Tigre: El Guazú Nambi está en peligro

En Tigre vecinas y vecinos denuncian que se sigue destruyendo el humedal con el aval del municipio, que permite el avance inmobiliario sobre el barrio y el arroyo Guazú Nambi. En octubre de 2024 sufrieron los primeros embates sobre el territorio de forma ilegal sin haber sido consultados y sin que se haya realizado el impacto ambiental pertinente. La Asamblea Isleña llevará a cabo el Festival El Río Es Memoria el próximo domingo 16 de marzo a partir de las 11 en la Estación Fluvial para visibilizar esta problemática, además de otras en el marco del mes de la Memoria, Verdad y Justicia. A través de la voz de una vecina describimos la lucha que realizan cada día.

Vivir en el Guazú Nambí

Maru vive en la isla desde hace 20 años y desde el primer día que se mudaron con su compañero Daniel usan el arroyo Guazú Nambí para poder cruzar todos los días, es el punto más cercano con el continente. “Está muy cerquita de mi casa – relata – nosotros estamos sobre el río Luján y del lado de enfrente tenemos el continente. Vamos remando ahí hasta el Guazú Nambí que son 5 o 10 minutos. El arroyo entra justo a un barrio que lleva el mismo nombre se llama Parque Guazú Nambí, es un barrio popular, donde viven 200 familias, capaz que un poquito más.”

Hasta hace muy poco el barrio no tenía agua potable, Maru describe que el barrio se manejaba con el aguatero: “venía el camión y traía el agua, quien tenía tanque en su casa se los cargaba y el que no, teníamos tanques en la calle y de ahí se abastecían. Muchos de la isla nos abastecemos de esa manera, aparte de cruzarnos para ir a trabajar, para llevar a los niños y niñas al colegio, que algunos no van a la isla, esa era la manera, comprar nuestros víveres y demás cosas. Hará un par de años llegó el agua corriente y para nosotros sigue siendo nuestro lugar de abastecimiento, en la isla no tenemos agua potable. En pandemia AySA empezó a repartir agua por los muelles, estaba muy bueno, pero con este gobierno nefasto que tenemos de Milei nos cortaron absolutamente todo, no hay plata para nada así que nos quedamos otra vez sin el suministro de agua potable, el reparto que nos daban. Así que seguimos abasteciéndonos ahí en Guazú Nambí.”

“Somos varios los vecinos que usamos ese arroyo, muchos que vivimos sobre el Luján, el arroyo Caraguatá desemboca justo de la mano de enfrente del Guazú Nambí, también vienen muchos vecinos del arroyo Carapachay que está mucho más arriba, es la manera que tienen de cortar camino. Acá no vivimos todos tan cerca, pero al vivir en la isla uno dice vecino, es mi vecino, por más que esté más lejos. En el Espera, un vecino sí tiene que venir por la estación fluvial tarda más o menos una hora en llegar a la casa, y usando este arroyo Guazú Nambí, viniendo desde el continente tarda 20 minutos. Así que es un punto estratégico que tenemos ahí”, refiere Maru.

Historia de un despojo   

Para ponernos en contexto de lo que ocurre ahora con el arroyo y el barrio Maru nos relata los orígenes. “De un lado del arroyo está el barrio Parque Guazú Nambí, y del otro lado el predio ex SOEVA, un predio que en sus comienzos se llamó Laura por el apellido de la familia que había comprado, era un recreo muy conocido. Después se lo venden a SOEVA, que es el Sindicato de Obreros y Empleados Vitivinícolas. El recreo pasó a manos de SOEVA, durante la dictadura se la quedan los milicos y cuando vuelve la democracia, según lo que han contado los vecinos, lo empiezan a administrar en el gobierno de Menem. Nunca nadie paga nada, así que se lo va quedando el Estado hasta llegar a las manos de la municipalidad de Tigre. En el 2010, por decreto, Sergio Massa cede la calle principal que atraviesa el predio del ex SOEVA por la que entramos, que es la calle Sucre y sale a otra que se llama Dellepiane. En esa calle Dellepiane tenemos conexión directa a Ruta 27, que ahora la llaman Agustín García y estamos ahí nomás de Nordelta. Dellepiane es una de las pocas calles que está sin privatizar, que tiene salida al río Luján. Massa le cede esta calle Sucre a un privado, dos hermanos de nombre Súcari y otro socio llamado Sielecki, obligándolos a hacerse cargo de la realización de la nueva calle, cosa que no hicieron, tenían un tiempo para hacerlo y no lo hicieron. Y estos tipos los ponen como cuidadores honorarios de este predio y se lo terminan vendiendo en un valor muy mínimo. Pasaron los años y la única entrada que tiene el barrio es esa calle, que decimos está cedida ilegalmente porque quien tiene ese poder es el Concejo Deliberante y también tiene que estar aprobado por Provincia y pueden ser cedidas en caso de que sea una calle en desuso. Jamás fue una calle en desuso esa calle, se usa hace más de 60 años y es la única entrada que tiene el barrio.”

Ya más cerca en el tiempo Maru indica que “en octubre del 2024 un vecino del barrio comenta que iba a venir gente de la municipalidad, que los predios estaban vendidos. Nos enteramos de una reunión de un día para el otro, en un horario que quien labura es medio imposible. Algunos vecinos del barrio pudieron asistir y otros de la isla. Cuando llegaron a la reunión estaba Mario Zamora, el hermano de Julio, el intendente. Se presentó como asesor del intendente, para contarnos que en muy poquito tiempo arrancaban con la obra de la nueva calle, porque la calle Sucre ya estaba cedida, vendida, que no la íbamos a poder utilizar más e iban a cerrar la calle y a sacar el puente que es el que usamos, un puentecito que atraviesa el Guazú Nambí y pasas de un lado del barrio para el predio de SOEVA.” Ante la primera pregunta de vecinos por el arroyo Mario Zamora titubea y admite que van a hacer un barrio privado, confirma Maru. “A la gente más que nada le interesaba qué era lo que iban a construir ahí. Primero dijo que torres, de dos, tres pisos, después terminó diciendo de seis, que el barrio tenía un espejo de agua, y nosotros sabemos que al tener al monstruo este Nordelta muy cerquita, está casi toda la costa de Luján privatizada. Este es uno de los pocos lugares que queda sin privatizar. Nosotros donde estamos tendríamos que hacer una hora más de viaje para Villa La Ñata para poder cruzar o 45 minutos más o menos hasta la estación fluvial de Tigre, así que el resto está todo privatizado. Obviamente hay salidas al río Luján pero son todas de barrios privados, ellos te dicen que hay amarras de cortesía que se pueden usar y todo, pero es mentira. Vos llegas ahí con tu bote y obviamente no hay gente que quiera convivir con otros vecinos de islas, así que es mentira y no nos dejan utilizar esas entradas.”

Organización

Frente a tal situación no quedaba otra alternativa que organizarse, sostiene Maru y relata las formas que encontraron para hacerlo. “Nos unimos con los vecinos del barrio Parque Guazú Nambí y empezamos a hacer asambleas, empezamos a averiguar, hicimos presentaciones en la municipalidad para que nos digan realmente qué era lo que iban a hacer ahí en el predio. La municipalidad no nos daba demasiada información, así que sentimos todo el tiempo que estaba del lado del privado. Pasaron 3 o 4 días y llegó una retroexcavadora que desmontó una parte del predio, gente con misma ropa de la municipalidad y empezaron con motosierra en mano a talar árboles. Todo esto sin un cartel de obra sin absolutamente, un permiso de nada y sabiendo que los vecinos ya estábamos en pie de guerra contra esto porque no hubo una audiencia pública, no nos dijeron qué van a hacer, no sabemos si van a elevar un montón los terrenos como sabemos que hacen por arriba de los 4 metros, si se iba a inundar el barrio, si se iban a quedar con el arroyo, que es el que utilizamos la gente de la isla. Tenemos todo documentado en videos, en fotos, subimos a redes haciendo todo el tiempo denuncias a la municipalidad. Mucho perjudicado y poco beneficiado, obviamente los de mayor poder adquisitivo al nuestro eran los que iban a estar beneficiados y este grupo de privados. La   municipalidad nunca nos dio bola.

Logramos una medida cautelar, la Jueza Federal Sandra Arroyo Salgado nos dio 90 días y en esos 90 días hicimos varios cortes en Ruta 27 en Nordelta informando a la gente, a algún que otro barrio de alrededor que tenemos, informándole a mucha más gente de la isla y haciendo presentaciones en la municipalidad, hasta que nos enteramos que lo que quieren hacer es la continuación de un barrio que está dentro de Nordelta que se llama Puerto Escondido. Lo que ellos quieren hacer es la ampliación de ese barrio. Y no tienen solamente el predio del ex SOEVA, sino que ya tienen comprado un montón de terrenos. No sabemos en qué circunstancias, obviamente, pero dentro de ese predio está una parte de la calle Dellepiane, que creemos que también se la van a quedar, por ende termina quedando la calle pública sin acceso para la gente que viene a pescar, es la única parte que quedó pública con acceso al río Luján. Antes de que se venza la cautelar se presentó otra vez en la justicia el pedido de renovación, por suerte nos la concedieron y ahora tenemos 180 días hasta el 17 de agosto del 2025 esta medida de la cautelar. Luego la jueza se tuvo que declarar incompetente, entonces todo bajó acá a Fiscalía de Rincón y nos tocó por sorteo el Fiscal Jorge Sebastián Fitipaldi y el juez Orlando Díaz.

Yo pertenezco a Asamblea Isleña y la verdad que la asamblea fue el puntapié para poder activar con todo esto. Hicimos un montón de denuncias, fuimos a la a la Dirección Provincial de Islas (DPI), la verdad que se lavaron las manos, no nos dieron bola, nos dijeron que del lado del río Luján para el margen derecho ellos no tienen nada que ver. A partir de la investigación de la denuncia y el pedido de cautelar se desprendió el posible delito que es esta venta ilegal, por lo que seguimos, en pie de lucha. El arroyo lo seguimos usando, seguimos transitando, organizándonos con la asamblea isleña estamos ahí al pie del cañón. A pesar de que en un momento la gente del barrio pensó en que no hay manera, de que sí o sí esto se iba a hacer, de que es un hecho, esperando que el privado presente estudios de impacto ambiental, porque este barrio se puede inundar. Nosotros no creemos en firmar ningún contrato con el privado y creemos que podemos recuperar ese predio para algo para toda la comunidad,  ya bastante daño nos están haciendo Nordelta y un montón de otros barrios privados construyendo sobre el humedal y la verdad que este lugar es falla de inundación, también cuando hay mareas este lugar se inunda, el barrio, las casas están hechas en altura como en la isla, el predio es inundable, entonces creemos que si van a edificar ahí no hay manera de que no nos afecte. Ni hablar de quedarse otra vez con la costa pública, que es de todos y de todas, y de esta manera se queda solo para muy poca gente, la privatizan y no podés acceder, se van a terminar quedando con nuestro arroyo, que en caso de emergencia, de urgencia, estamos a un cruce del continente, es mucho más rápido poder llamar a la ambulancia que llega al continente y nos asista, que hacerlo por el río.

Festival El Río Es Memoria

El futuro llegó hace rato

Entre las tantas formas de defender el lugar que habitan, las y los vecinos realizan festivales culturales con artistas locales en la Estación Fluvial de Tigre, como el próximo domingo 16 de marzo a partir de las 11 hs, tal como cuenta Maru. “Este domingo hacemos un festival con la Asamblea, se va a llamar El Río es Memoria, obviamente en vísperas del 24 de marzo, y vamos a estar difundiendo todo este tema del Guazú Nambí. Tomamos como referencia al Guazú Nambí porque es casi el último lugar que queda, que no se comió Nordelta, esta gigantesca empresa que viene destruyendo todo, incluso a los carpinchos. Algunos vecinos de Nordelta se acercaron a las reuniones que teníamos en el barrio y contaron esta problemática: Nordelta te vende naturaleza y en realidad lo que hace es destruirla, hay gente que se ha ido a vivir ahí creyendo que iba a vivir en la naturaleza y en realidad ahora les están matando los carpinchos en la cara, los electrocutan, aparecen los carpinchos muertos, no les importa nada. De hecho, terminaron edificando sobre el humedal y por eso tenemos todos los problemas que tenemos ahora por eso.  Tigre cada vez se inunda mas y queremos defender lo poco que queda de estas zonas, presentar un proyecto y hacer algo para la comunidad.

El Guazú Nambí tenia la forma como una especie de herradura, empezaba acá en Rio Lujan y desembocaba en el canal aliviador que es ahora la pista nacional de remo. Ahí está el canal aliviador y el puente de cemento que lo atraviesa se llama Guazú Nambí justamente porque el arroyo terminaba ahí. Cuando hacen el primer barrio privado de Tigre que se llama Santa María, pegado al barrio parque Guazú Nambí, rellenan una parte del arroyo y nos quedamos sin poder dar la vuelta como se podía hacer antes, todo esto contado por una de las vecinas más antiguas del barrio, pero era un arroyo navegable totalmente y ahora quedan unos 400 metros de arroyo nada más.

Si los dejamos avanzan y se terminan quedando con lo que queda del arroyo, vienen por eso vienen por nuestro territorio”, finaliza Maru.

 

Fotos de la Asamblea Isleña: https://www.instagram.com/asambleaislena/

 

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