Las Malvinas son argentinas, los torturadores también

Este 2 de abril es el 38° aniversario de la guerra de Malvinas y es el primer aniversario que se conmemora con un avance sustancial en la causa que investiga los crímenes de lesa humanidad en las islas: cuatro militares fueron procesados por torturas a sus propios a soldados. A 38 años del conflicto bélico, la Comisión Provincial por la Memoria (CPM) prepara un documental sobre su viaje a las islas; el pedido de justicia por los soldados torturados fue uno de los ejes de la misión humanitaria.

El premio Nobel de la Paz Adolfo Pérez Esquivel aparece en imagen, emponchado, con una bufanda que envuelve su cuello y parte de la cara, con las manos presiona una placa contra una piedra de la isla: “En este sitio las Fuerzas Armadas argentinas torturaron a soldados argentinos”, dice el cartel. La escena ocurrió en marzo de 2017, el lugar es el cabo San Felipe, en el extremo este de la isla Soledad y forma parte de un documental sobre el viaje que la CPM estrenará este año a partir del registro audiovisual de esa visita y las entrevistas a sus integrantes. No muy lejos de donde ocurre este acto de memoria, se encontraba la pista del viejo aeropuerto donde las naves argentinas hicieron el puente aéreo durante la guerra de Malvinas.

El pedido de juicio y castigo a los responsables de las torturas a los soldados argentinos durante la guerra fue uno de los ejes del viaje. En ese momento, 2017, la causa que investiga estos crímenes de lesa humanidad naufragaba en dilaciones y estrategias defensistas que buscaban consagrar la impunidad, planteos de nulidades y prescripciones. El expediente judicial iniciado en 2007 tenía 120 denuncias, 95 imputados y ni un solo llamado a indagatoria.

En la entrevista realizada para el documental, el presidente de la CPM Adolfo Pérez Esquivel recuerda que los soldados, una vez que volvieron al continente, fueron abandonados a su suerte, que muchos no tenían ni plata para volverse a sus pueblos y fueron los mismos referentes humanistas, organismos de derechos humanos y organizaciones de la sociedad civil las que juntaron dinero para que puedan viajar e, incluso, comer.

“Ver las condiciones en la que llegaban nos daban mucha tristeza, fueron a una guerra sin preparación bélica, porque los militares que los arrastraron a esa guerra no estaban preparados para una guerra, estaban preparados para reprimir al mismo pueblo. Eran fuerzas de represión no de combate, por eso los mismos soldados en las islas son torturados, enterrados, degradados, sin un sentido de humanidad”, dice frente a cámara Pérez Esquivel.

Los soldados argentinos denunciaron que fueron sometidos a torturas, vejaciones y tratos humanos degradantes como estaqueamientos, enterramientos —incluso, en momentos de ataques aéreos—, haber sido sumergidos en pozos de agua helada y exposición al frío y hambre extremo que produjeron mutilaciones y, en algunos casos, la muerte. Según consta en las declaraciones de las víctimas en la causa 1777/07, en la mayoría de los casos, estas torturas eran un castigo por alejarse del campamento a buscar comida para paliar el hambre.

Durante el viaje, la CPM visitó y señalizó los diferentes lugares en las islas donde estuvieron apostadas tropas argentinas: el faro cabo San Felipe, el Monte Wirless Rige y Monte Longdon. En esos mismos lugares donde 35 años antes ocurrieron las torturas. A espaldas del faro del cabo San Felipe, el ex combatiente de Malvinas e integrante de la CPM Ernesto Alonso recuerda: “En esta zona, particularmente, hubo muchos testimonios de soldados que fueron enterrados. Está, por ejemplo, el caso del soldado Fernández de la fuerza aérea. Acá había un galpón y él ocupaba este lugar de defensa; por cuestiones del hambre fue a buscar unos paquetes de galletitas, cuando lo ve el oficial a cargo, le ordenó hacer un pozo y enterrarse hasta el cuello. Estuvo 24 horas enterrado. Es uno de los hechos que se denunciaron en la causa”.

Trece años después de iniciada la causa, la titular del Juzgado Federal de Río Grande, Mariel Borruto, dictó el procesamiento sin prisión preventiva de los primeros cuatro militares imputados por torturar a los soldados bajo sus órdenes durante la guerra de Malvinas: Miguel Gardé, Belisario Affranchino, Eduardo Gassino y Gustavo Calderini. Otros 20 militares deben ser llamados a indagatoria.

Este 2 de abril se cumple el 38° aniversario de la guerra de Malvinas y es el primer aniversario que se conmemora con un avance sustancial. En los últimos años también se saldó otra deuda histórica con el comienzo del proceso de identificación de los 123 soldados enterrados como NN en el cementerio de Darwin.

Queda aún el reclamo originario: la soberanía sobre las islas, hoy enclave colonial —uno de los 16 que quedan en el mundo— y militar. Adolfo Pérez Esquivel y Ernesto Alonso no dudan: la guerra Malvinas, impulsada por la dictadura militar, es decir por un gobierno ilegítimo, nos alejó de una causa justa, de un reclamo reconocido internacionalmente y por el cual sólo es posible avanzar desde la diplomacia, el diálogo y la paz.

“Todas las guerras son injustas, porque son de destrucción y muerte, pero sí hay causas justas y hay que defenderlas”, dice el Nobel de la Paz.


Fuente: http://www.andaragencia.org/las-malvinas-son-argentinas-los-torturadores-tambien/

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