
Con Silvia Bellizzi
El represor uruguayo Jorge Tróccoli frente a un nuevo juicio por los crímenes del Plan Cóndor
“No hay historia muda.
Por mucho que la quemen,
por mucho que la rompan,
por mucho que la mientan,
la historia humana se niega
a callarse la boca”
(Eduardo Galeano – El mundo patas arriba)
Jorge Tróccoli, exoficial del Cuerpo de Fusileros Navales (FUSNA) y único represor sudamericano juzgado y encarcelado presencialmente en Italia por crímenes de lesa humanidad, volvió al banquillo de los acusados.
Amalia Antúnez 21.7.2025
Aunque ya cumple una condena de cadena perpetua desde 2021, ahora enfrenta una nueva causa judicial por el asesinato y desaparición de la maestra uruguaya y militante del Partido por la Victoria del Pueblo (PVP) Elena Quinteros —secuestrada en 1976 y desaparecida desde entonces—, así como por el secuestro y asesinato de la pareja ítalo-argentina compuesta por Rafaela Filipazzi y José Agustín Potenza, secuestrados en Montevideo en 1977. Sus restos fueron hallados en Asunción en 2016.
El 16 de julio, Silvia Bellizzi —hermana de Andrés Humberto Bellizzi, detenido desaparecido en 1977 en Argentina y una de las querellantes del primer juicio— participó del foro Plan Cóndor, 50 años después, y dialogó con La Rel sobre el avance de esta nueva causa.
El foro, realizado en modalidad virtual, fue organizado por la Red Abrazo Argentino Latinoamericano y la Asociación 24 de Marzo y contó con la participación de familiares querellantes y de los abogados de la causa en Roma.
A prueba de desgastes
Silvia hizo un repaso de aquella primera instancia judicial, donde familiares de víctimas de la represión iniciaron una megacausa para denunciar detenciones ilegales, torturas, desapariciones forzadas y asesinatos cometidos por las dictaduras del Cono Sur durante las décadas de 1970 y 1980.
“Este nuevo juicio nos remite a aquel momento en que fuimos a declarar ante un jurado en Roma, en 2015. Fue un periplo desgastante y traumático, que concluyó en 2019 con la condena —ratificada en 2021— a cadena perpetua de 23 represores sudamericanos, entre ellos Jorge Tróccoli”, señaló.
Para Bellizzi, integrante del colectivo Madres y Familiares de Uruguayos Detenidos Desaparecidos, esta nueva causa representa una forma de reparación histórica y de justicia simbólica.
“Este juicio, al igual que el anterior, demuestra con pruebas contundentes que los crímenes cometidos durante las últimas dictaduras del Cono Sur no son invenciones, como algunos negacionistas pretenden hacer creer. Sucedieron, y hay sobradas pruebas de ello”, enfatizó.
Recordó que Tróccoli cumple su condena en una cárcel italiana para criminales considerados de extrema peligrosidad, por decisión de la justicia de ese país.
¿Nueva condena?
Por su parte, Andrea Speranzzoni —abogado querellante en la causa actual— señaló que existen documentos hallados en el FUSNA que comprueban la coordinación directa entre este organismo de inteligencia uruguayo y la Escuela de Mecánica de la Armada argentina (ESMA) en la detención, tortura y desaparición de opositores políticos.
“En el foro, Speranzzoni se mostró confiado en una nueva condena a Tróccoli, no solo por las pruebas ya presentadas en el primer juicio, sino también por la incorporación de nuevos documentos desclasificados en Estados Unidos, que lo vinculan directamente con el secuestro, detención y desaparición de Elena Quinteros y con el asesinato del matrimonio Potenza-Filipazzi”.
A diferencia de juicios anteriores, en esta oportunidad Tróccoli declaró ante el jurado, lo cual fue interpretado como un reconocimiento de su implicación.
Además, se sumaron las declaraciones del exmarino Álex Lebel, que lo comprometen aún más.
“No sé nada”
En lugar de silencio, Tróccoli optó por un relato ensayado: no sabía nada del Plan Cóndor, era apenas un «oficial administrativo» y todo lo que sabe, dice, lo supo leyendo los diarios años más tarde.
Pero lo que más impactó no fue lo que negó, sino lo que justificó: “La tortura forma parte de la naturaleza humana”, dijo.
En una sola línea, Tróccoli sintetizó el Plan Cóndor: una maquinaria de muerte burocratizada, racionalizada, incluso normalizada por sus ejecutores.
No obstante, la defensa de Tróccoli argumentó que el proceso constituye una persecución política, cuestionando la validez de las pruebas y alegando que el cargo que ocupaba el exoficial no le permitía tomar decisiones. También pusieron en duda la legitimidad de la participación de Italia en este tipo de causas.
“Este juicio confirma lo que siempre denunciamos: que los delitos de lesa humanidad son imprescriptibles y trascienden el lugar geográfico donde fueron cometidos. Además, son fundamentales para construir memoria, especialmente entre las nuevas generaciones, para que estos crímenes no se repitan nunca más”, concluyó Silvia.
Mientras Uruguay no logró extraditarlo ni juzgarlo, y muchos de los responsables de la dictadura murieron impunes o en prisión domiciliaria, que un tribunal extranjero encabece un segundo juicio contra él confirma que, aunque la justicia camine lento y muchas veces parezca extraviarse, al final llega.
enlaces relacionados: https://www.rel-uita.org/brasil/los-rompecabezas-del-plan-condor/
https://es.wikipedia.org/wiki/Archivos_del_Terror
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