Son personas que mostraban abiertamente su identidad: militantes feministas, una pareja que caminaba de la mano, otra que convivía en un hogar y hasta una de ellas volvía de una asamblea previa a la marcha multitudinaria del sábado 1° de febrero.
Por Agustina Ramos. Edición: Ana Fornaro.
En 14 días hubo cuatro ataques e intentos de agresiones a lesbianas en Argentina. Ocurrieron luego del discurso en Davos del presidente Javier Milei, en el que se encargó de montar un discurso LGBT+odiante, cargado de desinformación. También en semanas atravesadas por la Marcha del Orgullo Antifascista y Antirracista. Son personas que mostraban abiertamente su identidad: militantes feministas, una pareja que caminaba de la mano, otra que convivía en un hogar y hasta una de ellas volvía de una asamblea previa a la marcha multitudinaria del sábado 1° de febrero. Muchas se encuentran en una situación de precariedad habitacional. En algunos de los casos, la violencia se venía desatando de forma previa con insultos y amenazas.
La escalada de agresiones de las últimas dos semanas llevan aun recuerdo latente: el triple lesbicidio de Barracas, el 5 de mayo de 2024. En aquel momento como ahora, los discursos de desinformación contra la diversidad sexual marcaban agenda mediática y abonaban a un contexto violento. Antes del atentado que terminó con la vida de Andrea, Pamela y Roxana y lesionó gravemente a Sofía, Justo Barrientos las había insultado en reiteradas ocasiones haciendo alusión a la orientación sexual de las víctimas y las había amenazado de muerte. Un día lo materializó.
“No son casos aislados”, reconocieron quienes se vieron perjudicades en los ataques y las personas que les acompañan.
Orán, Salta, 11 de febrero
En la madrugada del martes 11 de febrero, un hombre reconocido como Juan Marcelo Córdoba, ingresó a la casa de Mariana Oliver mientras ella dormía. Quiso asfixiarla con una almohada, y cuando ella se despertó le clavó siete puñaladas. La hija adolescente de Mariana y ella lograron apartarlo y el hombre huyó. Luego fue apresado.
La joven de 32 años es bailarina, lesbiana y una reconocida militante por los derechos LGBTIQ+. Por el ataque recibió 24 puntos, pero su salud se encuentra fuera de peligro. “Estoy viva con mucha suerte”, publicó en sus redes sociales luego de la agresión.
Interviene en el caso la fiscal María Soledad Filtrín Cuezzo y el Juzgado de Garantías N°1 del distrito. Córdoba se negó a declarar y fue imputado de forma provisional por el delito de tentativa de homicidio.
Desde la organización Panambi, a la que pertenece Mariana, denunciaron que “han aumentado explosivamente los casos de violencias extremas y discriminaciones” en el norte de Salta. Además, reconocieron que el ataque se dio “dentro de un contexto sociopolítico en el que se legitiman y promocionan los discursos de odio hacia las mujeres y específicamente sobre las lesbianas y trans”.
En diálogo con Presentes, Delfina Acosta, integrante de Panambi, explicó: “Estos gobiernos neoliberales, de derecha, fascistas, crean momentos en los que vale todo. Sobre todo acá en el norte. Como si se diera vuelta la tortilla, el mismo vecino que te respetaba y saludaba siendo travesti ahora es el que te insulta, te violenta, te niega un montón de cosas. Eso cambia nuestra cotidianidad porque no nos permiten entrar, hablar, nos niegan espacios”.
Y resaltó: “Estos ataques no son para nada azarosos, se dan bajo una esfera política social que lo permite, principalmente a quienes tenemos identidades no heteronormadas”. Desde Panambi piden que esta agresión sea investigada como un ataque de odio hacia la orientación sexual y un intento de lesbicidio.
Mariana alquila. Vive en un lugar céntrico, pero volver a su casa es un riesgo ya que el ingreso a ella fue fácil, compartieron sus personas allegadas. “Hay custodia, necesitamos que eso se sostenga”, advirtió Delfina. Por esta razón desde Panambi están recibiendo aportes en el alias MarianaOlivera29 para cubrir gastos médicos y de alquiler.
“Sabemos muy bien que somos el objetivo de muchos fascistas y nos organizamos para la defensa y el cuidado colectivo. Las violencias no nos inmovilizan, nos motorizan para seguir en las calles”, sostuvo en un comunicado la organización.
Ciudad de Buenos Aires, 5 de febrero
Una semana antes, el miércoles 5 de febrero, Y.Q. y A.D., una pareja de lesbianas de 26 y 24 años respectivamente, vivieron un ataque a plena luz del día (18.30) en el barrio porteño de Recoleta. Iban a una consulta con el dentista. Caminaban por la calle Ecuador, tomadas de la mano, cuando antes de llegar a la avenida Córdoba un hombre les frenó el paso.
“¿Por qué se visten como hombres si son mujeres?”, les preguntó e inmediatamente comenzó a pegarle a una de ellas, mientras la otra intentó agarrarlo y pedía ayuda.
“Había mucha gente transitando por ahí, a plena luz del día, mi pareja empezó a gritar y por suerte llegó un hombre que logró detenerlo hasta que llegara la policía. El agresor intentó correr para que no lo atraparan. También había un chico médico que me evaluó la consciencia. Me golpeé la cabeza por el gran puñetazo que me lanzó. Mucha gente se acercó a ayudar y muchas, también, hicieron ojos ciegos”, contó a Presentes la persona agredida a través de un mensaje de texto ya que le cuesta hablar, producto de una operación reciente ligada al ataque.
La fiscalía caratuló al caso como lesiones graves, tras la fractura de nariz y la rotura de una pieza dental que sufrió una de las agredidas y por las lesiones en la mano de su pareja cuando intentó detener al hombre. Actualmente la fiscalía que interviene es la Penal, Contravencional y de Faltas N° 16. Les ofrecieron un botón antipánico y cuando lo fueron a buscar les notificaron que el agresor ya no se encontraba detenido.
La joven agredida es estudiante y su cotidiano se vio completamente afectado. En unos días tenía que rendir una materia. Los trámites, la operación, el dolor y el reposo le impiden poder hacerlo. “Si tengo que ir a comprar y me suena la alarma (del botón antipánico) tengo que volverme porque la que se tiene que mover del lugar soy yo. No puedo salir tranquila a la calle por miedo a encontrarlo. No quiero salir sola”, compartió.
La Plata, Buenos Aires, 29 de enero
El miércoles 29 de enero, una joven lesbiana visible comprometida con la defensa de los derechos humanos -cuyo nombre prefiere preservar- participó de la Asamblea Antifascista que tuvo lugar en la localidad bonaerense de La Plata, previa a la marcha del sábado siguiente. Cuando terminó, caminó con un amigo hasta la parada de un colectivo y lo despidió. Continuó su camino y cuando cruzó la vía del tren para el cruce de las calles 120 y 38, percibió que un hombre la seguía. Frenó en un kiosco para perderse en medio de la multitud y al rato siguió su rumbo. Unos metros más adelante volvió a sentir que la acechaba la misma persona. Frente a la calle por la que caminaba había un descampado, así que decidió ir por la banquina para mostrarse más visible. Más adelante vio una panadería, pero sintió que no iba a poder llegar. Antes se cruzó a unas vecinas y les pidió ayuda, que por favor no la dejaran sola. El hombre la siguió esperando, pero apareció un patrullero, corrió hacia el descampado y lo atraparon.
Luego, la mujer se enteró que se trataba de Juan José Juárez, un hombre de 33 años que un rato antes, cerca de las 22, había apuñalado a una mujer de 63 años en la vía pública, que fue trasladada al Hospital Gutierrez y murió por las heridas. Antes de comenzar a perseguirla también atacó a dos hombres de 37 y 53 años, que están fuera de peligro.
El hombre fue imputado por “homicidio, tentativa de homicidio y lesiones” y la investigación quedó a cargo de la Unidad Funcional de Instrucción (UFI) N°2. La fiscal a cargo del caso, Betina Lacki, ordenó que se realicen pericias psicológicas y psiquiátricas para confirmar su imputabilidad.
La joven militante feminista había perdido un trabajo hacía poco tiempo y alquila, a duras penas. Para ayudarla, desde Sueños de Mariposas activaron la venta un cuadernillo sobre violencia entre lesbianas. Lo recaudado será destinado a ayudar a la mujer a salir adelante.
Cañuelas, Buenos Aires, 29 de enero
Ese mismo miércoles, durante la madrugada, Orlando Alcides Lutz Fogar prendió fuego la casa de una pareja de lesbianas. Las cámaras de seguridad lo captaron rociando la vivienda con combustible alrededor de las 3.40. Ellas habían decidido irse de la casa que construyeron porque el hombre venía hostigándolas a ellas y a su hija de 5 años desde el 2022. Hubo un total de 10 denuncias unificadas presentadas por las amenazas que recibían. Actualmente está prófugo, con pedido de captura tanto nacional como internacional.
“Estamos mal. Pasan los días y este tipo no aparece. Su abogado presentó un escrito online pidiendo la eximición de cargos. Además, como yo estaba acusando al presidente de autor intelectual sostuvo que deberían llevarlo al fuero federal. Se lo rechazaron pero hasta el momento sigue todo igual. Tenemos miedo por posibles represalias, estamos agotando recursos para resolver todo lo que tenemos que hacer. Estamos preocupadxs por el contexto real de toda la comunidad: los varios ataques que sufrimos estas semanas, el presente de nuestrxs hijxs, los derechos que estamos mendigando retener”, compartió a Presentes Agui, una persona no binaria, quien perdió todo.
La abogada de la familia, Mayra Daniela Guzmán, informó a esta agencia que recibieron un botón antipánico, pero de momento no perciben acompañamiento psicológico gratuito. En tanto, la justicia sigue buscando a Lutz Fogar, sobre quien pesa la acusación de homicidio en grado de tentativa agravado por odio a la orientación sexual (Artículo 80, inc. 4 del Código Penal). La causa la lleva el Juzgado de Garantías N°8 de La Plata.
Agui compartió que tuvieron que irse de la casa cuando el grado de violencia de parte de este hombre comenzó a escalar. “Nos fuimos a vivir a la casa de mis suegros. Tuvimos que hacer el cambio de escuela. Nos ayudó la Federación Argentina LGBT para poder tramitar esos cambios. Para nosotras es una pérdida porque es nuestra única propiedad, no tenemos nada más a nuestro nombre. Tampoco tenemos un alquiler porque no nos alcanza el sueldo para poder hacerlo. Estamos manejándonos entre las casas de nuestras dos familias de xadres”, detalló.
“Las lesbianas -nos autopercibamos mujeres o no- somos víctimas de violencias hacias las mujeres y hacia las diversidades. Aunque no todas hemos sido atacadas como las parejas de Barracas, la familia de Cañuelas, las chicas de Recoleta o la activista de Salta, entre otras, todas vemos limitadas nuestras vidas por miedo. No decir algo que revele nuestra orientación sexual, no caminar por determinados lugares o en determinados horarios, irnos de una ciudad o una provincia, callar algo que queríamos compartir, reprimir un beso, una caricia… son las consecuencias del temor a esas violencias”, analizó la militante lesbiana María Rachid, integrante de la comisión directiva de la FALGBT.
Además, reconoció que en los últimos meses tuvo lugar una expresión más extrema de estas violencias. “Visibilizar estos casos nos tiene que ayudar a recordarle a la sociedad que hay muchos otros, menos visibles pero cotidianos, que generan dolor y sufrimiento, y que para evitarlos necesitamos un Estado presente y efectivo que genere políticas públicas para construir una sociedad más justa para todes”, concluyó.
Fuente: https://agenciapresentes.org/2025/02/20/argentina-cuatro-ataques-a-lesbianas-en-dos-semanas/