La situación crítica de personas en situación de calle se ve agravada por la declaración de pandemia mundial en fase de propagación en nuestro país, con epicentro en la Ciudad de Buenos Aires, declaran las y los trabajadores del Programa Buenos Aires Presente (BAP). Pese a la existencia formal del programa, existen impedimentos para efectivizar que se concrete la ayuda para las 7251 personas que el último censo, realizado en 2019, relevó que se encuentran en esta situación de extrema vulnerabilidad.
Compartimos el comunicado:
Las y los trabajadores del Programa Buenos Aires Presente (BAP) dependiente del Ministerio de Desarrollo y Hábitat del Gobierno de la Ciudad, formamos parte en el marco de la epidemia por el COVID-19 de las tareas esenciales que se dispusieron por decreto de Presidencia de la Nación. Este programa asiste a personas en situación de calle, viabilizando su acceso a paradores o recursos económicos para pago del alquiler tales como el Subsidio Habitacional o Programa Vivir en Casa (para tercera edad). Pese a la existencia formal del programa, existen impedimentos para efectivizar el acceso a la vivienda. Se registraron 7251 personas en situación de calle efectiva según el Segundo Censo Popular de Personas en Situación de Calle (CPPSC) realizado en 2019.
Esta situación crítica se ve agravada por la declaración de pandemia mundial en fase de propagación en nuestro país con epicentro en la Ciudad de Buenos Aires. Entendemos que la única salud posible es la que se construye de forma colectiva, lo que en el contexto de pandemia queda aún más en evidencia: la presencia de personas en situación de calle es un riesgo tanto para si como para la comunidad en general que requiere especial atención por parte del estado.
Por ello solicitamos a las autoridades se tomen los recaudos necesarios de manera inmediata a fin de proveer de los elementos de prevención y cuidado a de las personas en situación de vulnerabilidad habitacional y a cada trabajador/a del programa.
Desmentimos la ampliación de los lugares de albergue, la ampliación de equipos en calle, en cantidad muy por debajo de la demanda que la hora implica. Los pocos dispositivos habilitados no cuentan ya con vacantes para nuevos ingresos, no ha habido capacitación al personal y se continúa trabajando de manera habitual cuando la situación de público conocimiento no lo es. La alta demanda de la población en calle hace necesario un refuerzo inmediato de los recursos.
Teniendo en cuenta el aislamiento impuesto como medida de proteccion a los ciudadanos y el cierre de comercios y comedores de donde estas personas obtenían el sustento diario para sobrevivir, alertamos acerca de la condición crítica alimentaria que están atravesando, no llevando nuestro programa más que sándwiches a muy pocos de ellos desde el dia viernes. Para paliar esto, se han dispuesto móviles de refuerzo para repartir alimentos con personal de la actual gestión, no habiendo estado esos alimentos cubiertos por cadena de frío que permitiera su conservación.
En relación a la higiene personal, las personas en calle están recibiendo jabón blanco cortado en pedacitos muy pequeños sabiendo que no cuentan con agua para poder activarlo. No se les está proveyendo repelentes ni alcohol en gel.
No se está atendiendo de manera suficiente ni adecuada a las personas en situación de calle de tercera edad, en parte por haber quedado desmantelado una semana antes el área de nuestro programa que los asistía en forma específica, siendo la población con mayor riesgo. Constitiyendo en los pocos casos en los que se los aloja, requisito previo, llevarlos a hospitales generales a realizar evaluaciones de salud, con el riesgo sanitario que ello implica para las personas y profesionales involucrados, habiendo manifestando el total desacuerdo frente a tal operatoria el mismo personal sanitario.
Las únicas medidas específicas para este grupo de riesgo consisten en la apertura de un parador en la calle Uspallata 831 y una convocatoria de voluntarios para realizar tareas de asistencia.
La situación durante el fin de semana fue que salieron a calle entre 1 y 5 móviles con un profesional en cada uno, trasladando hasta 12 personas por móvil, sin las condiciones minimas de bioseguridad y sin poder cumplir con la distancia mínima correspondiente entre personas. Los móviles no se están desinfectando luego de la jornada laboral, procediendo solamente a aspirarlos.
A los y las profesionales, precarizados en su mayoría por ser monotributistas, con sueldos por debajo del nivel de pobreza, les han sido entregados un par de guantes y un barbijo por jornada de 8 horas, cuando se sabe que los mismos deberían ser cambiados cada 2hs. Estos móviles no están provistos de termómetros ni instrumental básico médico dado que brindan asistencia social de emergencia. Dentro de los móviles no se cuenta con barbijos de aislamiento para personas que presentaran con sintomatología compatible con COVID-19.
Existe una gran demanda de la población para ingresar a los diferentes paradores, no contando con vacantes necesarias. Muchas personas manifiestan hambre y miedo ante la situación actual que pasa el país.
Creemos muy grave que se siga desoyendo la alarma que ello implica. Siendo complementaria nuestra accion con las acciones llevadas a cabo con las del Ministerio de Salud, ponemos en conocimiento del público en general la situación de nuestro Programa, desmantelado, precarizados y explotados sus trabajadores, sin poder cumplir con la tarea en el modo que sería adecuado y suficiente para el momento de urgencia que nos atraviesa.
Solicitamos mayor asignación de recursos y presupuesto de manera urgente para el eficiente funcionamiento del BAP y acceso programas de asistencia habitacional “Subsidio habitacional” y “Vivir en casa” en forma inmediata para toda la población sin posibilidades de realizar la cuarentena obligatoria sanitaria.
Trabajadores del BAP en estado de alerta y emergencia.
Red de Salud Comunitaria de CABA.