Pese al rechazo masivo de madres, padres y docentes la cartera educativa concretó la instalación de dos dispositivos en una escuela de Parque Chacabuco.
Por Martín Suárez @MDSuarez
El 15 de marzo pasado, Tiempo advirtió que se venía el Gran Hermano en el cole, en el marco de la instalación de cámaras en aulas de escuelas porteñas. Medida que había sido confirmada a este medio por el Ministerio de Educación porteño días anteriores. El primer establecimiento educativo en vista de la ministra Soledad Acuña, fue la Escuela Técnica Cristóbal Hicken, ubicada en el corazón de Palermo, en el mismo predio que se encuentra el Jardín Botánico. La segunda escuela de la lista fue la N° 17 DE 8, de Parque Chacabuco. El rechazo de toda la comunidad educativa hizo que en ambos casos, la ministra recule en la instalación de los dispositivos, es más, en una de las escuelas instaló una cámara dentro del aula y en menos de 24 horas fue retirada por la presión de familias, docentes y referentes educativos. En las últimas horas, la cartera educativa, insistió con su postura y decidió instalar dos dispositivos de transmisión y filmación continua en otra escuela de Parque Chacabuco.
La administración de Rodríguez Larreta hizo una pausa. Esperó en silencio, mansamente. Aguardó que bajara un poco el rechazo social de familias, docentes y directivos que integran la comunidad educativa y arremetió nuevamente. Apenas pasaron tres semanas desde que el ejecutivo porteño tuvo que dar marcha atrás con la instalación de una cámara de vigilancia dentro de un aula de la Escuela N° 17 DE 8 Profesor Raúl L. Bernardell y desestimar el acta firmada que habilitaba la instalación de tres dispositivos en la Escuela Técnica Cristóbal Hicken del barrio de Palermo, cuando volvió a insistir en su postura.
En las últimas horas, la cartera que conduce Soledad Acuña, envió a un equipo técnico a la Escuela Nº 7 DE 8 Niñas de Ayohuma de Parque Chacabuco, para instalar dos cámaras de vigilancia: una en la biblioteca del establecimiento, donde hay chicos de diferentes grados todo el tiempo, y otra en el laboratorio.
“La cámara en la biblioteca no debería estar porque es un lugar por donde circulan chicas y chicos constantemente, y si bien en el laboratorio es relativo porque parece que no está habilitado para el uso de los chicos, hay un gris en ese caso”, explica a Tiempo Paula Galigniana, referente educativa del distrito escolar 8 y secretaria de comunicación y prensa de la Unión de Trabajadores de la Educación (UTE-Ctera).
En este caso, las familias todavía no han sido notificadas de la instalación de los dispositivos, recién serán alertadas este miércoles por el equipo docente, dado que el conjunto de trabajadores y trabajadoras conocieron el tema en las últimas horas. Previo al anuncio a las familias, maestras y maestros del establecimiento educativo se reunirán con el equipo de conducción para determinar cuáles serán los próximos pasos a seguir.
“La directora de la escuela firmó el acta desconociendo la mitad de la información, dado que el ministerio sólo le informó una parte respecto a la instalación de las cámaras. Le dicen que van a instalarlas en un espacio de la escuela que va a estar cerrado con llave y esas cosas. Qué quiero decir con esto, que el gobierno de la Ciudad responsabiliza a las conducciones de habilitar la instalación de las cámaras, pero el ministerio de educación no brinda la información completa a los directivos”, agrega Galigniana.
Cabe destacar que desde la propia cartera educativa porteña, aseguraron a este medio que la idea es avanzar “en la instalación de espacios seguros en 150 escuelas porteñas”. Algunos de esos espacios “ocasionalmente incluyen la instalación de cámaras, pero que todavía no está determinado el número final, dado que son casos excepcionales. Los espacios tienen, más que nada, la instalación de sensores y alarmas”.
Desde la asociación docente Ademys rechazan la instalación de ambos dispositivos y manifiestan nuevamente su preocupación por esta medida, dado “que es una cámara que apunta directamente sobre las y los estudiantes. Esto tiene como función controlar el trabajo docente, pero en su afán por perseguir a trabajadores de la educación, el gobierno porteño viola la intimidad y privacidad de las infancias durante la jornada escolar”, manifestó a este medio Andrea Bohus, secretaria de la asociación docente Ademys y agrega que “la instalación fue sin previo aviso, ni los docentes ni la comunidad educativa estaban al tanto de esta situación”.
Presiones y amenazas sobre el equipo de conducción
En el caso de la Escuela Hicken, la comunidad educativa denunció que la directora del establecimiento firmó el acta bajo presión y que “fue amenazada” con su patrimonio. Cuando las y los docentes increparon a la directora de la institución por haber firmado el acta y le cuestionaron por qué llevo adelante la rúbrica de la misma, argumentó que prácticamente no le dieron opción y que aprovecharon el último día de trabajo (28 de diciembre de 2022) mientras la escuela cerraba, para obligarla a poner su firma, bajo el argumento de que en esas aulas no hay rejas en las ventanas y que las cámaras no iban a prenderse de día durante la cursada. Además, le dijeron que si no firmaba, iba a hacerse cargo con su patrimonio si llegara a faltar cualquier dispositivo informático. “Es histórico que hay mucha presión sobre las conducciones escolares para que apliquen las políticas del gobierno”, cuenta Paula Galigniana.
Docentes y familias pedirán que quiten las cámaras
La comunidad educativa exigirá el retiro de las cámaras que fueron instaladas este martes en la escuela de Parque Chacabuco. En casos anteriores, la presión y el reclamo de las familias y docentes, tras conocerse la noticia que en la escuela Técnica de Palermo, “Cristóbal M. Hicken”, iban a instalar tres cámaras dentro de varias aulas, tomó fuerza rápidamente. Se organizaron y rechazaron la iniciativa y, ante esta situación, la supervisión dio marcha atrás con la instalación. Lo mismo ocurrió con la instalación de cámaras en la Escuela 17 DE 8. En menos de 24 horas, ante el repudio generalizado y la difusión mediática, Soledad Acuña desinstaló los dispositivos de ese establecimiento. Las familias consideraron esto como un triunfo y advirtieron que se mantienen en estado de alerta. La comunidad educativa exige mayor presencia de seguridad en la zona para evitar el robo de dispositivos informáticos, la instalación de dispositivos de control fuera de la escuela, y la instalación de rejas por los lugares que pueden ingresar los delincuentes.