El panelismo de Estado empieza a mostrar sus limitaciones
Mientras Mauricio Macri alienta desde Europa catarsis colectivas como la del 17A, el ejercicio real de la autoridad presidencial está lejos de avalar sus advertencias sobre un giro autoritario de Alberto Fernández. Muy por el contrario, la toma de decisiones clave parece haberse empantanado y no por las disidencias que cada tanto plantea Cristina Kirchner por Twitter ni por la dinámica deliberativa propia de toda coalición. Aturdido quizá por una pandemia que no cede, el Presidente paga caro el costo de haberse entregado -junto a algunos de sus más estrechos colaboradores- a un vicio típico de los panelistas de televisión: comentar la realidad aun antes de haber terminado de analizarla.
El problema asomó con nitidez en el aumento de los combustibles. Más allá del ruido adicional...