La CUP no sólo no es capaz de recoger muchos votos que se van de ERC, sino que no retiene ni los suyos –sólo consigue un 56% de fidelidad de voto, frente a los 90% de PSC o Junts-. Ha logrado 127.850, perdiendo 62.000 votos, uno de cada tres, y más de la mitad de los escaños, conservando tan sólo 4 de los 9 escaños, al pasar del 6,68% a 4,09%. Sigue el ciclo de hundimiento de las últimas elecciones, tanto estatales como municipales. En pleno debate de Garbí que debía decidir el rumbo, la dirección de la CUP ha precipitado un giro a la derecha que nuevamente ha sido castigado por su electorado: volviendo a proponerse dentro de un bloque “independentista” con ERC y JXC que sólo existe en la mente de la dirección de CUP y sin dar ningún peso sustancial a la lucha por las condiciones de vida de la clase obrera y los sectores populares ni a una política claramente anticapitalista, adaptándose a unos Comuns en caída libre.
Esta deriva ya había provocado el año pasado la ruptura sobre todo de la juventud, hacia el Movimiento Socialista –hoy Organización Juvenil Socialista, OJS- que, ante las elecciones, que califica de “farsa electoral”, llamaba a la abstención, afirmando “No hay ninguna fuerza parlamentaria que no esté completamente doblegada a las consignas generales de la burguesía, o bien que no tenga ningún plan efectivo de contingencia para oponerse, nada más allá de la retórica.” La CUP habría cedido electores a Junts (22.000) y Comuns (18.000) y a la abstención.
Girona, la “joya de la corona” para la dirección de la CUP con el ayuntamiento de la mano de JxC y ERC, ¡¡pasa del 10,82% al 6%!! Y de conjunto en la demarcación pierde 1 diputado pasando del 9,04% al 4,94%. Es la circunscripción donde más puntos porcentuales se pierden, y los votos van directamente a Puigdemont. Como en Lleida, quedan por detrás de AC.
En Barcelona pasan de 5 diputados a 3, perdiendo 40.000 votos, y quedando con 93.256, el 3,98% frente al 6,3% de 2021. En Tarragona, habiendo situado el centro de la campaña en el “No al Hard Rock”, pierden el diputado que tenían -como los Comuns, con fortalecimiento del PSC…- y 6.000 votos quedándose con el 4,05% del 6,79% que tenían. En esta demarcación destaca sólo el Priorat con 9,77%. Lo mismo ocurre en Lleida con una caída de 4.000 votos, que los deja con un 4,24% del 7,4% que tenían, y aquí también, como hemos dicho, superados por AC. En la demarcación destacan, aunque sean menos pobladas, con porcentajes superiores las comarcas pirenaicas, como el Pallars Sobirà con un 9,83%, que seguramente tiene que ver con la campaña contra los Juegos de Invierno.
También en feudos tradicionales de la CUP, como Berga, se pasa del 12,2% al 7,91 Similar pasa en barrios de Barcelona, como Gràcia, Ciutat Vella o Sants-Montjuic: en los tres se pierden entre 2 y 3 puntos porcentuales, aunque los tres están por encima de la media (casi 8 el primero y alrededor del 6 en los otros dos). No se puede olvidar el efecto de la llamada al voto de OJS señalado, especialmente en Ciutat Vella.
En los cinturones industriales, como era de esperar después de darles la espalda toda la legislatura y ahora olvidándolos absolutamente en los 10 puntos centrales de programa, los resultados ya habían sido escasos, pero ahora, la pérdida de una media del 2% en cada una de las comarcas, llega a puntos tan bajos como al 2,73% del Baix Llobregat o el 3,37% del Tarragonès.
Los resultados que reflejan la irrelevancia política de la CUP, ¿ayudarán a los y las militantes de la CUP en el proceso Garbí a dar un giro a la izquierda alejándose de los Comuns, y rompiendo con ERC y JXC para proponerse como una alternativa de clase al autonomismo de ambos?
Mª Esther del Alcázar Fabregat
Lucha Internacionalista