedad que nos estamos expresando con mucha preocupación sobre la situación nacional”. “Y si bien hay parte de la juventud que todavía acompaña al gobierno, muchos se están dando cuenta que sin educación publica, sin ciencia, no hay un futuro de progreso para la nación”, asegura.


Fuente: https://canalabierto.com.ar/2024/10/15/nos-estamos-cayendo-de-la-universidad-publica/

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