La Cámara de Diputados ayer en sesión especial transformó en ley las modificaciones ya votadas en el Senado de limitación a las excarcelaciones. La ahora ley partió de un proyecto oficialista y se aceleró montado en el femicidio de Micaela García.
“La mayoría de los presos en nuestro país está en el encierro por ataque a la propiedad privada y en el caso de las mujeres por minitráfico de drogas: Dos claros hechos vinculados a la pobreza y a la supervivencia en la exclusión. Esa inmensa mayoría de privados de libertad quedarán “sepultados” y no podrán ir armando el entramado de vínculos para cuando finalice su condena. Los que no salgan de prisión muertos, en una bolsa negra; lo harán con un bestial grado de resentimiento que las torturas y el verdugueo y la humillación saben construir intramuros. La Ley se aprobó contra la voluntad de juristas especializados, organismos de Derechos Humanos y el Colectivo NiUnaMenos, entre una multitud de organizaciones populares. La Ley se enmarca en la construcción de cárceles privadas que impulsa el gobierno de la plutocracia y también “sepultará” a lxs que luchan”, plantea Oscar Castelnovo, de la Agencia para la Libertad.
Ley Sepultura: En el mismo lodo todos revolcaos | por Oscar Castelnovo, Agencia para la Libertad
La mano dura ya tiene su ley | por Horacio Cecchi, Página/12