Este 17 de agosto tuvo lugar la última de una serie de concentraciones convocadas por los sectores más reaccionarios de la política argentina, que desde el comienzo de la crisis por la pandemia de COVID-19 utilizan las fechas patrias del calendario para reunirse bajo una serie de consignas que abarcan desde el rechazo a la medida sanitaria de la cuarentena, la tecnología inalámbrica 5G y el uso de vacunas, hasta expresiones del antiperonismo, el anticomunismo y el antisemitismo, entre otras.
A su vez, se repitieron consignas a favor de “las instituciones republicanas” y “la libertad”.
Esta jornada en particular estuvo marcada por un trabajo intenso de varias semanas para fortalecerla, tras la debilidad de las últimas convocatorias, fuera a cacerolazos o presenciales. Esa tarea, apoyada por figuras mediáticas afines al ex presidente Mauricio Macri, dejó más al descubierto aún que en anteriores ocasiones que la jornada, presentada como un reclamo de “la sociedad”, fue motorizada por el aparato del PRO y la alianza Cambiemos / Juntos por el Cambio, que buscaban que la convocatoria funcionara como plantaforma de relanzamiento partidario.
También la presencia de Patricia Bullrich, presidenta del PRO y ex ministra de Seguridad de Mauricio Macri, junto a otros ex funcionarios como Hernán Lombardi, fueron en este sentido.
La manifestación recibió múltiples críticas por su realización en el marco del sostenido ante el incremento de contagios de COVID-19 y advertencias de un inminente colapso sanitario en el AMBA, entre otros motivos.