Fue despedido el mismo día en que notificó que había sido elegido delegado sindical. Se trata de Claudio Musacchio, trabajador jerárquico de la sucursal 90 del barrio de Villa Devoto. Junto con su abogado defensor interpuso una cautelar. Por ello, la Cámara Laboral porteña ordenó su reincorporación pero los letrados de Coto apelaron la medida. A su vez, el delegado denunció que fue amenazado de muerte por una patota de la firma y que la empresa cesanteó a sus dos hijos, que trabajaban en otros establecimientos de la cadena.
Por Máximo Paz.
La sucursal 90 del barrio de Villa Devoto de la CABA de la cadena de supermercados Coto SACIF desconoció un fallo judicial que ordenó la reincorporación de Claudio Musacchio, trabajador de la firma despedido el 20 de marzo de 2019 tras haber sido elegido delegado del local. Es que después de anunciar la noticia a la gerencia patronal, el empleado del sector jerárquico del supermercado fue despedido de inmediato de forma enteramente ilegal y sin que medie explicación alguna.
“Luego de un tiempo de trabajar allí, y cansado de los maltratos que se vivían a diario en la empresa, yo decidí convertirme en delegado para poder luchar por mis derechos y el de mis compañeros. Y el mismo día en que Coto fue notificado ellos me despidieron a mí y a dos hijos míos, que trabajan en otras sucursales”, sentenció Claudio, en entrevista al portal “Gestión Sindical”.
A través de una prolongada querella mediada por acciones legales, el trabajador pudo lograr su reincorporación desde una medida cautelar dictada en el mes de febrero de este año. Aunque la Justicia –el Juzgado Laboral 35 de la CABA, específicamente- no movió un dedo desde aquella fecha hasta estos días.
“El juez que intervino en la causa falló dos veces en contra de mi reincorporación. Pero mi abogado apeló a la Cámara Nacional del Trabajo, que falló en favor mío y dictó la cautelar. Lo que tenía que hacer el juez era avisar a Coto lo que decidió la Cámara, por medio de una cédula electrónica, que es básicamente enviar un mail. Pero no lo hizo hasta hace unos días, luego de que mi abogado apelara de nuevo. Es decir que pasaron siete meses hasta que finalmente fue notificado Coto”, detalló Musacchio en la misma entrevista.
Dada la cédula de notificación que avisó a la sucursal sobre la orden de reincorporación del empleado, fue que días pasado el delegado despedido se apersonó en las puertas del negocio. Pero aún así no pudo ser.
“Fuimos con mi abogado y una escribana a la puerta del supermercado y ellos se negaron a dejarme entrar. Hablamos por teléfono con el Gerente de RR.HH. de Coto, Gastón Masini, quien dijo primero que la cédula no la recibieron. Y, después, que sí, que la recibieron pero que no la abrieron y que por eso no me dejan ingresar”, aseguró.
Según la empresa Coto, esta consiguió presentar una apelación a la medida cautelar y, dado ello, pudo hacerse valer de un recurso legal para dejar afuera al funcionario desalojado.
“Yo ingresé en 2010 a Coto como Jefe de no alimentos. Ya había trabajado 18 años en Carrefour en el mismo puesto. Y lo que me sorprendió de entrada fue que a los jefes no les pagaban los domingos, por ejemplo. Y que todas las diferencias de precio que había en góndola la descontaban del sueldo, y figuraba en el recibo como adelanto de sueldo. A mí me descontaron hasta 5 mil pesos una vez, y a algunos compañeros hasta 10 mil pesos”, comenta.
“Un día me acerqué a la sucursal para pedir los recibos de sueldo de los últimos meses que había trabajado y no me lo querían entregar. Inclusive una persona de seguridad me tironeó de un brazo para meterme adentro del local, y ahí vi que adentro había cinco patovicas. Así que salí rápido porque sabía que me iban a violentar. Tiempo después fui de nuevo a reclamar y a sacarme unas fotos con unos carteles. Y cuando me estaba retirando me interceptó una patota y me amenazó de muerte. Me dijeron que iban a ir a donde vivo yo, en Ciudadela, y que iban a matar a mi familia”, explicó para redondear un relato funesto.
La famosa empresa líder comercializadora de alimentos y productos básicos de consumo tiene en su haber una andanada de situaciones que fueron y son noticia en el sentido de que se trata de una de las firmas sobresalientes en prácticas antisindicales.
Es de recordar los casos recientes, como la respuesta que brindó el ya mencionado representante de Recursos Humanos, Gaston Masini, a los trabajadores que exigían mejoras en las condiciones de higiene y cuidado en el marco de la pandemia: “pará con estos discursos. Es un esfuerzo de la compañía y de los empleados, sino te vas a tener que ir a vivir a Cuba”.
O las de Eduardo Búfalo, gerente de Operaciones de la sucursal Lanús, cuando amenazó al personal de la Municipalidad para impedir el cierre de la tienda: “¡hoy voy en cana! Esto termina mal. ¡No van a cerrar la sucursal, Tito!”, gritó, dirigiéndose al empleado municipal de manera intimidante, para concluir: “¡No la vas a cerrar, como que me llamo Búfalo!”.
A su vez, en lo que atañe a Musacchio, el trabajador no es el primero en ser desvinculado sólo por el hecho de querer ser delegado para representar a sus compañeros sino que, por contrario, se trata de un modus operandi histórico de Coto como táctica patronal para evitar conflictos laborales a futuro o no pagar indemnizaciones. Por lo pronto, el delegado continuará peleando por su reincorporación.
Fuente: https://www.anred.org/2020/09/29/otra-vez-coto-se-niega-a-reincorporar-a-un-delegado-despedido/