Entrevista a William Díaz de la Junta Directiva del TJER.
Asumieron Gustavo Petro y Francia Márquez: La fiesta fue del mil colores
Por Mario Hernandez.
-Me imagino el domingo una Plaza Bolívar dónde no cabía ni un alfiler.
-Absolutamente reventada. No solamente la Plaza Bolívar, sino también sus alrededores. La fiesta fue de mil colores.
-Quiero confirmar, ¿la espada de Bolívar volvió al centro de la escena?
-La espada de Bolívar recorre América Latina.
-Te lo pregunto porque se comentaba que Gustavo Petro la empuñaría cómo principal estandarte en su ceremonia de asunción.
-Gustavo Petro no la empuñó, pero sí cumplió a cabalidad el mandato del pueblo colombiano y es reconocer que la espada de Bolívar hasta tanto, cómo lo dijo el Libertador, no exista en Colombia una sociedad justa, una sociedad con justicia social, no se podrá envainar.
Gustavo Petro dio la orden, su primera orden, se colocará en la plaza mayor de nuestro país, la plaza Libertador Bolívar de Bogotá la espada de Bolívar. Cosa que había sido negada horas antes por Duque. No lo quiso hacer y volvió a generar un escenario en el que Gustavo Petro se coloca como portaestandarte de lo que significa para Colombia la dignidad del pensamiento bolivariano.
-Te quería consultar porque completó el gabinete Gustavo Petro. ¿Qué evaluación hacés del gabinete designado?
-Pues el gabinete que tenemos con este gobierno de Gustavo Petro es lo que nosotros diríamos que aplica de alguna manera a la transición porque trata de equilibrar fuerzas entre los partidos y las fuerzas tradicionales y sectores que se abren espacio en lo que es el devenir de la política en Colombia.
Por primera vez, claramente, fuerzas que nunca habían tenido la posibilidad de desarrollar o proponer una política pública desde un Ministerio, cómo es el Partido Comunista, tiene dos Ministerios. También hay que tener en cuenta que se le dio participación a fuerzas críticas que están cercanas al Congreso de los Pueblos, como el ministerio de Minas, también el futuro ministerio de la Inclusión, el ministerio que va a liderar Francia Márquez como Vicepresidenta, el de la Igualdad y también las posibilidades que se tienen desde un ministerio de Comercio donde está la academia, pero la academia militante, con el compañero Germán Umaña.
Hay proyecciones y críticas en términos de esa proyección de lo que significa el nombramiento, por ejemplo, en el sector educativo de un neoliberal como Alejandro Gaviria, que estaba en la Coalición de La Esperanza, que viene del Partido Liberal, que es muy cercano a César Gaviria, el presidente del Partido Liberal, pero que de alguna manera dentro de su práctica como ministro, dentro de su práctica como Rector de la Universidad de los Andes se le han notado algunos indicios de progresismo y, por lo menos, de sensatez. Eso no quiere decir que no sea un cuadro de la derecha. Es un cuadro de la derecha, un cuadro de todo el proyecto neoliberal pero, obviamente, es con quien se puede dialogar y se puede transformar.
Y ni qué decir de la cuota que tiene el Partido Conservador con varios ministerios, pero hay un ministerio muy particular, sui generis, es el ministerio de Relaciones Exteriores con Álvaro Leyva Durán, que ha sido un promotor de la paz en Colombia desde hace más de 30 años, él ayudó a los primeros acercamientos entre las FARC y el Gobierno nacional. En diferentes momentos de los diálogos también permitió desde 1984, cuando aparece la UP, él está por ahí deambulando y haciendo asesorías y acompañamientos convirtiéndose en uno de los colombianos con mejores relaciones con el secretariado de las FARC, directamente con Marulanda que permitía la interlocución desde la institucionalidad, pero colocando un diálogo concreto con las fuerzas insurgentes. Él es una garantía para muchos en términos de abrir el escenario de la paz porque es un conocedor profundo de la paz en Colombia y, obviamente, esa consigna de la paz total es bastante importante que se siga proyectando, pero que en carne propia del ministro Álvaro Leyva tendrá un derrotero con muchas más posibilidades de que realmente se materialice.
Lo que es más importante en ese sentido, cuando él es prácticamente el vocero de la paz, el comisionado de la paz, aunque en términos legales no lo sea porque es otro personaje también muy importante en estos procesos, pero logra colocar de cara a la comunidad internacional el tema de la paz en Colombia. Eso es muy importante. Yo se los he dicho a ustedes que la patria grande, América Latina y el mundo tienen mucho que ver con abrir los caminos de la paz en Colombia, la paz total con todos y todas las actrices y los actores de la guerra en Colombia.
-Si, como lo denominan Petro y Francia, la paz integral. Al respecto se ha pronunciado Petro en hacer respetar los acuerdos de paz firmados con las FARC, retomar el diálogo con el Ejército de Liberación Nacional (ELN) y, uno de los grupos paramilitares que ha ofrecido un ‘alto el fuego’ es el Clan del Golfo. ¿Qué nos podés comentar sobre este tema?
-Aquí hay que ser bastante claros y precisos con relación a lo que está ocurriendo en este Gobierno entrante de Gustavo Petro y Francia Márquez. Hay muchos actores, como también se refleja en la nómina ministerial, con diferentes intereses. ¿Cómo poder lidiar en ese sentido el devenir de la sociedad colombiana con visiones tan distintas? Hay que buscar generar un equilibrio que no va a ser fácil, en este momento no es fácil, pero a futuro se va a hacer más difícil, en términos de la política pública que se quiera proyectar.
En torno a la política de la paz, si bien es cierto que queremos y el Gobierno nacional quiere una paz total, hay que mirar también cómo se está concibiendo. La concepción que plantea Gustavo Petro de incluir a todos los actores de la guerra, casi que en ese gran sancocho social para poder definir reglas claras de lo que podría ser el futuro de nuestro país, superando todo lo que significan las grandes heridas de la guerra, esa es una tarea fundamental.
Pero, obviamente, hay que empezar a dar de conocer quiénes son los actores de esta guerra, qué características tienen y qué intereses tienen en términos de la proyección de la misma. Cuando el señor Roy Barreras, en su discurso como Presidente del Congreso, plantea que llaman a ELN a continuar los diálogos, pero le piden a las bandas criminales y a los narcotraficantes que no sigan matando. Es muy complicado, porque pareciera que colocara como actor político de la guerra solamente al ELN, que lo es, pero también a muchos otros actores de las fuerzas insurgentes simple y llanamente en la misma concepción y en el mismo lenguaje que Duque y que Uribe, es decir, el uribismo, donde las expresiones de rebeldía son simple y llanamente narcotraficantes, de bandas delincuenciales o de simples terroristas.
Ahí no hay una demarcación clara y precisa de lo que se está planteando, que con todas las diferencias que uno pueda tener existen proyecciones políticas buenas, regulares o malas dentro de lo que son las disidencias, como se conocen popularmente, de las FARC. Pero también lo que se define con la Segunda Marquetalia, que es también una expresión de rebeldía que se da, obviamente, producto de los acuerdos que a todas luces fueron traicionados por el gobierno de Duque y Uribe.
Ahí falta tener una claridad y una precisión más completa porque de lo contrario se repetiría el libreto. Es decir, Petro de alguna manera reafirma lo de Roy Barreras diciendo que va a buscar garantizar beneficios judiciales dentro del marco de la negociación estrictamente. Quienes son y han levantado las banderas de la insurrección popular y son fuerzas revolucionarias e insurgentes no van a aceptar que simple y llanamente se los trate como narcotraficantes y su único escenario de negociación sea el tema de la justicia.
Obviamente, esas organizaciones van a pretender, como históricamente lo han hecho, tener reformas profundas en cuestiones de las políticas económicas y sociales. En el caso de ELN y otras fuerzas han planteado ante la cacareada Comisión de la Verdad, buscar una Comisión que profundice en otras verdades, porque esa es una lectura de una verdad de la Comisión, que muchos, por lo menos sectores sociales y populares, tenemos una visión crítica de ese informe de la Comisión de la Verdad donde no se toca ni en un milímetro el tema de la estructura económica, política y social y, peor aún, el tema de la doctrina que es la que genera profundamente toda la arremetida criminal de las fuerzas estatales, de las Fuerzas Armadas de Colombia.
Reforma tributaria: la vena de la corrupción donde el país se desangra
-Se presentó en el Congreso el Proyecto de reforma tributaria, un proyecto que había presentado Petro como un punto central de su programa de gobierno, ¿podrías comentarnos en qué consiste?
-Uno de los elementos esenciales de esta reforma tributaria, como lo dijo en campaña Gustavo Petro, es lograr frenar esa vena que está rota desde hace rato que es la vena de la corrupción donde el país se desangra. Uno de los elementos claves es cómo eliminar todo lo que significan los escenarios de corrupción para poder ahorrarnos más de 50 billones de pesos que se pierden permanentemente por la corrupción en este país.
Anualmente, se calcula un monto de esas características. Además, buscar financiar todos estos proyectos sociales eliminando excepciones tributarias que tienen los grandes capitalistas en Colombia y también las multinacionales que entran a recibir beneficios exagerados dejando beneficios mínimos en términos de las necesidades económicas del país. Colocar a los grandes poseedores de tierras, a los grandes acumuladores de capital para que paguen más impuestos es una medida mínimamente equitativa en términos de la realidad que existe en este país. Aquí no se puede seguir pensando que los impuestos pueden ser los mismos para los sectores populares más humildes, que como son hoy en día para los sectores más pudientes en este país. Esa igualdad en términos impositivos es absolutamente desigual en términos de la realidad de quienes poseen los bienes y las riquezas en este país, por eso, bienvenido lo que significa esta reorganización de la tasa tributaria en nuestro país, bienvenida toda la configuración de ampliar los escenarios de subsidiar y reconocer a los más necesitados como los beneficiarios de esta nueva recuperación de recursos para inversión social en nuestro país.
Esos son elementos claves de la columna vertebral de la reforma tributaria. Algunos dicen que esa reforma tributaria repite y retoma elementos que colocó también el gobierno de Duque en sus diferentes reformas tributarias. Yo no comparto esa visión porque se dice que cobrarles impuestos a los grandes capitales ya estaba estipulado dentro de las reformas tributarias de Duque, eso es cierto, pero era en un porcentaje mínimo, además las excepciones en términos tributarios se mantenían y ese es uno de los elementos más nocivos que tiene este país en términos de recolección de presupuestos necesarios para sostener la economía.
-¿Qué posibilidades existen de que esa legislación sea aprobada por el Parlamento?
-Yo lo veo absolutamente factible en la medida en que beneficia al desarrollo de la economía, beneficia de alguna manera lo que significa reactivar los diferentes procesos de la economía nacional que se han visto afectados, no solamente por la pandemia, sino también por las políticas tozudas y equivocadas del gobierno de Duque, por los consejos, no solamente del sector uribista, sino también del poder imperialista.
¿A qué hago referencia principalmente? A la política desastrosa de sacrificar al segundo socio comercial como es Venezuela y todo lo que significó colocar a centenares de miles de personas en la frontera de lado y lado afectadas por una política ciega en términos de las relaciones internacionales, pero también las relaciones económicas con los países más importantes.
El segundo país en términos del intercambio internacional es Venezuela y por eso se ve con buenos ojos, y lo plantean los grandes empresarios, reactivar ese escenario. Por tal razón, junto con toda la coalición que tiene favorablemente Gustavo Petro en el Parlamento es la hora, es el momento en que esa reforma tiene que darse. El mismo Petro decía que si no se aprovechaba este año, o máximo dos años, donde tiene los vientos a favor, la reforma no pasará.
Nosotros vemos con buenos ojos que esas reformas se pueden dar, no van a ser reformas revolucionarias como uno quisiera, no van a ser reformas profundas y radicales como desde la perspectiva socialista nosotros quisiéramos, pero sí permite generar una condición de la economía distinta a la que se venía dando. Eso no es socialismo, es un mínimo de capitalismo sensato donde los impuestos se tienen que recaudar porque así se sostienen los Estados pero, principalmente, se tienen que redistribuir, pero más que redistribuir se tienen que invertir en grandes proyectos y mega-proyectos para desarrollar la infraestructura en nuestro país.
Ni qué decir de las dinámicas de la producción, de esa producción endógena, hay situaciones difíciles de la reconversión energética que se quiere hacer, yo por lo menos soy muy crítico de una persona que se ha colocado ahí sin experiencia, con grandes virtudes en términos académicos, como la compañera Irene Vélez, pero que le falta experiencia en términos de un eje tan estratégico como la reconversión energética con el ministerio de Minas.
Así yo podría tener una visión un poco crítica con otros ministerios, pero qué bueno, es una apuesta. Hay que esperar que eso nos salga bien porque si nos sale bien, le irá bien al país. Le irá bien al proyecto de izquierda, al proyecto progresista que, por primera vez, en más de 220 años tenemos esa experiencia y no podemos dejarla desaparecer en un cuatreño, o peor aún, que se adelante con un posible golpe de Estado que tampoco estamos exentos de eso.
El espíritu golpista en Colombia está a flor de piel
-El día de la asunción de Petro veía a una senadora, no recuerdo el nombre, de la derecha colombiana, en una entrevista en la CNN, donde el periodista le preguntaba insistentemente sobre la posibilidad de un golpe de estado.
-Es un hecho que el espíritu golpista en Colombia está a flor de piel. Es un hecho que en América Latina los golpes de Estado contra los gobiernos progresistas se han vuelto cotidianos. Cuando inició el progresismo en América Latina en su ciclo anterior, yo recuerdo que en algún momento decían que esos golpes de Estado ya no eran tan bien vistos por la diplomacia norteamericana y el imperialismo para poderlos aupar y, por tal razón, los poderes locales se iban a abstener de ese tipo de golpes tradicionales.
Ellos también se han reinventado, han reinventado los golpes de Estado, combinan todas las formas de dar los golpes y los hemos vivido. El golpe parlamentario contra Lugo en Paraguay, el golpe también parlamentario con el proceso que se le generó a Dilma, y así ellos son expertos en combinarlos con golpes militares como fue el de Bolivia.
En Colombia que hay una tradición desafortunadamente más violenta, más agresiva, más criminal y terrorista por parte de nuestro Estado yo no pongo en duda de que en cualquier momento pueden buscar y hacer soplar vientos de golpe de Estado en nuestro país.
Hay que tener cuidado, hay que estar alertas. Aquí los cañonazos de salva que no eran tan normales, ni siquiera en los gobiernos de la derecha, se hicieron sentir, la bota militar se hizo sentir, nosotros la sentimos en el pasado 7 de agosto en el proceso de asunción al poder en el juramento que hace Petro ante el Parlamento y ante el pueblo colombiano y Márquez, se sintieron.
Normalmente, no hay sobrevuelos tan rasantes y tan imponentes de los aviones de la Fuerza Aérea colombiana, el Ejército nacional se hizo sentir. Razón por la cual si ustedes ven y escuchan los videos de la emisión del mando se escucharon muchas voces de protesta diciendo ‘¡No más guerra!’ porque realmente nos da miedo que, la acción desesperada y brutal que tengan nuestras mafias, esa estructura todavía existente, viva, muy fuerte, narco paramilitar en el país, pues de los golpes de Estado y aunque nosotros no queremos que ocurra, tenemos que estar alertas y preparados para que del movimiento social y popular, a lo Chávez, salir a las calles y hacer que si se da este golpe de Estado nosotros logremos hacer que todos los barrios, las ciudades se levanten como se levantó ese 13 de abril ese barrio emblemático de Caracas para hacer que volviese Hugo Chávez a retomar la presidencia de Venezuela. Así tendremos que hacerlo.
Es necesario que el pueblo colombiano se prepare para salir a las calles, para defender en las calles y en democracia el ejercicio soberano que decidió el pueblo que Petro y Márquez sean Presidente y Vicepresidenta.
-William te agradezco mucho esta nueva comunicación. Seguramente estaremos en contacto frecuentemente siguiendo de cerca este proceso abierto. No solamente en Colombia, sino en América Latina.
-Gracias Mario y para la patria grande estar pendientes porque viene otro gran acontecimiento como es el caso de las elecciones presidenciales en Brasil donde el compañero Lula ojalá, y es lo más probable, que sea nuevamente elegido presidente de Brasil. Ahí lograremos aunar esfuerzos, ojalá también se dé en Panamá, en diferentes países que todavía sigue imponiéndose la doctrina neoliberal, la doctrina de la derecha, el neofascismo y el militarismo, y logremos tener toda una América Latina mínimamente dentro de la doctrina progresista y avanzar hacia la construcción de la patria socialista.
Porque como dice la consigna: ‘alerta, alerta que camina la espada de Bolívar por América Latina y que tiemblen y tiemblen imperialistas porque América Latina se vuelve socialista’. Muchas gracias Mario.