Entrevista a José Luis Carretero Miramar, Profesor de Formación y Orientación Laboral, afiliado al sindicato Solidaridad Obrera
En las elecciones españolas lo realmente decisivo va a ser la abstención
Mario Hernandez
M.H.: El domingo habrá elecciones en España y queremos que nos hagas un cuadro de situación.
J.L.C.: La cuestión está candente porque no se sabe qué va a pasar. Las anteriores elecciones las ganó la izquierda, contando dentro de ella a los partidos nacionalistas independentistas catalanes, pero no fueron capaces de montar un gobierno. Las negociaciones entre Podemos y el Partido Socialista Obrero Español (PSOE), que es un partido social liberal, pese a su nombre rimbombante, no dieron fruto y por el enfrentamiento entre ambos, por las presiones de la alta oligarquía española, por parte del IBEX que es el conjunto de las grandes empresas que cotizan en la bolsa de Madrid, no dieron fruto y no se pudo poner en marcha un gobierno.
Esto ha motivado la repetición de las elecciones en unas circunstancias muy específicas que han venido acompañadas, por ejemplo, de dos elementos, el hecho de que se haya trasladado a Franco de la tumba del Valle de los Caídos a otro lugar de entierro y los enfrentamientos que se han dado en Cataluña muy recientemente.
Todo esto impacta muy fuertemente sobre la campaña electoral junto al desencanto, el descrédito que han recibido los partidos de izquierda a raíz precisamente de que no han sido capaces de ponerse de acuerdo para formar gobierno durante este verano español. Durante los meses de julio y agosto.
Esto nos pone en una situación que nos hace no saber qué va a suceder. En la que lo realmente decisivo va a ser la abstención. Si los votantes de izquierda se abstienen es posible que la derecha tenga la suficiente mayoría. Dentro de la derecha cuento al partido Vox, cada vez más fuerte, que obtenga la suficiente mayoría para formar ellos mismos gobierno. Este sería el primer gran elemento, la importancia de la abstención.
El segundo es la gran incógnita respecto de qué va a hacer el PSOE si los resultados le vuelven a dar la posibilidad de formar gobierno, ya sea a su izquierda o a su derecha. Si va a pactar con las fuerzas que están a su izquierda y los soberanistas catalanes o si va a pactar a su derecha con un partido liberal o supuestamente liberal, porque en España todo ese tipo de lenguaje, que se refiere a determinado tipo de familias políticas de la derecha europea se utiliza de otra manera y se refiere a partidos mucho más a la derecha que sus homólogos europeos; va a pactar con ese partido liberal que es Ciudadanos o si va a hacer una gran coalición con el otro gran partido que es el Partido Popular, el partido conservador. Yo apostaría que es más fácil que el PSOE tienda a un pacto por derecha.
Y el tercer elemento al que hay que prestar atención es el avance que se avecina del partido ultraderechista que obtuvo representación por primera vez en el Parlamento en mayo pasado, que es Vox y que representa un cierto cataclismo en la política española donde la ultraderecha había estado siempre bajo el paraguas del Partido Popular, pero ahora tiene una voz propia que le permite meter temas en agenda. Como se vio en el último debate electoral.
Dentro de estos tres elementos están las grandes incógnitas de la campaña. ¿Va a abstenerse la bastante gente como para que la izquierda pierda la mayoría? ¿El PSOE va a pactar hacia su izquierda o hacia su derecha? ¿Cuánto va a subir Vox?
M.H.: En este marco del fortalecimiento de la ultraderecha, del partido Vox, paralelamente se da un debilitamiento de Ciudadanos y de Unidas Podemos.
J.L.C.: Eso es lo que estamos viendo, un debilitamiento de Unidas Podemos que tiene una trayectoria anterior, que ya se encuentra muy jerarquizada a pesar de su discurso sobre la democracia interna, eso ha provocado su descomposición.
Ha provocado algo que engancha muy bien también con otra de las contradicciones fundamentales de la política española actual que es el tema territorial. Unidas Podemos se ha estructurado de manera tan centralizada que no ha sido capaz de responder a la pluralidad de las izquierdas que la componen. Por lo tanto, siempre va a existir una izquierda propiamente valenciana, una izquierda propiamente catalana, etc. Eso ha impedido que todos estos sectores estén dentro del paraguas unitario de Podemos.
Al mismo tiempo una visión muy jerarquizada y en ese sentido bastante autoritaria de la política que tienen personajes como Pablo Iglesias que ha hecho que Podemos implosione en los últimos tiempos y aparezcan alternativas dentro del mismo espacio político de Podemos como puede ser la que presenta Iñigo Errejón llamada Mas País, más cercana al PSOE que ocupa un espacio entre Podemos y el PSOE y que le va a permitir probablemente a Iñigo Errejón obtener algunos diputados y también marcar un poco la distancia en todo esto y ahondar en la crisis de Podemos.
Pero además ha habido un segundo elemento esencial que ha sido la incapacidad para llegar a un acuerdo para la formación de gobierno o, por lo menos, para aprobar que el PSOE formara gobierno en las pasadas elecciones de mayo. A esas elecciones la izquierda se presentó agitando la bandera del antifascismo, eso provocó que gran cantidad de gente que se puede ubicar dentro de la izquierda social votaran, que la abstención disminuyera enormemente y que, por lo tanto, también al haberse movilizado todo el electorado de izquierda, ganara las elecciones. La izquierda contando al PSOE y también a Podemos. Entonces, si se levantó la bandera del antifascismo y no se pudo formar gobierno luego o por lo menos apoyar o favorecer la existencia de un gobierno supuestamente de izquierdas o suavemente de izquierdas frente a la emergencia de la ultraderecha, eso provoca un descrédito y un desencanto también por parte del arco de votantes de la izquierda.
Por el lado de Ciudadanos, un partido que ha nacido en Cataluña con una perspectiva que lo lleva a plantear un nacionalismo español, de enfrentamiento al nacionalismo catalán, pero desde una perspectiva más o menos progresista. Sin embargo, este partido que nace en Cataluña se expande al resto de España cuando se produce la gran emergencia o el gran avance de Podemos después de las movilizaciones del 15M, un partido que se expande al resto del país porque es financiado para ello, alentado por las grandes empresas del IBEX35. Incluso hay uno de sus empresarios que en un determinado momento lo dice abiertamente: “Hay que montar un Podemos de derecha que permita coger parte del descontento y estructurarlo favoreciendo que se exprese desde una perspectiva de derecha”. En ese momento es que crece Ciudadanos, en ese momento es que crece más allá de Cataluña y es cuando va a cometer su gran error, ante el gran conflicto que se desata en 2017 por el referéndum del 1º de octubre en Cataluña, afirmarse desde esa perspectiva anti independentista, sobre todo contra los catalanes pero desde una perspectiva marcadamente nacionalista española.
En ese espacio Ciudadanos se ha estrangulado a sí mismo porque al mismo tiempo ha entrado en una lucha fratricida con el Partido Popular y con Vox prácticamente por el mismo electorado y ha desaparecido toda su expectativa de convertirse en un partido liberal, en un partido de centro, que podría pactar al mismo tiempo a su izquierda o a su derecha.
Esto no quiere decir que Ciudadanos aun perdiendo muchos diputados, no pueda en determinado momento, constituirse en la muleta que le permita al PSOE gobernar hacia su derecha. Constituir un gobierno que el PSOE llamara “de progreso” pero que será liberal y neoliberal.
Lo que se está planteando en Cataluña es una medida autoritaria extremadamente preocupante
M.H.: Mencionaste Cataluña, días pasados la presencia del Rey generó masivas movilizaciones de repudio.
J.L.C.: A partir de la salida de la publicación de la sentencia que ha condenado a los presos políticos que eran parte del gobierno de la Generalitat y también de movimientos sociales independentistas catalanes, en el momento en el que se llevó a cabo el referéndum del 1º de octubre de 2017, hay que tener en cuenta que esa sentencia incorpora cuestiones muy relevantes, en primer lugar estas personas han sido condenadas a penas que oscilan entre 10 y 15 años de prisión, que totalizan más de un centenar de años entre todos ellos y que incorpora además una condena por el delito de sedición que es aún más preocupante, no solo para los catalanes sino para el conjunto de la población española, porque se establece que la tipicidad del delito de sedición en el Código Penal español alcanza a lo que podríamos denominar “protestas pacíficas”.
El propio Tribunal supremo admite que la realización del referéndum el 1º de octubre estuvo acompañado de protestas pacíficas masivas, que pudieron impedir la actuación de los poderes públicos pero que fueron fundamentalmente pacíficas, y que la participación de estos señores fue también pacífica, que no alentaron en ningún momento a la violencia pero les condena por un delito extremadamente grave que es el de sedición, porque puede constituirla el impedir la actuación de los poderes públicos de una manera coordinada aunque sea pacíficamente.
Esto se podría aplicar también, por ejemplo, a la coordinación de actividades contra los desahucios en el marco de la lucha por la vivienda, sin tener nada que ver con el conflicto catalán. Lo cierto es que después de la publicación de esta sentencia se sucedieron una serie de movilizaciones que duraron una semana y que acabó con una huelga general en Barcelona, grandes movilizaciones pacíficas en Cataluña, aunque también hemos visto a los medios de comunicación alentar y sacar a la luz los episodios de violencia que pudieron suceder en las movilizaciones. Todo esto ha generado una situación de conflicto en el país y ha alentado como en el 2017, la fuerza y la capacidad de movilización del independentismo catalán, así como que en el resto del Estado español se produzca toda una deriva de nacional “patrioterismo” por decirlo de alguna manera dentro de la derecha española, incluso dentro de sectores de la izquierda como puede ser el PSOE.
Son elementos muy preocupantes para el futuro porque en estos momentos se está planteando por parte de todos los partidos de la derecha e incluso del PSOE, la eliminación de la autonomía de Cataluña, ya sea por medidas constitucionales como la aplicación de la Ley de seguridad nacional, que implicaría poner bajo mando central a determinadas autoridades en Cataluña; medidas incluso por parte del partido ultraderechista Vox como la ilegalización de los partidos nacionalistas no solo catalanes, incluso vascos.
En el reciente debate electoral en TVE uno de los candidatos de Vox le dijo en la cara al representante del PNV que si tenía la posibilidad iba a ilegalizar su partido. Lo que se está planteando, en un marco de criminalización generalizada de los movimientos sociales y de las actividades públicas de protesta del nacionalismo catalán, o de la población catalana, porque ahí no solo participan los nacionalistas, sino mucha más gente con visión garantista de los derechos civiles, lo que se está planteando es una medida autoritaria extremadamente preocupante que puede llevar a nuestro país a unas consecuencias que son imposibles de prever en estos momentos.