El primer juicio por los crímenes de lesa humanidad cometidos en Campo de Mayo todavía no tiene sentencia firme. En 2009 se condenó a los responsables de la desaparición de Floreal “el Negrito” Avellaneda, el niño de 15 años, militante del Partido Comunista y secuestrado en su domicilio junto a su madre, Iris Pereyra. Después de una serie de apelaciones el caso llegó a la Corte Suprema de Justicia, que intentó beneficiar a los genocidas con la ley del 2×1. Ocho años después, devolvió el expediente a la Cámara de Casación.
Entrevista: Fernando Tebele. Redacción: Paulo Giacobbe. Edición: Fernando Tebele.
El caso de Floreal Avellaneda es emblemático. Se trata de uno de los primeros casos conocidos de los Vuelos de la Muerte. Rodolfo Walsh, en la mítica Carta abierta de un escritor a la Junta Militar, denunció las torturas que sufrió el Negrito y que su cuerpo fue encontrado en la costa de Uruguay. Pese a eso, continúa desaparecido. En diálogo con Oral y Público, Iris Pereyra de Avellaneda, su madre también secuestrada en el mismo operativo, dijo: “En la Corte Suprema se burlan de nosotros”, en referencia a la reciente decisión de mantener el expediente sin sentencia firme. “Después de ocho años encajonaron la causa en la Corte y ahora la mandan a Casación; es una burla. No nos respetan a nosotros, los sobrevivientes, el dolor que uno siente por la pérdida de un hijo”, señaló.
Sucede que 3 de los acusados recibieron penas bajas y las querellas apelaron. Se trata de los represores Alberto Aneto, Raúl Harsich y César Fragni. “No estábamos de acuerdo con las condenas, y no quedaron firmes y quedaron sueltos”, detalló. El caso llegó a la Corte Suprema y ahí quedó hasta que lo devolvió a Casación.
“Los genocidas se están muriendo. Los testigos ya estamos grandes, seguimos perdiendo tiempo, que te llaman a declarar. Yo declaré ocho veces. Entonces no puede ser esto, por eso vamos a exigir que pongan las barbas en remojo y que los metan presos”, exigió.
15 de abril de 1976
Iris relató su secuestro y el de su hijo como si no hubieran pasado 45 años, con la entereza de quien lucha, milita y persigue justicia. “En el 76 fueron tan siniestros los casos. Lo que pasó con tanta desaparición de gente y el caso nuestro que fue a los pocos días, el 15 de abril”, arrancó. “Justo al mes del secuestro nuestro, que El Negrito cumplía los 16 años, aparece en los vuelos de la muerte. Yo estaba presa todavía, porque yo me comí más de tres años en distintas cárceles, y recién me entero cuando salgo que El Negrito había sido asesinado y tirado en los vuelos de la muerte”, recordó.
Madre e hijo fueron torturados en Campo de Mayo. Iris piensa que se llevaron a ellos dos porque no se pudieron llevar a Floreal, el padre del Negrito, que se escapó por los techos de la casa. El cuerpo del Negrito apareció en las costas uruguayas junto al de otras nueve personas, en bolsas negras. Se lo reconoció por un tatuaje con sus iniciales. “La FA y un corazón en el brazo, igual que su papá”, graficó Iris.
“Imaginate cuando salgo en libertad y me entero de todo esto. Mi desesperación de saber el porqué, dónde están, pero estábamos con el golpe militar. Hasta el 83 que vino la democracia, recién pudimos movilizarnos un poco, viajamos al Uruguay tres veces. Los jueces se declararon incompetentes”, detalló Iris. “Cuando salgo en libertad para mí fue una desesperación. Han pasado 45 años y no sabemos que pasó con el cadáver”, agregó.
Iris contó que solo tiene del Negrito unas fotos escalofriantes, que un fotógrafo tomó de casualidad paseando por la playa: “Y de ahí, como apareció, desapareció. No se sabe si fue a fosa común o lo enterraron en algún lado. Por eso exigimos que nos abran los archivos para saber qué pasó con nuestra gente”.
Las empresas
Iris Pereyra también exige a la Justicia que se juzgue a los empresarios que fueron parte del genocidio. “Queremos hacer juicio a las empresas” que tenían vínculo directo con el Ejército Argentino que comandaba el Centro Clandestino de Detención Tortura y Exterminio El Campito, montado en Campo de Mayo. “Varios militares estuvieron en Tensa. Imaginate si nos quedamos de brazos cruzados y dejamos que esta gente que se enriqueció en forma, a costilla de nosotros, los secuestrados. Eso no se puede perdonar”, dijo. En Tensa trabajaba Floreal padre.
Por último, Pereyra de Avellaneda sostuvo que el camino para revertir la impunidad y lograr algo de justicia es el mismo de siempre: “Nosotros queremos hacer una movilización porque la lucha se gana en las calles, no queda otra. Nosotros lo que queremos es eso”.
Fuente: http://www.laretaguardia.com.ar/2021/09/el-caso-de-floreal-avellaneda-como.html