Los inscriptos en el monotributo social recibían por mes $1.200 pesos para insumos. Necesitan ayuda para cultivar. Alertaron sobre trabas a sus labores de subsistencia.
Los chicos también salieron a caminar con sus padres en apoyo al reclamo de las comunidades.
27/07/2018
Los wichis quieren dejar de mirarse en el espejo de la indiferencia gubernamental, quieren saldar la condena de la pobreza y echar por tierra la teoría que ampara su histórica miseria a la sombra de la justificación cultural. Por eso, un centenar de personas marcharon ayer con pancartas en un fuerte reclamo de trabajo y oportunidades. “No queremos que nos regalen nada, queremos trabajar para ganar el alimento de nuestras familias, pero solo vemos trabas e inconvenientes”, fue el alma del discurso de la asamblea que hicieron los miembros de las comunidades wichis de Carboncito, Esperanza, Salim I, Salim II, Palo Blanco, Padre Lozano, Hickman, Misión Chaqueña y varias otras que participaron de la marcha del Movimiento Nacional de las Comunidades Campesinas Indígenas, ayer en el municipio de Embarcación.
El coordinador de este movimiento, Ceferino Vallejos, miembro de la comunidad de Misión Carboncito, expresó: “Venimos trabajando hace muchos años por los derechos campesinos y hemos armado este movimiento muy bien organizado, siguiendo los parámetros de la lucha campesina nacional e internacional. Hemos marchado para manifestarnos por el recorte al monotributo social, que son aproximadamente $1.200 que paga el Gobierno nacional a modo de subsidio a cambio de que estemos registrados para vender las artesanías y los productos de las comunidades. Nosotros necesitamos esa ayuda para la compra de insumos, no podemos soportar recortes”.
Ceferino agregó: “Son unos 50 compañeros los registrados de todas las comunidades del municipio de Embarcación. Lo que producimos para vender es agricultura, cultivamos zapallo, anco, tomate, berenjena y otras hortalizas. También vendemos miel, carbón, muebles de algarrobo y artesanías. Lo lamentable es que no tenemos materia prima para hacer muebles, no hay madera, por eso queremos dedicarnos a cultivar la tierra para tener monotributo social y salir a vender nuestros cultivos a las ferias y mercados locales. El subsidio del monotributo social es bastante bajo, así que no queremos recortes; ese dinero lo usamos para comprar semillas y abono”.
Contó: “En mi comunidad, Carboncito, hemos dispuesto tres hectáreas para cultivar entre 9 familias. En la misión hay 109 familias, y las 100 que no cultivan hacen otras actividades como carbón, muebles y artesanías”.
El dirigente reflexionó: “Antes cada familia se mantenía vendiendo 30 bolsas de carbón y ahora no pueden vender, no pueden ubicar la mercadería, se la decomisan a los carboneros porque no tienen guía y por 30 bolsas no podemos sacar permisos, así que ahora estamos más pobres que antes y vamos a tener que abrir un merendero porque los chicos tienen hambre. Nosotros queremos trabajar, no queremos regalos, pero nos impiden todo, nos ponen muchas trabas”.
Sobre otro punto importante de los reclamos de la marcha de ayer, Vallejo dijo: “Pedimos a las autoridades que no vendan las tierras que nosotros habitamos hace siglos, y este pedido lo hacemos para los wichis y para los criollos que son los más perjudicados. Si bien está regularizada la situación dominial de las tierras por ley, estos gobiernos actuales no están respetando el territorio. En Dragones, Hickman han vendido tierras que son nuestras a particulares. Ahí están alambrando para desmontar. Peleamos también por esto”.