Un comunicado de obreros y obreras autoconvocados bajo el nombre “Trabajadores de SanCor” detalla el cuadro de situación de las relaciones laborales producido puertas adentro de la empresa, a partir de las actitudes ejercidas por la patronal, en el marco impuesto por la pandemia y la consiguiente crisis sanitaria. También, la publicación realza el rol cómplice de la Asociación de Trabajadores de la Industria Lechera de la República Argentina (Atilra), el sindicato que debería ejercer la defensa de los empleados. Extorción, despidos encubiertos y persecución a trabajadores que se manejan dentro del conflicto de manera independiente, son las causas por las cuales las y los trabajadores llaman a visibilizar el caso.
Por Máximo Paz, para ANRed.
Trabajadoras y trabajadores de SanCor denunciaron mediante la publicación de un urgente comunicado que la reconocida empresa cooperativa de fabricación y comercialización de productos lácteos “dejó librados a su suerte a cientos de compañeros que mantiene desde hace meses suspendidos”, a la vez que “no les abona ni siquiera el porcentaje del sueldo (75%) que la patronal dispuso arbitrariamente, con el aval cómplice y la aprobación de Atilra”, la Asociación de Trabajadores de la Industria Lechera de la República Argentina.
En dicho mensaje, las y los trabajadores, asimismo, aclararon que la empresa láctea “tampoco ha cumplido con los pagos pactados en los acuerdos con el personal que firmó su desvinculación durante 2019, al mismo tiempo que mantiene a los activos con atrasos en salarios (hasta 45 días en algunos casos) y aguinaldos impagos (adeuda los dos SAC correspondientes al año pasado)”.
Profundizando la denuncia de la actitud patronal y, en sintonía de la cabeza gremial dirigente, el comunicado describió que “el Centro de Distribución Acceso Norte (CDAN) ha iniciado a partir de este año, con la colaboración del sindicato y de la comisión interna, una persecución directa sobre aquellos trabajadores que mantuvieron una línea independiente en los últimos años. Pretende acallar a los que vinieron denunciando las maniobras que la empresa realiza para que los costos de la reestructuración la paguemos los trabajadores y la responsabilidad de Atilra en dejar pasar dicho ajuste”.
La denuncia pública de los obreros lácteos, igualmente, disgregó sobre los pormenores de los conflictos adrede que presenta la empresa, al asegurar que “desde que comenzó el año en curso, el avance de la patronal ha tomado un carácter brutal, dejando sin trabajo a toda la rama de repositores. SanCor desarmó sectores completos y suspendió a todo el personal repositor, que actualmente se encuentra sin goce de sueldo”.
No conforme, el comunicado añadió que la patronal “prohibió el ingreso a planta a activistas y referentes de los trabajadores que no ostentan cargos de delegados, como es el caso del compañero Alejandro Canda, a quién no se le permite retomar tareas desde mediados de marzo”.
Además, el comunicado aclaró que bajo el pretexto de que la compañía se encuentra ajustada a un protocolo sanitario y, dado ello, debe operar con dotaciones mínimas de personal, la empresa “pretende impedir el ingreso a otros trabajadores, al mismo tiempo que sigue presionando para arreglar retiros voluntarios”, aclarando que tales compañeros “a pesar de haber trabajado en los meses anteriores, solo se les abonó el 75% del salario en algunos casos y, en otros, tan solo 10 mil pesos. Sobre estos últimos casos, la empresa alega que para ella, están en condición de jornada liberada”.
A su vez, las y los trabajadores, quienes se encuentran agrupados de manera independiente a la dirigencia del sindicato que los representaría, expresaron que “SanCor paga como, cuando y cuanto quiere, violando incluso todas las leyes laborales. Y además presiona al personal para que acepte sus condiciones de desvinculación. Porque cuenta con total impunidad: la que le garantiza Atilra -que se la pasó tocando puertas para que subsidien a la empresa, no para organizarnos y pelear- y el Ministerio de Trabajo”.
Ante la profunda denuncia, los obreros opinaron, como fuente de acción ante la envestida que describió, que “no podemos seguir aceptando resignados, como nos pide el gremio, que nos llegue la hora y estemos en la misma situación. Por eso, convocamos a todos los trabajadores de la cooperativa a organizar actividades de protesta y visibilización para los próximos días, denunciando la situación que atravesamos”.
El comunicado, publicado por redes sociales, creó una serie de reacciones importantes expresadas a través de los comentarios que oscilaban entre la solidaridad a los trabajadores damnificados y la indignación sobre los papeles desempeñados, en medio de una pandemia mundial, tanto por parte de los cabecillas de la empresa como de la dirección gremial.
Tal publicación se despide con una serie de planteos, enumerados bajo consignas de lucha: “Basta de extorsión, despidos encubiertos y persecución a los trabajadores. Reincorporación inmediata de los suspendidos. Pago inmediato de haberes y demás montos adeudados. Basta de financiar la reestructuración de SanCor con plata del Estado. Exigimos al Ministerio que garantice que SanCor cumpla con nuestros salarios y conquistas como está previsto en la legislación laboral. De lo contrario, que la empresa sea estatizada y puesto bajo control de los trabajadores para producir al servicio de las necesidades de la sociedad en el marco de esta pandemia”.
La grave denuncia -que refiere a innumerables aspectos que recaen sobre la ilegalidad- hacia la reconocida empresa fue silenciada por los grandes medios, mientras las respuestas de la patronal y del sindicato Atilra brillan por su ausencia. Las del Ministerio de Trabajo, también.