El próximo sábado se van a cumplir seis años del asesinato de Andrés García Campoy por parte de dos gendarmes en un control en Mendoza. Los dos acusados siguen en funciones. Mientras el mundo está movilizado contra el abuso de poder de las fuerzas represivas tras el asesinato de George Floyd, numerosos casos en Argentina permanecen impunes. Monica Campoy, madre de Andrés, cuenta la actualidad de la causa y expresa su preocupación por el poder otorgado a las fuerzas de seguridad en el contexto de la pandemia.
Por Ramiro Giganti.
El 13 de Junio de 2014, Andrés García Campoy fue parado en un control de Gendarmería en la ruta 7, Luján de Cuyo, en el kilómetro 1060. Sus papeles estaban en regla. Sin embargo Andrés no pasó ese control con vida. Su muerte fue por un disparo en la nuca cerca de su oreja, lo que se muestra como muy contradictorio con la hipótesis de suicidio presentada por las fuerzas de seguridad. Otro dato que refuta la versión de gendarmería es que un primer adelanto de las pericias estableció que la lesión provocada por la bala mide aproximadamente 7 milímetros, lo que no coincidiría, en principio, con la versión de los gendarmes que aseguraban que el joven se disparó con su carabina calibre 22. Andrés no tenía pólvora en sus manos ni en su ropa.
En una conversación con este medio Monica Campoy, su madre, actualiza la situación de la causa que el próximo sábado 13 de junio va a cumplir 6 años.
– ¿Cuál es la situación actual de la causa por Andrés?
La causa de Andrés está caratulada como homicidio agravado por fuerza de seguridad están implicados los gendarmes Maximiliano Alfonso Cruz y Corazón de Jesús Velázquez. El juez federal Walter Bento los dejó libres. Lo único que se hizo por Andrés fue el psicológico post muerte por la Lic. Marta Mulat que concluyó que no había indicio de que Andrés hubiera querido quitarse la vida. Y en febrero de este año después de tanto tiempo se hizo la pericia del arma que no tengo los resultados porque por la pandemia se paró todo. Recordemos que Andrés no tenía pólvora en las manos ni en la ropa. Nunca se pudo abrir el celular de Andrés ni en Mendoza ni en Buenos Aires. Que no había salpicadura de sangre en el auto. Que en la autopsia no le pudieron sacar el proyectil se desintegró. El juez federal Walter Bento nunca investigo nada. Siempre estuvo a favor de los gendarmes.
– ¿Qué pasó con los gendarmes acusados?
Los gendarmes Maximiliano Alfonso Cruz y Corazón de Jesús Velázquez siguen en funciones como si nada.
– Desde hace algunos días el mundo se encuentra movilizado a partir de un hecho que se puede relacionar a lo que le pasó a Andrés: el asesinato de George Floyd por parte de la policía en Estados Unidos. En muchos otros países las movilizaciones lo relacionaron con casos propios. ¿considerás al caso de Andrés, como tantos acá en Argentina, tiene que ser también contemplado para exigir justicia?
Si, considero que la muerte de mi hijo Andrés García Campoy es un caso de abuso de poder. El llevaba ese día toda la documentación del auto al día. Y terminó en un control con un tiro en la nuca. Andrés era estudiante estudiaba Licenciatura en Higiene y Seguridad Industrial. Era alegre sumiso y lleno de valores, y estos gendarmes por abuso de su poder le quitaron la vida.
– A partir de la cuarentena desde el gobierno se le dio un rol esencial a fuerzas como la policía y la gendarmería para muchas tareas- ¿Qué te genera sabiendo lo que pasó con Andrés ver que se le otorga ese poder a la gendarmería?
Sergio Berni era en ese momento ministro de seguridad y no hizo nada. No olvidemos que el Estado le dio siempre el poder a las fuerzas de seguridad para perseguir torturar y asesinar siempre encubriendo a través de sus instituciones como la justicia. Realmente me preocupa el despliegue de gendarmería o policías en los barrios más humildes ahora con el argumento de la pandemia.