“La política de derechos humanos no es sólo para paliar el dolor ajeno, es un proceso de transformación de nuestros pueblos”

En el marco de la conmemoración por el Día internacional de las víctimas de desapariciones forzadas, la Comisión Provincial por la Memoria (CPM) y la secretaría de Derechos Humanos de Santiago del Estero realizaron una charla-debate sobre las consecuencias psicosociales de las desapariciones forzadas y los desafíos del presente, a través de un diálogo entre el presidente de la CPM Adolfo Pérez Esquivel y la directora de Territorios Clínicos de la Memoria Fabiana Rousseaux. El coloquio de París en 1981 y la lucha de sobrevivientes del terrorismo de Estado para crear esta figura jurídica, las políticas de reparación y el deber y deseo de memoria. “Los pueblos deben ser protagonistas de sus propias vidas e historias y veo en los jóvenes un signo de esperanza”, dijo el Nobel de la Paz.

“Si hay una dimensión donde Argentina tiene un peso específico es que la lucha por los derechos humanos no se convirtió solamente en un tratado, un protocolo, la memoria del pasado no se burocratizó sino que es un legado que se reactualiza. No es sólo la repetición de la memoria para que no vuelva a ocurrir, es asumir esa lucha para pensar las nuevas violaciones a los derechos humanos”, resumió la psicoanalista y directora de Territorios Clínicos de la Memoria Fabiana Rousseaux durante la charla debate Consecuencias psicosociales de un crimen imprescriptible: la desaparición forzada y los desafíos del presente.

La actividad fue organizada por la Comisión Provincial por la Memoria y la secretaría de Derechos Humanos de Santiago del Estero en el Día internacional de las víctimas de desapariciones forzadas, que se conmemora cada 30 de agosto. La fecha fue establecida en 2010 por la asamblea general de Naciones Unidas como una oportunidad para recordar a las víctimas y promover el derecho a la verdad y la justicia por estos crímenes de lesa humanidad.

“Queríamos aprovechar este día para volver a pensar la figura del desaparecido, cómo esa figura nos sigue atravesando. El desaparecido como una figura emblemática, revisitada, resignificada políticamente, polisémica. Esa figura es base de la activación y construcción de las identidades políticas de las múltiples juventudes atravesadas por esas ausencias que siguen presentes”, dijo la directora general de la CPM Sandra Raggio sobre el sentido de esta jornada.

“Para que este día conmemorativo sea parte de la historia, para que nunca más volvamos a atravesar estos crímenes, para caminar hacia el futuro que, si bien tiene una historia que nos pesa, de la mano de los jóvenes será un futuro mejor para todos y todas”, dijo Natalia Carreras, subsecretaria de derechos humanos de la provincia de Santiago del Estero. “Han procurado borrar sus crímenes, pero en cada una de estas actividades, cada vez que nombramos un desaparecido, estamos derribando ese plan”, agregó Cecilia Melián de HIJOS Santiago del Estero e integrante de la subsecretaría.

Del coloquio de París 1981 a las marcas del presente

“¿Qué es la desaparición forzada? ¿Cómo se producen las desapariciones? Los militares no enloquecieron un día y comenzaron a desaparecer personas. Más de 80 mil militares latinoamericanos pasaron por la Escuela de Las Américas y las academias militares de Estados Unidos, fue un plan estructurado para contrarrestar los movimientos independentistas en América Latina tras la revolución cubana”, mencionó, al comienzo de su testimonio, Adolfo Pérez Esquivel.

A pesar de que, para la segunda mitad del siglo XX, ya había antecedentes de desapariciones forzadas, no existía en la jurisprudencia internacional una figura que tipifique este delito. “En el 74, después de los primeros crímenes de la Triple A, fui a Naciones Unidas a denunciar las desapariciones y en Ginebra no entendían que estaba pasando, recuerdo que me fui enojado, les dije que esperaban una masacre para hacer algo”, señaló el Nobel de la Paz.

Un año después, Pérez Esquivel fue secuestrado por el Ejército brasileño y puesto en libertad tras la intervención del entonces arzobispo de San Paulo, Paulo Evaristo Arns. El 4 de abril de 1977 fue detenido por la dictadura militar, sobrevivió a los vuelos de la muerte y lo liberaron el 23 de junio.

El 10 de diciembre de 1980 recibió el Nobel de la Paz y casi dos meses después, el 31 de enero de 1981, presidió el coloquio de París “La política de desapariciones forzadas de personas”. “Fue el primer coloquio sobre el tema y fue organizado por los exiliados, fueron unos 500 juristas de todo el mundo. Las conclusiones de ese encuentro promovieron la creación de una comisión sobre desaparición forzada en el estructura de Naciones Unidas”, recordó Pérez Esquivel.

“Hoy no están, son ausentes siempre presentes, tenemos que hacer memoria para que no ocurra nunca más, para generar valores y conciencia crítica. La política de derechos humanos no es sólo para paliar el dolor ajeno, es un proceso de transformación de nuestros pueblos, es pensar en democracia y los derechos como valores indivisibles. Los pueblos deben ser protagonistas de sus propias vidas e historias y veo en los jóvenes un signo de esperanza”, remarcó el Nobel de la Paz, antes de pasarle la palabra a Fabiana Rousseaux.

“Mientras lo escuchaba a Adolfo pensaba en estas personalidades del campo de los derechos humanos que se ocuparon de transmitirnos la experiencia de esa lucha. Todos estos años, pasaron 40 ya, tuvimos a todas estas personas que nos transmitieron esas experiencias una y otra vez, la sonoridad de esas voces que nos son familiares, voces que nos acompañan y nos ayudaron a construir estas políticas de memoria”, dijo Rousseaux.

Fabiana es psicoanalista, hija de un militante político desaparecido por la dictadura militar, en 2010 fundó el Centro de asistencia a víctimas de violaciones de derechos humanos Fernando Ulloa y, actualmente, es directora de Territorios Clínicos de la Memoria (TeCMe).

Pocos días atrás, el juzgado federal 2 de Jujuy elevó a juicio oral y público una de la causas por delitos de lesa humanidad que tiene como procesados al dueño de la empresa Ledesma, Carlos Blaquier. A partir de esa novedad, y para pensar la continuidad de las marcas y consecuencias de la desaparición forzada, Fabiana Rousseaux recordó su trabajo con el plantel del Hospital Óscar Orias, emplazado en las inmediaciones del Ingenio Ledesma, para acompañar a los sobrevivientes que iban a dar testimonio en los primeros juicios de lesa humanidad que iban a realizarse en la provincia.

“Cuando llegamos nos decían que en la localidad nadie ahí había sido víctima del terrorismo de Estado y no veían el sentido de hacer un taller de debate para hablar de esos temas. Estábamos a punto de suspender el taller, cuando varios colegas irrumpen en llanto al sonar la sirena del Ingenio, que es la que organiza los tiempos de la vida en la localidad. Ese llanto irrumpe porque, al mencionar la palabra desaparecido, esa sirena con la que ellos convivían trajo a la actualidad los hechos que habían vivido de niños durante el terrorismo de Estado y a partir de esa sirena. Todos habían sido víctimas de secuestros de familiares, vecinos. La dimensión que este relato tiene es que, en esa naturalización donde todo fue tragado por el terror del Estado, por la noche de los apagones, ni siquiera pudieron pensarse como parte de esa misma escena y podían constituirlo como víctimas”, recordó la directora de TeCMe.

“Por eso tenemos que penar qué toca la justicia cuando llega a ese lugar, qué toco cuando nosotros dijimos que iba a haber un juicio. Todo esto que se puso en marcha es lo que significan esas marcas. Mientras en muchas ciudades de la Argentina estamos familiarizados con la justicia, reparación, hay lugares en destiempo, fuera de esa lógica, el impacto y efecto de esos hechos están en una reactualización permanente que nos impide pensar en una homogeneidad. Cada vez que nos acercamos a esos lugares, nos obliga a remarcar la importancia de seguir insistiendo con las políticas de memoria, de transmisión de esas memorias”, agregó Rousseaux.


Fuente: https://www.andaragencia.org/la-politica-de-derechos-humanos-no-es-solo-para-paliar-el-dolor-ajeno-es-un-proceso-de-transformacion-de-nuestros-pueblos/

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