Repudio al ataque contra Liliana Ancalao: “No podrán acallar al mapuzungun ni a la poesía”

La poeta, investigadora y profesora comodorense Liliana Ancalao sufrió un hackeo mientras participaba de una sesión de lecturas de poesía en el “café literario” del Centro Cultural Virla, realizado por Zoom. No pudo seguir adelante con la lectura de sus textos al recibir insultos que fueron repudiados por numerosas instituciones, escritores, artistas y gestores culturales.

26/10/2020

Tras el incidente, Ancalao publicó en su muro de Facebook después del incidente: “¿Acallar al mapuzungun, el idioma de la tierra? No creo. ¿Silenciar a la poesía? Tampoco. Tal vez, y por un rato, mi pequeña voz”. Además, convocó a leer el poema “La tarde del sábado para lavar la ropa” (incluido en su último libro, Rokiñ. Provisiones para el viaje) que se disponía.

El pasado jueves a las 20 jaquearon la reunión por zoom del Café literario del CCVirla en el momento en que comenzaba su lectura la invitada especial, Liliana Ancalao, docente, poeta, integrante de la comunidad mapuche. Ancalao leyó un poema en su lengua originaria y luego lo hizo en castellano.

Cuando comenzaba con la lectura del segundo poema aparecieron interferencias visuales y auditivas que impidieron la continuidad de la reunión virtual. Voces anónimas distorsionadas digitalmente lanzaron insultos contra Ancalao y los demás asistentes al evento literario acompañados de música a alto volumen. También aparecieron graves insultos en el chat. Ante la imposibilidad de retirar los mensajes de los atacantes de la pantalla se decidió suspender la actividad.

Liliana Ancalao (Comodoro Rivadavia, 1961) es poeta, investigadora y profesora en Letras. Sus orígenes en Puel Mapu Wall Mapu se remontan al tiempo en que sus bisabuelos cruzaban la Cordillera sin los límites impuestos por los estados de Argentina y Chile.

Pertenece a la comunidad mapuche-tewelche Ñamkulawen y es aprendiz de su lengua materna. Publicó Tejido con lana cruda (2001), Mujeres a la intemperie-puzomowekuntumew (2009), Resuello-neyen (ensayos, 2018) y Rokiñ. Provisiones para el viaje (Espacio Hudson, 2020). Ha sido traducida al inglés y al francés.

Ancalao escribió: “Ayer, se me quedó este poema sin leer. Si pueden leerlo en voz alta, pongan: logrado, por la memoria”.

La tarde del sábado para lavar la ropa

(De Rokiñ. Provisiones para el viaje, 2020)

Entre los peones que cayeron fusilados en las huelgas rurales de 1920 y 1921 seguramente había hombres de los pueblos originarios que cuarenta años antes habían recorrido libres los territorios del sur.

La tarde del sábado para lavar la ropa

pedían los

peones

que ahora les llamaban así a los empobrecidos

williches pikunches ahonikenk shelknam

yagan kaweskar y kamollfunche

Cuarenta años después

un rato de ser wentru pedían

aunque los alambrados

No les dijeron no, a su pedido

siempre fueron afables

tampoco sí:

a las ventanas de brisa en el galpón cerrado

un suspiro limpio que ventile el pecho

y se lleve el olor de los corrales

lo desparrame

como el agua enjabonada

el sábado a la tarde en el patio de la estancia

Un respiro de aire sin

patrones

que ahora debían llamarle así

a los muy enriquecidos

no les dijeron no, los muy prolijos

hicieron venir a los milicos

Y no les dieron:

tiempo para lavar su cara y su cabello

que el agua corra hasta sus pies

el sábado a la tarde

para lavar sus calzoncillos la camisa

la roña de los puños la mugre del cuello

los sudores de la espalda

Salir del ciclo de la lana por un rato

que la parición

que cortarles los huevitos a las crías

y la señal del patrón en las orejas.

que la pelada del ojo que la esquila

que los fardos de lana trepándose hasta el techo

No tuvieron:

los bancos que pedían

para sentarse descansar el cuerpo

armar el círculo de la conversa

y el silencio

y que en los puestos esa distancia alambrada

en la inmensidad del latifundio

el hombre no esté solo condenado a estar impar

Eso pedían a cambio de volver

a producirles las ganancias

Y los ataron como hacía cuarenta años

a sus parientes allá por el chubut

en el corral de sacamata

como a animales

los milicos obedientes de los muy enriquecidos

No les dijeron no, tampoco sí:

al sábado a la tarde

para volver a ser wentru por un rato

para lavarse

bancos

velas

aire

no estar solos en los puestos

no más pedían

Balas

les dieron los milicos obedientes

primero los pusieron paraditos

y en fila como los postes del alambre

A los peones que se habían atrevido

les apuntaron ahí

a la memoria

y fueron cayendo

las camisas con sangre

que ningún jabón refregará el sábado a la tarde

y vuelve a gotear el dolor

mierda

vuelve.

Fuente: https://www.elextremosur.com/nota/27094-repudio-al-ataque-contra-liliana-ancalao-no-podran-acallar-al-mapuzungun-ni-a-la-poesia/

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *