Ante la falta de pago de salarios, la paralización de las líneas de producción y versiones de inminente cierre de la planta, el pasado martes las y los trabajadores de la fábrica de calzado Bicontinentar de Chivilcoy, Provincia de Buenos Aires, se declararon en asamblea permanente. En diciembre pasado ya habían sufrido 100 despidos.
La empresa atraviesa una crisis pronunciada ante la caída vertiginosa de las ventas y la parálisis de la producción. Al asumir Milei en diciembre pasado, con el shock devaluatorio y el primer impacto fuerte sobre los salarios y el consumo, ya había reducido fuertemente su planta permanente con alrededor de 100 despidos. Ahora, ante un nuevo escenario donde no se les abonaron los salarios de octubre, junto a insistentes rumores de un cierre definitivo de la planta, las y los trabajadores se declararon en estado de asamblea permanente en sus puestos de trabajo e iniciaron una vigilia en el establecimiento.
La medida se tomó en una asamblea junto a los delegados de planta Maximiliano Galván e Iván Matta, y el secretario general del gremio Unión Trabajadores de la Industria del Calzado de la República Argentina (UTICRA) Delegación Chivilcoy, Juan López.
Las versiones sobre un inminente cierre se fundamentan, entre otros motivos, en la falta de materiales para dar continuidad a las dos únicas líneas de producción que se encontraban operativas, señalaron. También el propio directivo de la empresa Juan Recce habría expresado su preocupación al respecto, aunque luego la firma lo negó ante el Ministerio de Trabajo de la Provincia de Buenos Aires.
El antecedente que las y los obreros tienen muy presente es que no se trata de la primera vez que pasa. Hasta 2018 la planta funcionó bajo el nombre Paquetá, de capitales brasileños. Cerró víctima de la política de Mauricio Macri y reabrió con capitales nacionales en 2021.
“Ya no sabemos qué creer”, expresó una obrera ante el medio regional La Razón de Chivilcoy, “nadie dice nada, te mienten en la cara, cuando vemos que no hay material para producir, mientras que cada uno de nosotros tiene sus obligaciones y no sabemos si nos consideramos despedidos o vamos a seguir trabajando”.
Fabrican y ensamblan zapatillas deportivas de alta tecnología para las marcas más reconocidas. Sin embargo, los trabajadores explican que la producción “viene cayendo”. Solo en lo que va de 2024 los pedidos de fabricación para terceros se redujeron en un 80%.
Intentaron apostar a una marca propia de botines de fútbol y otras etiquetas, pero en el marco de la recesión violenta producto de las políticas de Javier Milei y Luis Caputo, no hubo mayores resultados. Hasta que los dueños invirtieron en esta iniciativa, según consignan medios locales, las indemnizaciones estaban aseguradas: “se puso ese dinero apostando a algo que se cayó, no funcionó”, argumentan.
“Tal cual lo hicimos en anteriores oportunidades, y permitieron la reapertura de la fábrica, estamos exigiendo a través de las carteras laborales provincial y nacional, que se cumplan con los derechos de nuestras compañeras y compañeros”, informaron desde el sindicato.
“El lunes a la tarde ya fuimos suspendidos porque no estaba el dinero para pagar los sueldos, y recién el martes cerca de las 16 horas, nos reúnen y nos dicen la situación real de la empresa, es una situación lamentable, es por eso que demandamos que nos den respuestas a la brevedad”, agregó otra de las trabajadoras, “somos 170 empleados que quedamos en la nada y realmente nos consideramos despedidos”.
“Había poco trabajo, pero en realidad nadie vino a decirnos qué es lo que pasaba, apostaron a la marca propia para repuntar, pero no funcionó”, apuntó otro de los trabajadores, “si nosotros no pedíamos una reunión, nadie nos iba a notificar de nada”.
“Es una situación muy triste”, ilustró por su parte el dirigente Juan López, “tuvimos una reunión con el responsable de la fábrica, quien nos dice que no tenía el dinero para pagar los sueldos, no había materiales y tampoco ventas, esa fue la realidad con la que nos encontramos, que la fábrica no funcionaba, y de hecho no vemos cómo podría continuar trabajando, hay mucha incertidumbre y pocas respuestas”.
Audiencia en el Ministerio
Encabezada por el delegado local del Ministerio de Trabajo de la Provincia de Buenos Aires, el Dr. Fernando Antonelli, asistieron representantes del sindicato UTICRA, el Dr. Santiago Bertone, los delegados de planta y el secretario general, junto a una trabajadora. Por parte de la empresa Perchet Argentina S.A.U, asistieron Fernando Danni, gerente administrativo, y Juan Pablo Scarano, asistente administrativo.
En el acta, la empresa aseguró que “tras reuniones entre directivos y accionistas, no hay intención de cerrar la planta; por el contrario, se busca dar continuidad y se están gestionando fondos para pagar los salarios de octubre, así como para liberar materia prima retenida en la aduana y retomar la producción de los botines de la marca ‘Argie’”.
Pedido de la empresa rechazado
Asimismo, la empresa solicitó que los trabajadores no permanecieran dentro de la planta, pedido que fue rechazado por el sindicato y los empleados, quienes decidieron en asamblea mantenerse en sus puestos de trabajo.
También se aclaró que el rumor de cierre fue difundido por el propio directivo Juan Recce durante una reunión con los trabajadores. Ambas partes firmaron el acta, en vistas a la próxima reunión del viernes. Finalmente, se convocó a un nuevo encuentro para el este viernes 15 de noviembre a las 10:00.
De un pasado productivo a un presente desolador
Sin aviso previo, en agosto a los trabajadores les adelantaron una semana de vacaciones y ahora una más. Entonces se encendieron las alarmas: no hay recursos para garantizar la continuidad operativa de las dos líneas de producción activas en la actualidad. Y no es la primera vez que sucede.
Bicontinentar Footwear Technologies anteriormente se llamó Paquetá. Era de capitales brasileños y, con ese nombre, cesó sus actividades en 2018 argumentando que se habían quedado sin clientes. Gobernaba Mauricio Macri, quien a cargo de la presidencia de la Nación aplicó políticas recesivas del consumo que afectaron la continuidad de pymes e industrias.
Datos de la compañía muestran que entre 2014 y 2015 vivió su época de oro. Con dos turnos, la firma llegó a tener 16 líneas de montaje y a producir 7 millones de pares de calzado.
Los 87.540 habitantes del partido de Chivilcoy celebraron en 2021 la reapertura de la fábrica: era trabajo para el pueblo. Para fines de 2022 Bicontinentar, en manos de capitales argentinos encabezados por Juan Recce, ya generaba empleo directo e indirecto para 600 personas.
“Hubo momentos en que debimos abrir una línea de producción por mes al ritmo del arribo de nuevos clientes”, recuerdan.
Luego, otra vez los problemas. En 2023 alegaron dificultades para importar insumos y afrontar pagos al exterior que ponían “trabas” a la cadena productiva. Fue cuando dejaron sin trabajo a cien personas.
Datos relevados por el gremio dan cuenta de que el calzado deportivo en Argentina representa entre el 8 y 10 por ciento en la venta del rubro. “Salvo que ocurra algo extraordinario, parece inevitable que la empresa cierre”, lamentó Juan López, delegado regional sindical.
Por su parte, el intendente local, Guillermo Britos, también manifestó preocupación y llamó a que los empresarios aclaren la situación. Además les recordó el “esfuerzo que hizo la localidad para lograr la radicación y sostenimiento de la fábrica”.
Con información de La Razón de Chivilcoy, UTICRA, Página/12 e InfoGremiales.