¿Qué hubiera pasado si aquellas fotos que develaron el crimen policial el 26 de junio del 2002 nunca hubiesen existido? O, si sepultadas en los archivos de las redacciones, aquellas imágenes quedaran escondidas hasta ser inofensivas por el tiempo. O, simplemente, si no hubiese existido la oportunidad del Ruso Kowalewski o de Pepe Mateos para disparar la cámara en el hall ensangrentado de la estación de tren por aquel entonces llamada Avellaneda. Quizá hubiese triunfado el “se mataron entre piqueteros” que bajó el oficialismo o, tal vez, el más refinado pero no menos infame “la crisis causó dos nuevas muertes”, que tituló Clarín. Esto nunca lo sabremos. Pero sí tenemos certeza de la militancia de los medios alternativos desde mucho antes de la Masacre de Avellaneda. Como una premonición, Darío Santillán tenía cabal conciencia de la necesidad de contar con medios populares. En esta nota queremos mostrar un breve esbozo del trabajo en comunicación realizado por aquel entonces. Desde una idea de prensa para los movimientos sociales, pasando por nuestra Agencia de Noticias, así como otros medios populares que intervinieron en aquellos años.
“Romper el cerco de aislamiento sobre el MTD a través de una hoja de información dentro de RedAcción (Periódico de ANRed), cuyo contenido sean todas las actividades del MTD, medidas de lucha, su organización, emprendimientos, etc.”. Estas palabras son parte del plan político escrito por Darío Santillán un año antes de su asesinato en el Puente Pueyrredón. En los textos se puede leer la importancia de tener comisiones de prensa articuladas con los medios alternativos: para la formación interna de compañeros y para “romper el aislamiento”.
Darío Santillán, como otros referentes de los movimientos sociales, había comprendido la importancia de tener comunicación propia. La constante difamación de los medios empresariales distorsionaba lo qué pasaba en los barrios; había que contar lo que sucedía, había que romper el cerco. Por ello, Darío se vinculó con ANRed desde los inicios del Movimiento de Trabajadores Desocupados (MTD).
Dialógamos con Pilar, integrante de ANRed en el año 2002, quien el día anterior a la Masacre de Avellaneda había charlado con Darío. Santillán le había pedido que lleve hasta el piquete periódicos RedAcción (ANRed) para distribuir entre sus compañeros. Aquel día no se encontraron porque Pilar también fue detenida.
“Nosotros hacíamos talleres en los movimientos sociales no solo para contar lo que sucedía en los barrios sino para que los propios protagonistas contarán qué les estaba pasando. Fue ahí donde lo conocí a Darío, que era un organizador y siempre recuerdo que la característica que me llamaba la atención en el MTD de Lanús era que Darío era un militante muy interesado en la comunicación. Pensá que en aquel momento no era común darle importancia a la comunicación. El compañero siempre prestaba especial atención. Siempre estaba presente en su análisis político la importancia de los medios de comunicación. Entonces, cuando nosotros llegamos con la propuesta de hacer talleres, él fue el primero que se sumó. Le interesaba la experiencia de ANRed y pensaba que era muy útil para llevar a los barrios. Darío leía mucho, estaba en un proceso de formación muy activo. Entendía la idea de comunicación, la hacía carne”.
“Recuerdo que una vez hicimos un taller en el que poníamos de un lado a los medios hegemónicos y del otro lado a los medios independientes y Darío se había re gastado pensando en una propuesta. Siempre tenía en cuenta dinámicas para los compañeros del barrio. Aquel día solo vinieron dos compañeros y Darío mostró su preocupación y decía ‘todos tenemos que aprender a escribir, todos tenemos que saber la importancia de los medios’. En aquellos tiempos era difícil y todo muy novedoso”.
“Yo iba una vez por semana. Hacíamos actividades con las compañeras y compañeros. Era una colaboradora del MTD Lanús y también hacíamos algunas actividades políticas y con las mujeres. El propósito de ANRed también fue cambiando: éramos un grupo de compañeros y compañeras que íbamos modificando nuestros objetivos en función de las cosas que íbamos viviendo”, concluye.
Claudio Mardones, quien también integraba ANRed, cuenta que el 25 de junio había citado desde el medio a una reunión con referentes del movimiento de desocupados en el hall en la estación Constitución para prever un esquema de prensa ante la posible represión. El 26 de junio del 2002, desde ANRed se emitieron seis comunicados mientras se daba la represión.
“RedAcción (ANRed) nace en el 95, dos años antes de los corte en Varela. Era una red de comunicación que buscaba difundir contenidos populares con una presencia territorial. En un momento en donde los movimientos de desocupados absorbidos por los procesos de la lucha tenían dificultades para comunicar, aquella tarea ANRed la hace bicicleta mediante un crecimiento con las luchas de fines del noventa”, relata.
“Luego la idea era formar una agencia de noticias. Ante la urgencia, dar un paso más para poder llegar a los medios porque se notaba en cada conflicto que el aislamiento era silenciamiento de lo que estaba pasando y está era la antesala de la represión. Entonces nos abocamos a llegar a los medios masivos que seguían la agenda del día y que eran materia de disputa y manejo del gobierno. En aquel entonces solo tenían acceso los sindicatos. Para los medios, los movimientos de desocupados eran estigmatizados como marginales sin representación política. Las áreas de prensa de los movimientos en aquel entonces eran deficientes. Cuando logramos la agencia comenzamos a realizar comunicados que enviábamos por fax a todos los medios e instituciones. El trabajo territorial nos daba la base y la confianza para hacer comunicados muy rápido. Eso era porque nosotros teníamos el respeto para comunicar directo desde las organizaciones. Después conseguíamos los teléfonos de los editores de los diarios y los volvíamos locos con llamados para que consideren nuestros comunicados”.
“Teníamos que tener los recursos mínimos para estar a la altura de las circunstancias y poder comunicar lo que sucedía y que nos considerarán como fuente. Dábamos charlas en Avellaneda con los movimientos para discutir estrategias de prensa y comunicación eficientes. Discutíamos que la comunicación era otra línea de auto-defensa. Todo esto era muy lento por la conflictividad que vivían los compañeros pero a medida que crecía la represión se entendía lo importante de tener comunicación eficaz. Desde el 2001 nosotros no parábamos de trabajar”.
“Se crea una relación con ANRed porque Pablo Solanas y Darío Santillán se dan cuenta que funcionaba el esquema que proponíamos y los compañeros necesitaban un esquema de prensa porque las preocupaciones en los planes de lucha eran muy grandes”, finaliza.
Martín Azcurra, otro integrante de ANRed de aquellos años y posteriores, aporta su mirada: “Tratamos de insertarnos en los movimientos sociales para trabajar la prensa de manera conjunta, para generar comisiones internas en los movimientos que trabajaran la prensa, que contaran sus historias y tuvieran su propia voz, sin depender de un periodista que venga a consultarlos. Por más contrahegemónicos que fuésemos, siempre una visión desde adentro es mejor que desde afuera. Este era el tipo de periodismo que queremos, el que hicimos en ese momento al menos.
“Había un compromiso militante de nosotros y empezamos a formar los grupos de prensa en el MTD Solano primero. Hicimos algunos boletines internos con ellos y ellas. Después se hizo lo mismo con el MTD de Almirante Brown y yo me fui al MTD de Lanús. La idea era que pudieran redactar un cable, hacer un mapeo de la zona, de todo lo que ocurría. Acercar a la comunidad de la zona al MTD, que entendiera las acciones del movimiento y por qué se organizaba. Esto nos parecía que era necesario para romper la demonización de los movimientos sociales y el cerco mediático que hacía el poder hegemónico, y además nos parecía una medida de seguridad, porque al tratar de acercar a la comunidad no iba a ser tan fácil la represión. Ese era el discurso que teníamos en ese momento.
“Ahí Darío Santillán cumplía un rol importante, y con él tratamos de organizar la comisión de prensa del MTD Lanús. Estuvimos juntando compañeros y compañeras, no fue fácil y los resultados fueron muy pocos. Pero pensamos la tarea a largo plazo, no para ese momento solamente, porque pensábamos que era un proceso de formación. Igualmente hacíamos nuestra tarea de prensa para los conflictos clave del momento y eso fue dando frutos. Por ejemplo, cubriendo piquetes y movilizaciones que hacían los movimientos. Junto con Darío conformamos una interprensa junto con los MTD locales e hicimos un periódico en conjunto, que salió muy bien aunque con algunos conflictos internos respecto a lo que se decía de cada localidad, debates interesantes que recién se iniciaban. Pero siempre pensando para que a futuro quede un germen de algo constructivo y que fomente el poder popular. Con Darío teníamos esas ideas de unidad de todo el movimiento, para una tarea de reconstrucción y darle a cada pequeña lucha una idea general y nacional, prensa para nacionalizar los conflictos y superar la cuestión local. Poder hacer prensa en el momento del piquete, que era algo riesgoso para los compañeros y compañeras dispuestos a la represión y a la judicialización. Entonces hacíamos tareas de registro de lo que pasaba en el piquete, para despues testificar a favor del movimiento llegado el caso. Estas taras hacíamos con Darío en ese momento”, recuerda Azcurra.
Otro de los medios que intervenía en los barrios del MTD es Indymedia Argentina, nacida como parte de una cadena internacional de medios alternativos a partir de las manifestaciones de Seattle de 1999 en Estados Unidos. Un aporte reconocido del colectivo de comunicación fue la posibilidad de incorporar noticias a través de la “Publicación abierta” sin necesidad de ser integrante directo. En la Argentina, Indymedia llegó a tener 25.000 visitas diarias en momentos en donde internet era muy limitado.
Dialogamos con Tomás Eliaschev, hoy secretario de Derechos Humanos en el Sindicato de Prensa de Buenos Aires (SiPreBa) e integrante de Indymedia por varios años, quien aquel 26 de junio estuvo registrando. Con aquellas imágenes el colectivo realizó el documental “Piquete Puente Pueyrredón”.
“Me sumó a Indymedia en marzo del 2002. En ese momento ya había una relación con los movimientos de desocupados. Teníamos contacto con Pablo Solanas y Darío Santillán, entre otros compañeros. Habían estado en la toma de tierras en el Barrio La Fe y se cubrían los cortes en el Puente Pueyrredón y en la Autopista Buenos Aires-La Plata. Son las imágenes famosas de Darío sentado mirando a cámara, que registra Seba Hacher con la cámara de un compañero internacionalista de Estados Unidos. Eran imágenes de muy buena calidad para la época. Recuerdo que Hacher vivía con varios compañeros del PTS y me explicó como llegar a Lanús y fui a cubrir un corte. Teníamos muy buena relación con el MTD. Yo empalmé con esa línea, entonces Seba me encargó la sección Desocupados. Fuimos juntos con Hacher a cubrir el corte que se hace en Guernica a principio de junio. No había señal de celular y cuando llegamos al Municipio había un patota policial. De ese lugar venía Maxi. Estuvo Darío y con él me volví en tren, comimos una milanesa que pagamos con los fonditos de Indymedia y nos fuimos a un locutorio a subir las noticias”.
“Yo me sumo al área de prensa, una articulación que se hizo entre los movimientos de trabajadores desocupados, con RedAcción (ANRed) e Indymedia. ANRed ya tenía todo su laburo previo con los MTD, y lo de Indymedia fue más aluvional, porque en enero fue importante la llegada de Franchesca, una internacionalista de Indymedia Italia que luego estuvo en Palestina y fue quien estuvo en la toma de tierras del Barrio La Fe ese verano del 2002. Le daba una dimensión internacionalista al conflicto, en esa toma de tierras donde Darío tenía su rancho.
“Cuando se estaba organizando el 26, se conforma la interprensa entre ANRed e Indymedia y el área de prensa de Lanús, Almirante Brown, Lugano y Solano del Movimiento de Desocupados. Hicimos un par de reuniones de prensa en el Barrio La Florida y en el Barrio La Fe para discutir lo que análizábamos, que se venía bastante pesada la situación. Había una pulseada muy grande con el gobierno de Duhalde.
“El 26 de junio nostros desplegamos compañeros en Saavedra, Puente Alsina, en la Autopista Buenos Aires La Plata. En Puente Pueyrredón estuve yo con un compañero internacionalista alemán, de Indymedia Berlín, y otro compa más, Pablo Boedo.
“Luego de la Masacre de Avellaneda se hizo un trabajo conjunto entre ANRed, Indymedia y la Escuela de Foto de Avellaneda, el MTD Claypole, MTD Lugano, MTD Almirante Brown, menos el de Lanús que había quedado muy golpeado. Incluso se hicieron experiencias de cursos de cine.
“Indymedia fue una gran articulación entre el movimiento antiglobalización y los movimientos de base. A partir de la Masacre el laburo creció, fue muy vertiginoso, pero luego costó darle una continuidad a esa masividad que se había alcanzado”, concluye.
Argentina Arde es un colectivo de comunicación que también participó de las coberturas en el Puente Pueyrredón. Nacida al calor de las protestas del 2001, el colectivo tuvo una gran participación. El propio Darío Santillán participó en una de sus asambleas.
Compartimos el relato de Germán “El Polaco”: “Me encontraba militando en Argentina Arde, un colectivo de Comunicación Alternativa. Producía un periódico y se cubrían las actividades del campo popular mediante la fotografía y el video.
“El 26 fuimos a cubrir cinco compañeros, cuatro fotografos y uno con cámara de video. Los recursos eran escasos. Fuimos con lo que pudimos pero con mucha voluntad logramos una cobertura bastante amplia de lo que sucedió.
“Ese día sabíamos que iba a haber dos columnas por Pavón hacia el Puente y otra por la Avenida Mitre. Yo fui con un compañero por el lado de Pavón.
“Avanzamos acompañando las columnas, a metros de llegar al Puente Pueyrredón, a los pilares que sostienen al puente, presenciamos todo el desenlace: el cordón de infantería que estaba montado adrede para generar una chispa y transcurrió todo muy rápido cuando las columnas intentaron encontrarse y después del primer disparo se desató la represión. A mi compañero lo perdí de vista. Él retrocedió y yo tuve problemas con la cámara, se me había terminado el negativo, cubrí el comienzo de la represión. La última foto que tenía de ese rollo, lo registra a Darío, el único que tengo en el cuadro en esa foto. Quiere decir que él fue el último en irse del momento en donde comienzan los primeros disparos. Era todo gas. Luego de eso, se repliegan ambas columnas. Yo, por cuestión del azar y por ver cómo se desarrollaba la represión por Mitre, voy y encaro por ese lado, es por eso que muchas de las fotos que tengo son de Leiva, agente de la Policía que fue el último en ser detenido, estuvo prófugo durante meses. Más allá de la violencia del aparato represivo, no tomaba en cuenta la dimensión de la gravedad de lo que estaba sucediendo. Tal es así, en un momento sin darme cuenta, tengo en la memoria los cartuchos rojos en la vereda y al mismo Leiva que me podía correr de la línea de fuego, porque podía recibir un disparo pero nunca pensé que podían ser de plomo. En el repliegue de las columnas fotografié a un compañero que no podía caminar y me pareció extraño. Todo eso se pudo explicar después.
“Con nuestro material salimos a denunciar la represión. Hicimos una muestra fotográfica que recorrió el mundo, de manera digital y otras de manera física, porque nuestra política era llevar de forma impresa, copiarlas, montarlas y llevarlas a todo lugar que sea necesario. La comisión de video hizo un video informe, grabado en VHS y se distribuía a cada punto de lucha que estuviese haciendo alguna actividad y se mostraba. Fueron las tareas luego de la represión para difundir la denuncia de lo que sucedió.
“Algo que quisiera recordar. Una compañera, que tuvo una acción muy importante desde su casa: agarró un VHS virgen y empezó a grabar toda la cobertura de los grandes medios haciendo una especie de zaping. Eso nos sirvió para tener una visión nuestra de los hechos y tener un contrapunto con los hechos relatados por la prensa que en aquel momento le decíamos burguesa, o medios masivos. Muy importante ese trabajo. Obviamente nos indignaba, nos daba mucha bronca, como a cada compañero que vivió esa jornada”, finaliza Germán.
Han pasado 18 años de la Masacre de Avellaneda y el proceso de que cada sector en lucha y movimiento social territorial forme su propio espacio de prensa, para poder contar con su propia voz lo que se vivía en los barrios populares, fue dando sus frutos. Un proceso que Darío y otros compañeros comenzaron a pensar y organizar como germen hoy tiene sus resultados: la gran mayoría de las organizaciones sociales tiene bien estructurado su espacio de prensa y comunicación. Una de las tantas estrategias del campo popular en la lucha por la disputa del sentido común de las cosas y contra los discursos de los grandes medios tradicionales hegemónicos.
Algunos medios de comunicación alternativa de aquellos años continúan sus proyectos, otros dejaron de existir y nuevos han nacido. Aquella idea de Santillán de “romper el aislamiento” sigue siendo necesaria y cotidiana. Mientras sea así, habrá medios populares que lo intenten.
Fuente: https://www.anred.org/2020/06/26/medios-alternativos-en-el-puente-pueyrredon/