El cuestionado trigo transgénico tuvo luz verde del gobierno nacional. La medida beneficia a la empresa Bioceres, donde son accionistas Gustavo Grobocopatel y Hugo Sigman. El nuevo transgénico podrá contaminar al trigo convencional, implica el uso del herbicida glufosinato de amonio y, mediante todos los derivados de la harina, estará en los alimentos argentinos.
El Ministerio de Agricultura de la Nación completó este jueves la aprobación del “trigo HB4”, el primer trigo transgénico del mundo. Esto habilita a la empresa Bioceres a comercializarlo, por lo que podrían comenzar a aumentar las hectáreas sembradas con este cultivo que es resistente al glufosinato de amonio, un herbicida más tóxico que el glifosato. El trigo —que llegará al pan, los fideos y todos los derivados de la harina— había sido aprobado por la denunciada Conabia (Comisión Nacional de Biotecnología). El transgénico es rechazado por productores trigueros, científicos e incluso por grandes empresarios del sector. La autorización contradice pedidos de la Justicia Federal.
La decisión del Gobierno desoye el reclamo de cientos de organizaciones sociales y campesinas y de miles de científicos que exigieron detener el avance de este transgénico. Denuncian la falta de transparencia en el procedimiento de aprobación del trigo HB4, la contaminación que producirá sobre otros trigos no transgénicos y el aumento del uso de agrotóxicos que supondrá su cultivo.
La aprobación también va a contramano de las medidas solicitadas por la Fiscalía Federal y la Defensoría Pública Oficial, que pidieron al Poder Judicial suspenderla de inmediato. Advierten que el mecanismo por el cual se autorizó el transgénico viola la Ley General del Ambiente y el artículo 41 de la Constitución Nacional, entre otras normas de protección de la salud y el ambiente.
La cartera que conduce Julián Domínguez tampoco cumplió con la orden del juez federal Santiago Carrillo de implementar un proceso de participación ciudadana para la aprobación de este transgénico.
Al mismo tiempo, cámaras de productores y exportadores de cereales rechazan el trigo HB4 porque afirman que supone un grave riesgo comercial. “Esta norma provoca un enorme riesgo comercial, dado que los países que nos compran no aceptan HB4”, sostuvo el Centro de Exportadores de Cereales en un comunicado difundido apenas se conoció la aprobación. “Las consecuencias económicas de eventuales pérdidas de mercado recaerán sobre el Ministerio (de Agricultura) y la empresa desarrolladora (Bioceres)”, alertaron.
La empresa Bioceres desarrolló el trigo transgénico en sociedad con la científica Raquel Chan, del Conicet y la Universidad Nacional del Litoral. La académica rechaza los argumentos que alertan (como consecuencia de su transgénico) de más desmontes, desalojos campesinos-indígenas y mayor uso de agrotóxicos, entre otros aspectos negativos.
Bioceres, que cotiza en la Bolsa de Nueva York, cuenta entre sus accionistas a los millonarios Gustavo Grobocopatel y Hugo Sigman.
Trigo transgénico para todos y todas
La decisión del Ministerio de Agricultura se conoció a través de la resolución 27/2022, publicada este jueves en el Boletín Oficial. El trigo HB4, publicitado como tolerante a la sequía, había sido aprobado por el gobierno de Alberto Fernández a fines de 2020. Sin embargo, esa autorización estaba supeditada a la aprobación por parte de Brasil, principal importador del trigo argentino. Casi un año después, la Comisión Técnica de Bioseguridad de Brasil (CTNbio) aprobó la comercialización de la harina –no de la semilla–. Es decir, el gobierno brasileño aceptó la harina y sus derivados, pero no la siembra en su territorio.
Esta decisión de Brasil, sumada a la reciente aprobación por parte de China de la soja HB4 y también del trigo HB4 por parte de Australia y Nueva Zelanda, fueron los argumentos utilizados por Agricultura para completar la autorización.
Demandas judiciales en trámite
Productores agroecológicos de la provincia de Buenos Aires, que ya habían presentado un recursos de ámparo para suspender el trigo transgénico, adelantaron que volverán a presentar medidas tanto en la justicia provincial como federal.
“Vamos a insistir nuevamente con la cautelar de suspensión del trigoHB4 en la provincia y pedir un dictamen de la Dirección Nacional de Agroecología”, sostuvo Fernando Cabaleiro, abogado de la organización Naturaleza de Derechos, que representa a los productores. Al mismo tiempo, van a reclamar que la Universidad Nacional de La Plata emita un informe sobre los impactos de los transgénicos, y la imposibilidad de coexistencia del trigo transgénico y el agroecológico (por la contaminación de uno sobre el otro). En la Justicia Federal también pedirán una medida cautelar para proteger el trigo agroecológico.
Por otro lado, la Corte Suprema de Justicia de la Nación mantiene demorada una causa judicial en la que vecinos afectados, la Fiscalía Federal y la Defensoría Pública pidieron la suspensión de la autorización del trigo HB4.