Alrededor de diez mil integrantes viven en Misiones, de los 56 mil que pueblan Argentina y casi 285 mil que hay en toda la Nación guaraní, en cuatro países.
PANEL. Kiki Ramírez (Pastoral Aborigen) y el excacique Nicanor Benítez participaron junto a Vasco Baigorri, Lautaro Sosa y Epifanio Chamorro.
11/10/2019
Uno de los trabajos más celebrados entre los que se pusieron este jueves en consideración en la segunda jornada del VIII Encuentro de Discusión Arqueológica del Nordeste Argentino (EDAN) que se celebra en esta ciudad fue el “Mapa Guaraní Continental”, una ardua tarea emprendida entre 2015 y 2016 en Argentina, Brasil, Paraguay y Bolivia por diversos equipos locales para conocer la mayor cantidad de información cuantitativa y cualitativa sobre la realidad de la nación guaraní, como continuidad de otro relevamiento realizado en 2008 pero que sólo había tomado en cuenta la franja más poblada.
La principal conclusión que permitió este estudio, según destacó uno de sus coordinadores en Misiones, el antropólogo social Lautaro Sosa, fue corroborar que la extensión territorial de la nación guaraní “es enorme, porque va desde el Atlántico hasta la precordillera. Es una de las etnias con mayor distribución territorial del continente y con una clara continuidad geográfica” en sus movimientos históricos.
En ese marco, en 2016 se habían relevado 284.800 personas en 1.416 comunidades y aldeas guaraníes, de las cuales alrededor de 56 mil viven en Argentina y sólo 10.600 (según datos corregidos y proyectados sobre las 9.810 que se habían oficializado inicialmente) puntualmente en Misiones.
“Eso para nosotros también es un choque, porque para nosotros los guaraníes son de Misiones, pero te encontrás a cuatro veces más que aquí en el Noroeste”, confesó Sosa.
Por su parte, desde el Equipo Misiones de Pastoral Aborigen (EMIPA), Vasco Baigorri planteó como “cuestión fundamental” de este trabajo “establecer la ocupación territorial histórica, que muestra claramente la preexistencia de los pueblos indígenas, la cuestión transfronteriza del pueblo guaraní y la recuperación de esos territorios”.
Coincidió con él el cacique de la comunidad mbya Tekoa Arandú (de Pozo Azul), Epifanio Chamorro, para quien “este mapa sirve para visibilizar a nuestras comunidades, dónde está asentada cada una y mostrar cuáles son sus necesidades y problemáticas, porque siguen pasando muchas injusticias, como la destrucción del monte e incluso desalojos de algunas comunidades. Tener un territorio asegurado sería un sueño para nosotros, a pesar de que esas tierras ancestralmente nos pertenecen, nosotros somos preexistentes a cualquier Estado y nos deberían reconocer esa necesidad para poder seguir practicando nuestra cultura y respetando la naturaleza, que es sagrada”, concluyó.